DISTRITOS

El Eixample abre en Urgell tres equipamientos en uno

Un centro cívico, una 'escola bressol' y una biblioteca especializada en fotografía comparten un nuevo edificio entre las calles de Provença y Mallorca. El recinto cultural abrirá este mes

A la izquierda, el interior de la biblioteca, visto desde la última planta. A la derecha, la fachada del edificio, situado en la calle de Urgell, 145.

A la izquierda, el interior de la biblioteca, visto desde la última planta. A la derecha, la fachada del edificio, situado en la calle de Urgell, 145.

ALBA PEÑA
BARCELONA

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Huele a nuevo, como los coches recién estrenados. A juzgar por la gente que hay dentro, nadie diría que es un edificio en obras. Y es que en el Centre Cultural Comte d'Urgell, que está previsto inaugurar este mes, decenas de operarios corretean por los pasillos y trabajan a contrarreloj para dejarlo todo listo. Dan los últimos retoques a este espectacular edificio de equipamientos situado en el corazón del Eixample, donde convivirán una escola bressol, un centro cívico y una biblioteca. Además, los tres equipamientos compartirán una sala de actos y un casal infantil. O sea, que en realidad habrá cinco espacios diferenciados, sin contar la sala de exposiciones. «Es un edificio de edificios», dice Jorge Vidal, arquitecto del proyecto, junto con Víctor Rahola. Se refiere al hecho de que el edificio aúna muchos servicios en un mismo lugar, lo que resuelve el problema del espacio en un distrito tan poblado como el Eixample y, al mismo tiempo, facilita la vida de sus vecinos. Por eso, El Roure, la escola bressol que se traslada a estas instalaciones, está en la primera planta, tiene su propia entrada y una zona a pie de calle para dejar los carros de los bebés. Gracias al traslado, esta guardería pasará de 52 a 81 plazas y se pondrá en marcha el próximo curso.

JARDÍN INTERIOR/ La otra entrada de este edificio da acceso al resto de equipamientos, ya sea por las escaleras o en ascensor. Y todos ellos tienen salida al interior de manzana, donde están los jardines de Ermessenda de Carcassona, que se están reconstruyendo respetando la configuración que tenía antes. Para los vecinos era importantísimo recuperar este espacio porque en el Eixample los interiores de manzana son las zonas donde hay más terreno edificable.

El resultado de la mezcla de servicios, además, contribuye a crear sinergias muy positivas; los equipamientos no funcionan de forma autónoma, sino que se complementan. La recepción de la biblioteca y el centro cívico, por ejemplo, será la misma. Y eso implica que un vecino que llega al centro para buscar un libro puede terminar asistiendo a un taller sin tener que desplazarse más que unos cuantos escalones. «Justo ahora venía pensado qué tendré que hacer para apuntarme a las actividades del centro cívico, porque el más cercano está lleno de gente», explica Josep Maria Rizo, vecino de la zona. De hecho, en el barrio de la Nova Esquerra de l'Eixample solo hay otro centro cívico, La Casa Golferichs.

JUEGO DE LUCES/ Una de las cosas más impactantes desde dentro es la cantidad de luz natural que se cuela por cada resquicio y discurre la forma de llegar a todos los rincones. Es el caso de la planta subterránea, donde está el centro cívico y en la que los arquitectos han diseñado un patio inglés para que el sol llegue a todas las salas donde se harán talleres. Incluso en la última planta, una de las que ocupa la biblioteca, han instalado una lucernaria para iluminar de forma natural la parte central, que queda más alejada de las cristaleras. Y no solamente la de la última planta, sino que este chorro de luz llega a las cuatro plantas de la biblioteca, que están comunicadas entre sí, ya que no hay un techo en cada piso.

Otra de la singularidades de la biblioteca es la especialización. Así como Can Fabra apuesta por el cómic y Fort Pienc por la arquitectura y el diseño, esta biblioteca estará especializada en fotografía y tendrá una amplia colección de documentos. Su director, Walter Llorach, no ve la hora de ponerla en marcha: «Esta biblioteca sustituye a otra muy pequeña, la Lola Anglada. Creo que será todo un éxito porque hacía mucha falta». En eso coincide con Joan Antoni Tintoré, vecino del barrio, quien afirma que «la especialidad en fotografía es muy interesante». Le acompaña Nuria Martí, también residente de la Nova Esquerra de l'Eixample, que mira el recinto con admiración. «Tengo muchas ganas de ver ya la biblioteca, hacía mucha falta un edificio como este», asegura. Precisamente porque era necesario, el nuevo centro cultural se ha diseñado pensando en las necesidades de los vecinos del barrio.

ESPACIOS DIFERENTES/ Desde la calle, lo que se ve es un gran edificio con enormes cristaleras. En cambio, por dentro, cada espacio tiene sus características de acuerdo con los usos que tiene asignado. La biblioteca, blanca y sobria, es un lugar perfecto para poder relajarse y estudiar. La escola bressol, en la que dominan los colores vivos, tiene un mobiliario hecho a medida de los más pequeños. «Cada equipamiento tiene sus características y en cada uno se han usado diferentes materiales», recalca el arquitecto Jorge Vidal.

Y es que este edificio cumple una doble necesidad: por un lado, está encajado en pleno corazón de la ciudad y, por el otro, el interior confiere al espacio una paz y un color impensables desde la calle. Ese es el gran secreto de este edificio de equipamientos: una fachada homogénea que encaja perfectamente con el entorno y un interior que es una auténtica caja de sorpresas.