LA CRISIS AZULGRANA

Las razones del adiós: Xavi se adelanta a una situación insostenible

Xavi anuncia su adiós del Barça: "Me voy el 30 de junio, es lo mejor"

El Barça pierde los papeles y también se hunde en la Liga

La contracrónica del Barça-Villarreal: once minutos de locura

Xavi, abatido durante el Barça-Villarreal en Montjuïc.

Xavi, abatido durante el Barça-Villarreal en Montjuïc. / Jordi Cotrina

Albert Guasch

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Xavi Hernández veía sobre el campo la jugada antes que nadie. Sabía por dónde debía filtrar el pase. Sabía dónde encontraría al compañero. Sabía combinar. De alguna forma, tenía una mirada privilegiada. Un jugador irrepetible que fue capaz de desarrollar casi toda su carrera en el Barça. Como entrenador, en cambio, durará poco más de dos años. Y, seguramente, con el anuncio de su adiós el 30 de junio se adelanta a la decisión de la dirección deportiva, que difícilmente podía garantizarle la continuidad después de una temporada que se encamina hacia el desastre. Ha salvado el orgullo al proclamar que la decisión es suya.

Un orgullo que siente que ha sido maltratado a menudo por el entorno. “Es muy cruel ser entrenador del Barça. Sientes que no te valoran. Se produce un desgaste. Y ya no tiene sentido", dijo después de la debacle ante el Villarreal. Con su anuncio, por lo que dijo, aspira a liberarse de las críticas feroces que, a su gusto, ha encajado con cada derrota, con cada partido mediocre, con cada excusa poco creíble. Xavi, todo un mito, se ha desprestigiado, como antes Koeman. El efecto del banquillo azulgrana es devastador. Ahora, como si fuera Jürgen Klopp, ha marcado la línea de meta. Pero él no se va por falta de energía, sino por falta de resultados. "Ayudará a destensar el ambiente", indicó. Ya se verá. Estas son cuatro razones futbolísticas de su salida.

UNA CAÍDA EN BARRENA

UNA CAÍDA EN BARRENA

El Barça que se proclamó campeón de Liga (con amplia ventaja sobre el segundo) y de la Supercopa la temporada anterior se ha derrumbado por completo y no da la sensación de que Xavi sepa por qué. Todo lo que imagina en su cabeza o en su pizarra no es capaz de plasmarlo en el campo. Basta acudir a las cifras para explicar el bajón de rendimiento. El curso pasado llevaba a estas alturas 18 victorias; en este, solo 13. Los goles a favor son los mismos, 43, pero la gran diferencia radica en la defensa. El muro de hormigón que era el equipo en la temporada del éxito liguero (solo encajó siete goles), en la actual es un coladero impropio de cualquier equipo con aspiraciones. Son ya 29 tantos en contra. Iñaki Peña no es Ter Stegen, Koundé se ha vuelto de mantequilla, Araujo bracea con más furor que eficacia, Christensen no le llega al tobillo de lo que fue el año pasado y, en general, los esfuerzos defensivos se aplican con ineficacia. La cantidad de goles en los primeros minutos evidencian un problema mayúsculo.

SIN TÍTULOS A LA VISTA

SIN TÍTULOS A LA VISTA

Xavi mantuvo cierta línea de ensoñación en la rueda de prensa al asegurar que el equipo aún puede hacer buenas cosas esta temporada y se atrevió a verbalizar que, sabiendo que se va, la Champions le hace "especial ilusión". El Barça fue humillado en la Supercopa por el Madrid; el Athletic le apeó de la Copa; la Liga ahora está a distancia de telescopio (a 10 del Madrid, quizá 11 del Girona el domingo) y la Champions, pendiente del enfrentamiento de octavos con el Nápoles, es una cuesta pedregosa para la que el conjunto de Xavi no tiene calzado. 

SUPERADO POR EL ENTORNO

SUPERADO POR EL ENTORNO

El entrenador de Terrassa ha presumido a menudo de que conoce el club muy bien, y nadie puede dudar de ello, pero a la vez no ha parado de quejarse de lo corrosivo que resulta el cargo de entrenador. Lo hizo en la previa del partido contra el Villarreal y lo volvió a airear en la singular rueda de prensa posterior. "Es imposible de que haya un Alex Ferguson en el Barça. Imposible", dijo en alusión a los 27 años que el escocés gobernó el Manchester United desde el banquillo. «Los peores días de mi vida han sido como entrenador del Barça. En muchos casos me he hecho la pregunta de si compensa», dijo el año pasado, exteriorizando un tormento del que ahora espera librarse poco a poco hasta llegar al 30 de junio.

AUSENCIA DE UNA IDENTIDAD

AUSENCIA DE UNA IDENTIDAD

Pese a que él piense lo contrario, seguro de que ha realizado "un gran trabajo", a Xavi se le ha reprochado no haber imprimido al Barça la identidad de juego que se esperaba de él. Con frecuencia se ha visto un equipo ramplón, incapaz de producir juego ofensivo, defectuoso en la presión alta, vulnerable atrás (no el año pasado, salvado en un sinfín de ocasiones por Ter Stegen) e impreciso en el fútbol combinativo. Al Xavi entrenador le hacía falta un Xavi jugador. Xavi es un mito, siempre ha sido la carne y el hueso del cacareado ADN del Barça. Pero en este sentido ha sido una decepción. Se ha dejado la piel, pero por lo que sea, porque el fútbol es un deporte puñetero, se ha visto en muy pocas ocasiones un partido redondo. La primera final de la Supercopa, el 0-4 en el Bernabéu... Muy pocas más.