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Fans de Messi lo reciben a gritos en el hotel de Pekín, junto a la selección argentina

Fans de Messi lo reciben a gritos en el hotel de Pekín, junto a la selección argentina / EFE/EPA/MARK R. CRISTINO

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Seguidores incansables, timos que aseguraban una velada inolvidable con el ídolo y hasta un incidente migratorio han jalonado la presencia de Lionel Messi en China, donde el jugador llegó el pasado 10 de junio en medio de una "Messimanía" que tiene a la ciudad teñida de blanco y celeste.

Lo que podría ser un evento festivo para los aficionados chinos, faltos de fútbol de altos vuelos tras años de draconianas restricciones anti pandémicas, se ha convertido en una muestra de lo que muchos han denominado en las redes sociales del país como "seguidores ilegítimos" de Argentina, y de Messi en particular.

En los cuatro días previos al encuentro que enfrentará a la Albiceleste contra Australia en el Estadio de los Trabajadores de la capital de China se han tenido que bloquear calles, anular eventos y denunciar estafas, aunque otros destacan que "Messi vino a jugar un partido internacional, no a reunirse con seguidores".

Aterrizar con mal pie

El viaje del capitán de la campeona del mundo no empezó de la mejor manera, ya que, tras aterrizar en Pekín, tuvo que esperar más de dos horas en aduanas para poder ingresar en el país asiático.

La razón, según varios medios locales, es que Messi trajo a China su pasaporte español y no el argentino, que era el documento para el que se había emitido su visado de entrada.

Solucionado el percance, el astro rosarino se vio obligado a entrar al hotel en el que se concentra el equipo por la puerta trasera al encontrarse el edificio completamente rodeado de aficionados que bloqueaban la entrada principal.

Tal fue el ímpetu de los seguidores chinos que la organización canceló por motivos de seguridad un evento presencial con Messi, aunque los aficionados sí tuvieron oportunidad de conocer de cerca a Emiliano 'Dibu' Martínez.

Guerra del 'streaming'

A pesar de la cancelación de eventos en persona, las principales plataformas de venta se apresuraron en anunciar diferentes retransmisiones con el siete veces Balón de Oro.

La aplicación de vídeos cortos Kuaishou, anunció una entrevista exclusiva realizada por el medio deportivo Titan Sports y lo primero que ofreció fueron diez segundos de Messi en una tertulia de 52 minutos en la que solo conversaban dos presentadores chinos y que obtuvo más de cinco millones de visualizaciones en directo.

El gigante electrónico Alibaba, a través de su plataforma de venta en línea Taobao, juntó este miércoles al capitán de la Albiceleste con un famoso 'streamer', Li Xuanzhuo, experto en venta de licores, en lo que ilustra la feroz lucha por dominar el sector del comercio electrónico de China aprovechando el reclamo de Messi.

El poder del dinero

Si algo ha demostrado este viaje es la importancia que tiene el 10 argentino entre los aficionados al fútbol y los que no lo son tanto.

Un seguidor reservó habitaciones en el mismo hotel en el que se aloja la selección -hospedajes que quintuplicaron sus reservas la noche del partido- y unos jóvenes esperaron durante tres horas escondidos en cuclillas dentro de los baños del Estadio Olímpico con la esperanza de poder conocer a su ídolo en la sesión de entrenamiento.

La cara menos amable fue la proliferación de estafas: la policía de Pekín denunció que en Weibo -semejante a Twitter, censurada en China- se ofertaba una cena con el capitán argentino a cambio de 300.000 yuanes (41.875 dólares, 38.804 euros), además de entradas falsas por doquier.

"Todo es por dinero", afirmaban unas jóvenes admiradoras de Messi en una tienda de productos oficiales de Argentina, en la que su venta estrella, una cabra con la camiseta albiceleste, estaba agotada (GOAT representa, en inglés, las siglas de "el mejor de todos los tiempos").

"Me vine desde Shanghái (este) con la esperanza de poder ver a Messi, pero el precio de las entradas me lo impidió. Tendré que conformarme con verlo en la tele ahora en el Inter Miami", aseguró una joven rodeada de muñecos del 10 con su mítica celebración de gol frente a Países Bajos en los cuartos de final del pasado Mundial.

Pasión en las calles

Diego Trenado, un entrenador de fútbol argentino afincado en Pekín, destacó que "el aficionado chino ha querido darle su afectó a Messi por todo lo que genera en el campo y fuera", aunque admite que "la pasión mostrada en las calles" por los seguidores del gigante asiático "ha sorprendido mucho a los argentinos".

"Desde la llegada de la selección, todos mis jugadores me preguntan por ello. Ahora espero el partido de mañana, y seguro que ellos estarán deseando que les comparta mi experiencia en el próximo entreno", aseguró Trenado.

Por ahora, el único afortunado que puede presumir de tener una instantánea con el capitán es un conductor chino cuyo 'selfie' con Messi dentro del autobús mientras esperaba en el interior de su coche en un semáforo se viralizó en las redes sociales y despertó la envidia de los seguidores del rosarino.