Alimentación

Los grandes restaurantes catalanes deberán tener un plan propio contra el derroche alimentario

Los envases para que los comensales se lleven las sobras a casa tendrán que ser de material reciclable, según el reglamento que entrará en vigor en 2024

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RICARD CUGAT

María Jesús Ibáñez

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Los grandes restaurantes catalanes van a tener que añadir, previsiblemente el próximo 2024, una nueva tarea a sus muchos quehaceres: deberán disponer de un plan específico para evitar las pérdidas y el despilfarro alimentario, medir e informar cada año sobre cuántos alimentos se desperdician en sus cocinas y salas de comedor y contabilizar cuántos alimentos destina a la distribución gratuita y a la alimentación animal. Estas medidas, previstas en el plan para reducir el derroche de comida en Catalunya, serán de obligado cumplimiento para los establecimientos que tienen más de 10 empleados y un volumen de negocio anual superior a los 2 millones de euros. Quienes no lo apliquen pueden exponerse a sanciones administrativas.

"Es importante que los restaurantes se impliquen y comuniquen cuántos productos malgastan, porque a partir de ahí podremos empezar a trabajar en soluciones concretas", ha explicado Joan Gòdia, director general d’Empreses Agroalimentàries de la Generalitat, que ha presentado este lunes, en el marco del Gastronomic Forum de la Fira de Barcelona, una guía para la prevención del desperdicio alimentario en la restauración comercial y cocinas centrales.

"Somos conscientes de que la restauración no es, ahora mismo, el sector que más alimentos desecha, sino que el principal foco de despilfarro son los hogares, con casi un 60%. Y sabemos también que es un colectivo muy sensibilizado con este asunto, en el que hay ya muchas iniciativas en marcha", ha subrayado Gòdia, que ha insistido en que todas las aportaciones son bienvenidas. El problema es, ha dicho, "que no existen aún datos completos de lo que está ocurriendo".

La nueva norma entrará en vigor previsiblemente el año próximo, cuando se apruebe el reglamento que despliega la ley contra el despilfarro de alimentos de 2020. Otra de las medidas que incluirá es la obligación (esta, para todos los establecimientos, sea cual sea su tamaño) de utilizar envases reutilizables, compostables o fácilmente reciclables para que los clientes puedan llevarse las sobras o alimentos que no haya consumido. "Además, se deberá informar, de forma clara y visible, preferentemente en la carta o menú, que los comensales tienen esta posibilidad", ha agregado el autor de la guía, Lluís Riera, director de Seguretat Alimentària i Seguretat de l'Aigua (SAIA).

El documento incluye orientaciones sobre cómo debe redactar cada restaurante su plan específico, pasando por la formación de los empleados, la compra preferentemente de productos a granel y de alimentos de temporada y proximidad y la adaptación de las raciones en función del comportamiento de los clientes. "Si vemos, por ejemplo, que dejan el pan que se les pone en la mesa, eso es un primer paso por el que comenzar a ajustar", ha sugerido Riera.

Cada año, en la Unión Europea se desperdician 88 millones de toneladas de alimentos, con el coste económico (y medioambiental) que eso tiene. En Catalunya, las últimas estadísticas que se tienen son de 2012 (no se ha vuelto a estudiar más el asunto) y de ellas se desprende que el despilfarro alimentario es de 260.000 toneladas al año, una cifra que podría haber crecido probablemente la última década.