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La última sonrisa de Cody Dorman

Cody Dorman con Cody's Wish en la cuadra horas antes de morir

Cody Dorman con Cody's Wish en la cuadra horas antes de morir / Alex Evers/Eclipse Sportswire

José Ignacio Castelló

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Esta historia hípica es como un cuento de hadas pero con un triste y devastador final. Cody Dorman, su joven protagonista, falleció el pasado domingo de un paro cardiaco 24 horas después de ver ganar a su alma gemela, el purasangre Cody’s Wish, en una de las prestigiosas y millonarias carreras de la Breeder’s Cup en el hipódromo de Santa Anita Park (California). El muchacho tenía 17 años y padecía una enfermedad por trastorno genético y desde que conoció a este caballo, a quien le dio nombre, estableció una relación inimaginable que cautivó al mundo de la hípica.

La emotiva vida de Cody Dorman perdurará para siempre en el recuerdo. Nació sin capacidad para andar y hablar debido a un síndrome genético que no tiene cura y al que se lo conoce como Wolf-Hirschhorn. Después de sufrir unas 40 operaciones, una de ellas a corazón abierto cuando tenía poco más de un mes, y sufrir centenares de convulsiones y dos derrames cerebrales, en octubre de 2018, gracias a una visita programada de la fundación Make-A-Wish (Pedir un deseo), conoció a un caballo de tan solo un año de edad, alegre y relajado, en las instalaciones de Godolphin en Kentucky, la cuadra yanqui propiedad del jeque dubaití Mohamed Al Maktoum.

Cody Dorman, el pasado fin de semana.

Cody Dorman, el pasado fin de semana. / AP / ASHLEY LANDIS

Este potro, todavía sin nombre, solo verlo se aproximó lentamente desde su establo hacia él y apoyó su cabeza en el cuerpo del niño que estaba en su silla de ruedas mostrando una sorprendente atracción ante el asombro de los allá presentes. El cariño y la tranquilidad mostrados entre ambos hicieron que los responsables del caballo decidiesen bautizar a este hijo de Curlin, uno de los mejores sementales de caballos de carreras en la actualidad, con el nombre de Cody’s Wish en su homenaje y prometieron que en cada una de sus actuaciones invitarían a toda la familia al hipódromo.

Una relación increíble

Desde aquel inolvidable momento, los dos Cody establecieron una conexión increíble, conmovedora, si se quiere, alucinante. Un idilio de película que quedó inmortalizado por todas las pistas americanas, sentido desde el primer día desde lo más profundo por los aficionados y los medios de comunicación. “Su historia capturó nuestros corazones y mentes, y su fuerza, espíritu y determinación fueron apropiadamente encarnados por las destacadas actuaciones de su homónimo purasangre en su honor”, ha escrito en un tuit la organización de la Breeder’s Cup.

Y es que el purasangre desde que conoció a Cody Dorman desarrolló en su aparato locomotor el gen del triunfo. En tres temporadas logró 11 triunfos en 16 carreras, incluyendo ocho de sus últimas nueve pruebas, y sin terminar jamás detrás del tercer lugar. Todas seguidas en directo por Cody Dorman, que siempre ayudado por sus padres, una silla de ruedas y una tablet para comunicarse, aprovechaba un momento para dibujarle unas sonrisas al purasangre antes de competir y después de ganar, dejando una imborrable escena de emoción en el podio de campeones que todo el mundo quería fotografiar.

La última fue este fin de semana ante miles de personas y en la que era la despedida del caballo de la competición, porque pasará a ejercer a partir de ahora de semental. Cody’s Wish, una vez más, con su jinete fetiche, el venezolano Junior Alvarado, superó a todos sus rivales para ganar por un hocico su segunda Breeder’s Cup, convirtiéndose en el mejor purasangre del mundo sobre la distancia de la milla. Le echó tanto corazón el animal para ganar que hasta el locutor Larry Collmus gritó en su narración: “¡Es para ti, Cody!”.

Cody's Wish en la competición.

Cody's Wish en la competición. / USA TODAY SPORTS

Desenlace fatal

El final de la historia no tiene consuelo. Cody Dorman, que aprovechó el triunfo del caballo para celebrar con sus padres los 18 años que iba a cumplir en diciembre, de vuelta a su hogar se sintió indispuesto en el avión y falleció de un infarto. La familia Dorman emitió un comunicado para difundir lo que había sucedido: "Se nos rompe el corazón al comunicar la noticia de que nuestro querido Cody sufrió un problema médico en nuestro viaje de ayer a Kentucky y ha muerto. El sábado, Cody vio a su mejor amigo, Cody's Wish, demostrar su habitual perseverancia y dureza al ganar una segunda Breeders' Cup”.

Cody Dorman fue feliz hasta el pasado domingo y pudo disfrutar de más vida de la que le pronosticaron los médicos, que no le dieron más de dos años. Si lo hizo fue en parte por su gran compañero, que demostró cada vez que el chico recaía, y se encontraban cara a cara, que los purasangres saben mucho más que correr. Y, ciertamente, por esta inspiradora historia, que ahora todo el mundo llora, así es.

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