Atlético - Celta (1-0)

De Paul salva al Atlético y sella virtualmente su clasificación para la Champions

El gol del argentino da los tres puntos a los rojiblancos en un partido en el que Guaita y Oblak se convirtieron en los héroes inesperados

Morata abraza a De Paul, autor del gol del triunfo del Atlético frente al Celta en el Metropolitano.

Morata abraza a De Paul, autor del gol del triunfo del Atlético frente al Celta en el Metropolitano. / Afp7

Isabel Guillén

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Calma. Una palabra que resonaba este domingo en las cabezas de los jugadores del Atlético de Madrid. Y era precísamente una victoria lo que necesitaban para apagar de una vez el ruido de una temporada que pudo ser grandiosa pero que se quedó a medias. Y todo ello para ser cuarto y asegurarse la plaza Champions, aún no es matemático pero sí de un virtual casi palpable tras el 1-0 ante un Celta que supo aguantar las estocadas rojiblancas e incluso meter miedo a los de Simeone.

Se marchan los de Giráldez con una distancia de cinco puntos con el Cádiz que le hace mirar hacia abajo pero sin asomarse demasiado, con la sensación de salvado pero aún sin la matemática. Pocos goles, pero muchas ocasiones para inaugurar el marcador en un partido en el que Guaita y Oblak se convirtieron en protagonistas en un encuentro abierto en el que ambos equipos se relamieron en muchos momentos. Tuvieron más los rojiblancos que no estuvieron finos en la definición o se toparon con Guaita, que salvó a los celestes en numerosas ocasiones. Creció el Celta que superó el empuje inicial de los de Simeone y tuvo sus opciones de marcar en la recta final, pero De Paul acabó siendo el héroe inesperado que dió los tres puntos a los rojiblancos, tras la falta de efectividad de Morata, Griezmann y compañía.

Simeone introdujo varios cambios con respecto a la anterior jornada, Griezmann regresaba al once tras perderse el último partido por sanción, acompañado de Correa y Savic en el eje de la zaga por el tocado, pero convocado, Giménez. Morata esperaba en el banquillo, el madrileño ha marcado un gol en los últimos 17 partidos, mientras que en los anteriores 28 había anotado 19. Esa falta de brillo en ataque le ha llevado a perder el puesto en favor de Correa, aunque su salida en el segundo tiempo iba a plantear un dibujo que pocas veces traza Simeone: Correa, Griezmann y Morata juntos en el campo.

El Atleti choca con Guaita

En los primeros compases del partido con los rojiblancos amasando la posesión, el Celta se agarró a la embergadura de Guaita, que salvó a los gallegos con dos manos que le sacó primero a Riquelme y después a Samu Lino, que caracoleó a Mingueza en la banda izquierda, plantándose con facilidad en área rival. Correa, se convirtió en uno de los más activos de los locales, electrocutando las arrancadas de un Atlético intenso y dejando recados para el Cholo, por si ya anda planeando la próxima campaña, con su futuro aún en el aire. El argentino levantó a la grada del Metropolitano con una jugada marca de la casa, girando sobre si mismo y eliminando a los rivales uno a uno en la mitad del primer tiempo. Lástima que Jailison estuviese ahí para cortar el último intento del argentino.

Tuvieron más ocasiones los rojiblancos bajo las botas del argentino, Riquelme, Lino e incluso Llorente en un mano a mano. Pero cuando todo parecía que iba a ser una tarde de domingo primaveral, sin mucha preocupación, el Celta empezó a meter miedo a los de Simeone, que sufrían cuando Apas y Larsen conseguían atravesar la última línea rojiblanca, esa que tantos quebraderos de cabeza le ha dado al Cholo este curso. Primero fue Oblak quién salvó a dos tiempos para atrapar un centro muy peligroso de Mingueza desde el costado derecho. Después le tocó a Savic, quien, tras un primer susto de Larsen en el 19, despejó un balón envenenado de Bamba. No había tiempo para siestas en la capital, que se lo digan a Witsel, que tuvo que irse al suelo para desviar un buen envío de Hugo Álvarez. Larsen ya se desmarcaba a la espalda.

El primer tiempo acababa con un mensaje claro: Giráldez ha logrado en el Celta lo que Benítez no: hacerle reaccionar. Y los locales lo comprobaron. En especial Oblak, que se enfadó con Witsel y toda su defensa. No le hizo gracia al esloveno que un centro de Bamba, que enloqueció a Azpilicueta desde la banda derecha acabase casi en gol en propia puerta tras el intento de despeje de Witsel. Les pedía más concentración el guardameta, que vio como el Celta había ido de menos a más, asomándose con bastante peligro por medio de la sociedad Bamba-Larsen por el costado derecho.

De Paul sale al rescate

No está siendo esta segunda vuelta la más goleadora para Alvaro Morata, pero Simeone decidió que era el momento perfecto para devolverle la confianza a un jugador que se descolgó hace meses de la lucha por el 'pichichi'. Por ello sacó a Lino por el delantero. Un cambió que más que aumentar las ocasiones locales, hizo que el partido se abriera de tal manera que las contras celestes pusieron al Atleti en serios apuros. Fue Iago Aspas, como de costumbre, el peón más efectivo para aprovechar estos espacios. A pase de Bamba, que tenía la llave para abrir cualquier puerta, Apas remataba solo ante Oblak, que respondió con una mano espectacular. Aplaudía el Metropolitano, consciente de que el esloveno les había salvado.

Pronto se dió cuenta Simeone que esa pizarra con tres delanteros iba a causar estragos importantes, por lo que no tardó en sacar a Correa por Barrios, en busca de un mayor control del balón. Fue precisamente él quien tuvo en sus botas un tanto por la escuadra que pudo abrir el marcador. Pero Guaita estuvo una vez más providencial para sacar el esférico con la punta de los dedos. El Atlético necesitaba goles y Griezmann no se los estaba dando. Memphis, que volvía de lesión, era entonces el indicado para ese cometido, pero el portero celeste noquéo, una vez, más dos tiros del neerlandés.

Y como suele suceder en estos partidos, cuando los llamados a ser los salvadores no consiguen abrir el marcador, aparece un héroe inesperado, que en este caso fue De Paul. El Celta se cerró y el centrocampista controló un balón con el pecho que le llegó desde la frontal, la pegó sin dejarla caer y se fue directa a la escuadra. Esta vez no pudo hacer nada Guaita, que se llevó el MVP del partido, suficiente había hecho ya. Y esta acabó siendo la única forma de abrir el marcador, a la desesperada y desde fuera del área. Objetivo sellado para los rojiblancos, que ya tienen (casi) sellada la plaza Champions. Nueve puntos quedan en juego, ocho le sacan al Athletic, mucho tiene que cambiar la película. Lo mismo para el Celta, a cinco del descenso. Con todo, ninguno tiene nada asegurado. Habrá campeón, pero aún sigue quedando Liga. Que se lo digan a Celta y Atlético.