La inflación llevó a las familias españolas a gastar casi un 8% más en 2022

Si antes de la concatenación de crisis (pandemia, Guerra en Ucrania, inflación) un hogar español gastaba de media en torno a 30.000 euros al año en alimentación, vivienda, vestimenta, transporte y ocio, por citar las categorías más significativas, el año pasado la cifra escaló hasta los 31.500 euros, un 7,9% más que en 2021. Es el volumen más elevado del que tiene constancia el Instituto Nacional de Estadística (INE), quien publica la Encuesta de Presupuestos Familiares, en 15 años, y está esencialmente relacionado con el encarecimiento generalizado de precios: primero, porque el gasto ha subido un 16,9% en los últimos dos años, mismo periodo que lleva la inflación avanzando sin parar y segundo, porque el organismo ofrece la tasa de crecimiento si este encarecimiento no se hubiese disparado en 2022, y este se queda en un 2%. Es decir, los hogares gastaron el 8% más en 2022, pero solo compraron el 2% más, el resto se fue en subida en precios.

Hay que tener en cuenta que los precios llevan subiendo ininterrumpidamente desde enero de 2021, pero la situación alcanzó una velocidad y niveles preocupantes a principios del 2022, año que analiza este estudio. Los precios llegaron a estar casi un 11% más altos que el año anterior principalmente por el encarecimiento de la energía, y justo cuando este suministro empezó a dar tregua, se desbocó el precio de la alimentación, que oscila desde verano del año pasado en una inflación de entre el 12% y el 16%.

No es de extrañar, entonces, que las familias españolas incrementaran su gasto en las partidas básicas de consumo un 7,9% hasta los 31.568 euros en 2022. O que hiciera lo propio el gasto medio por persona, que también pasa de los 11.779 euros a los 12.780 euros, un 8,5% más. Ambas cifras son, además, sobre un 17% mayores a las de 2020, porque en 2021 ya habían hecho un avance similar.

“Debido a la crisis sanitaria consecuencia de la covid-19 los hogares modificaron sus hábitos de consumo a lo largo del año 2020, lo que provocó una disminución del gasto que se recuperó en parte en 2021”, contextualiza el documento publicado este miércoles por el INE. “Esta recuperación no ha sido completa hasta 2022, en el que el gasto medio por hogar fue 1.325 euros superior al de 2019”, plantea el texto, advirtiendo, de todos modos, que hay grupos que todavía no están donde estaban antes de la pandemia, como por ejemplo la ropa, el ocio o el alcohol y tabaco.

Los datos de la Encuesta de Presupuestos Familiares desvelan que las familias en 2022 se apretaron sobre todo el cinturón en la partida de alimentos: gastaron el 5,1% más, pero consumieron el 5,8% menos.

En cualquier caso, lo que más se dispara es el consumo en restauración, ocio y cultura, lo que confirmaría la euforia relacionado con la salida de la pandemia con la que muchas compañías han explicado que les haya seguido yendo bien pese a la tormenta macroeconómica. El gasto en estas partidas aumentó el 29,1% y el 18,6% respectivamente. Sin tener en cuenta el efecto de la subida de precios, el consumo en estos dos capítulos, lejos de estrecharse -como sucedió con la alimentación- creció el 20,6% y el 8,8% respectivamente, sin llegar aún a los niveles de gasto de 2019.

Vivienda, alimentación y transporte

De acuerdo con los datos de 2022, las categorías de vivienda, alimentación y transporte absorbieron el 60% del gasto de las familias. Los gastos de vivienda y sus suministros (agua, electricidad, gas y otros combustibles) se incrementaron el 3,5% (a pesar de que las familias redujeron en un 0,9% su consumo), hasta alcanzar los 10.243 euros al año. En promedio, las familias destinaron el 32,4% de su presupuesto anual a esta partida.

En el caso de los alimentos, el gasto subió el 5,1% (a pesar de que las familias compraron el 5,8% menos), hasta alcanzar una cantidad media anual de 5.050 euros. El gasto destinado a transportes subió el 17,5%, impulsado por el encarecimiento de los carburantes, hasta rozar los 3.800 euros al año por familia (el 12% del presupuesto total).

Los datos muestran que, pese a la erosión de las rentas que produjo la inflación, los hogares decidieron no renunciar al consumo en restaurante y hoteles ni al de ocio y cultura.

En concreto, el gasto en restaurantes y hoteles creció un 29% en 2022 situándose en los 2.953 euros anuales por hogar y en los 1.195 euros por individuo; en ocio y cultura, un 18,6% hasta los 1.500 euros (621 euros a nivel personal). Aparece, a mucha distancia, el aumento de gasto en educación, de un 6,6% (467 euros por hogar); y también en ropa y en calzado, que avanza un 6,5% (1.231 euros), pero que se queda todavía a 200 euros de donde estaba antes del covid.