Infertilidad femenina

Sant Joan de Déu ensaya el primer tratamiento para el síndrome del ovario poliquístico

La enfermedad es la causa más común de infertilidad femenina y afecta a entre el 5 y el 10% de las mujeres

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Ovarios poliquísticos: más allá de un problema ginecológico

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Judit Bertran

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El Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona está participando en un ensayo clínico para desarrollar el primer tratamiento contra el Síndrome del Ovario Poliquístico (SOP). La enfermedad afecta a entre el 5 y el 10% de la mujeres o personas gestantes en edad fértil y es desconocida por una gran parte de la población, pese a ser la causa más frecuente de infertilidad femenina.

Hasta la fecha, el 98% de mujeres que sufren SOP son recetadas con pastillas anticonceptivas con el fin de frenar las consecuencias físicas de la patología como el acné y el exceso de vello, pero en ningún caso trata los efectos a largo plazo de esta dolencia, como la infertilidad o el mayor riesgo de sufrir problemas cardiovasculares, determinados tipos de cáncer o diabetes de tipo 2. 

El fármaco podría salir al mercado a mediados de 2026

“Antes, para muchos ginecólogos, la vida, y los problemas, empezaban después de la regla”, explica la doctora Lourdes Ibáñez, coordinadora del estudio en el Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona. El síndrome se manifiesta después de la regla, pero eso “no significa que la enfermedad surja ese mismo día”. De hecho, el síndrome puede darse durante el periodo neonatal, asegura la doctora.

Exceso de grasa

El estudio –denominado SPIOMET4HEALTH, enmarcado dentro del programa Horizon 2020 y financiado por la Comisión Europea– se centra en la causa primordial del SOP: el exceso de grasa en puntos donde no debería estar, lo que se llama grasa ectópica o fuera de lugar. En este sentido, la medicación redistribuye esta grasa para poder solucionar todos los problemas que luego desencadena el SOP, como la irregularidad de la menstruación, el vello corporal excesivo o el acné. 

Una vez solucionada la grasa ectópica, poco a poco el cuerpo regresa a la normalidad: vuelve la menstruación porque el ovario vuelve a ponerse en marcha, factor que con las pastillas anticonceptivas no se consigue, ya que con estas deja de funcionar. De hecho, el fármaco estudiado es un pro-conceptivo: tiene el objetivo de restaurar el funcionamiento del ovario y la fertilidad. 

Estudio europeo

Tras una investigación de cerca de 20 años de trabajo y varios estudios piloto de pequeños grupos de pacientes de entre 60 y 70 personas, actualmente se está replicando en siete hospitales de diferentes puntos de Europa para comprobar su funcionamiento a gran escala y con múltiples variables, como la edad o la etnia.

El medicamento está formado por tres fármacos concentrados en una única pastilla. Y, para probar su eficacia de la manera más objetiva posible, se ha separado de manera equitativa a todas las pacientes que participan en el estudio en cuatro grupos: uno se toma el comprimido con un fármaco, el segundo con dos, el tercero con tres, y el cuarto con ninguno. Así pues, ni las pacientes ni los médicos saben de qué grupo forman parte –únicamente tienen conocimiento los que controlan el estudio de manera externa–, por lo que “tiene más valor el resultado ya que lo haces a ciegas”, afirma la doctora Lourdes Ibáñez. 

El estudio se está llevando a cabo en Catalunya tanto en Barcelona (Hospital Sant Joan de Déu) como en Girona (Institut d'Investigació Biomèdica de Girona Dr. Josep Trueta). El primer hospital espera reclutar 70 pacientes y el segundo 46. Asimismo, el ensayo reúne a un consorcio de 17 organizaciones y grupos de investigación clave que trabajan en el síndrome del ovario poliquístico en toda Europa. También se están desarrollando investigaciones en Italia, Dinamarca, Turquía, Austria y Noruega.

Salida al mercado

El fármaco final podría salir al mercado a mediados de 2026, ya que el periodo de inclusión para participar en el estudio acaba el 30 de abril de 2024, y la duración del tratamiento es de un año. Así pues, una vez finalizado el estudio, si todo continúa de manera correcta, se tardaría un año más en comercializarse.

Una ventaja del futuro del tratamiento es que la Agencia Europea del Medicamento (EMA) ya ha revisado el protocolo del estudio y han llegado a un acuerdo, por lo que ya se ha salvado el primer escollo cara a su aprobación. “Si sale bien, iremos directos, más fácil todo”, asegura la doctora.