Zidane for Mango

EMILIO PÉREZ DE ROZAS

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Uno sospecha que todo, absolutamente todo, en el Real Madrid es pura improvisación. De Florentino Pérez, claro. ‘Flope’ inventa, idea, improvisa y José Ángel Sánchez ejecuta. Cuando ‘Flope’ no tiene idea de algo, o duda, o tarda, aparece Sánchez, con ficha y sueldo superior a la mitad de la plantilla que habita en la catacumbas de Valdebebas, y le da alguna idea. Como la de Rafa Benítez.

Pienso en la improvisación porque si la aparición de Zinedine Zidane en el banquillo del Santiago Bernabéu fuese fruto de un plan, de una estrategia, de un proyecto, hubiese emergido en el mismo momento en que se decide prescindir de Carlo Anceloti. Sabes que ‘Zizou’ está listo, puede afrontar el reto, te han dicho que ha madurado y que se ha hecho con el control del grupo y que el Castilla va como un tiro.

Pero no. Cuando todo el mundo creía que ‘Flope’ fichaba al veterano Víctor Fernández para colocarlo en la cantera y ser su nuevo Vicente del Bosque o su viejo Luis Molowny, resulta que se echa mano de un aprendiz de entrenador que, según todos los criterios, estaba adquiriendo conocimientos y madurez en Valdebebas para, dentro de unos meses, acabada la Eurocopa de Francia, ser el nuevo seleccionador francés (para eso sí tenía pinta Zidane), sustituyendo a Didier Deschamps.

¿Cuál es su idea?

 Nadie sabe nada de Zidane. Ni siquiera se han atrevido a decir cuál es su idea. Nadie ha hablado con los chicos del Castilla, que, aunque sea ‘of the record’, es decir, en silencio o en el parking de Watergate, podrían contar que, como técnico, no es gran cosa. Digo, no sé. Tampoco he leído reportaje alguno (como sí leí cuando Pep Guardiola preparaba al filial en Tercera División) de lo divertido que es ver jugar a los cachorros de ‘Zizou’. Y, sin embargo, sí recuerdo que Guardiola ya provocaba admiración (e inquietud, sí) por sus revolucionarios métodos de preparar los partidos y afrontarlos a tumba abierto con los muchachos del filial.

Cómo no va a pedir el pobre Zidane que no le comparen a Guardiola. Nada se sabe de él, de sus métodos (si los tiene), de su esquema de juego (si lo defiende), de sus intenciones con los ‘galacticos’ perezosos o endiosados, de si va a creer o no en los jóvenes, de si se someterá, como casi todos, al dictado de ‘Flope’, que es el negocio por encima del juego y no atreverse a descapitalizar la plantilla sentando en el banquillo a los ricos y, sobre todo, si, simplemente, quiere ganar o ganar jugando bien. Cuando le preguntaron si era Mourinho (ganar, ganar y ganar) o Guardiola (ganar jugando a fútbol), dijo que él era Zinedine Zidane. Corta respuesta, pues ni los suyos saben cómo es ‘Zizou’. Bueno, sí, saben que tiene un solo amigo y Dios llamado (ven, tampoco se sabe nada de ese hombre) David Bettoni.

El último salvavidas

Se sospecha que a Zidane, que como acaba de reconocer el extécnico alemán del Bayern de Múnich, Ottmar Hitzfeld. “le ha tocado la lotería, pues lleva años viviendo solo de su nombre”. Se intuye, insisto, que aún está verde pues, de lo contrario, hace meses que hubiese sido ‘el elegido’. Y se sabe que está ahí, en el centro del Bernabéu, porque es el valido, el preferido, el protegido de ‘Flope’, su último salvavidas antes de volver a convocar las elecciones, que volvería a ganar con una mano pues, con los estatutos reforzamos a su medida, nadie puede con ‘Flope’. Y también, claro, porque solo con el nombre y su vitrina ya impresiona a Cristiano&Cia.

Es evidente, cristalino, que Zidane jamás hubiese sido entrenador de ninguno de los diez o quince, o veinte, grandes de Europa. Jamás. Ni este mes, ni este año, ni el próximo y siguiente. Pero, como recuerda Hitzfeld, hicieron un sorteo, ‘Flope’ puso a rodar el bombo de sus candidatos y en su interior solo había una bola: la del elegante héroe de la novena, la del modelo de Mango (en eso, también le hace la competencia al elegante Guardiola), la del amigo del presidente, la del hombre cuyo carisma vende imagen y portadas. ¿Fútbol?, no se sabe. 4-4-2, o 4-3-3 cruyffista, 4-2-3-1 del Castilla…ni idea. Eso sí, ha reconocido estar en manos de la BBC. Como todos. Puede que eso fuese lo primero que le dijese su amigo ‘Flope’ en la trastienda de la sala Siglo XXI del Bernabéu. Suficiente.