Guerra en Oriente Próximo

Netanyahu asegura que el Ejército israelí entrará en Rafah "con o sin acuerdo" de tregua

Hamás estudia la última propuesta de Tel Aviv, que contempla un alto el fuego de 40 días y la liberación de miles de presos palestinos a cambio de rehenes en Gaza

Sigue la guerra de Gaza, al minuto

Ben Gvir, el incendiario ministro que maneja el Gobierno de Israel

Benjamin Netanyahu.

Benjamin Netanyahu. / AP Photo / Ohad Zwigenberg

Andrea López-Tomàs

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Binyamín Netanyahu, el primer ministro de Israel, lo tiene claro: sus soldados pisarán Rafah "con o sin acuerdo" de tregua. Así lo ha expresado este martes. A apenas 48 horas de su última llamada con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, que le recordó que no daría apoyo a su operación terrestre en la ciudad que acoge a 1,4 millones de desplazados palestinos, Netanyahu ha anunciado que el Ejército israelí entrará en Rafah para eliminar a los cuatro batallones de Hamás que presuntamente quedan en el sur de la Franja de Gaza en medio de críticas de sus partidos aliados. Los ministros ultraderechistas del Ejecutivo de Netanyahu han vuelto a amenazar con retirarle su apoyo si llega a un acuerdo con Hamás, a la vez que la reunión del gabinete de guerra prevista para esta noche ha sido cancelada.

"Entraremos en Rafah y eliminaremos a los batallones de Hamás allí, con o sin acuerdo, para lograr la victoria total", ha asegurado Netanyahu este martes durante un encuentro con familiares de secuestrados y víctimas del ataque del 7 de octubre. Este mensaje llega en medio de la revisión de la última propuesta israelí de tregua por parte de Hamás, que incluye un alto el fuego de 40 días y la liberación de miles de presos palestinos a cambio de rehenes en Gaza. "La idea de que detendremos la guerra antes de lograr todos sus objetivos no es una opción", ha subrayado el primer ministro, en referencia a las tres finalidades constantemente repetidas a lo largo de este medio año: devolver a los rehenes, acabar con la fuerza militar de Hamás y lograr que Gaza deje de ser una "amenaza" para Israel.

Presiones internas

Según un comunicado de la oficina del primer ministro, los grupos de víctimas y familiares han instado al líder israelí a continuar la guerra y resistir la presión internacional para llevarla a su fin. Este posicionamiento choca con las opiniones expresadas en las calles durante las últimas semanas, donde familias de los secuestrados han exigido el final de la ofensiva y la firma de un acuerdo que permita a sus seres queridos volver a casa. Pero Netanyahu, sometido también a las presiones de sus socios de Gobierno, parece muy alejado de esta posición. Tras una reunión con el ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, el líder israelí se ha comprometido a no aceptar un acuerdo "imprudente", según un comunicado del político de extrema derecha. 

"Advertí al primer ministro [de las consecuencias], Dios no lo quiera, de que Israel no entre en Rafah, de que, Dios no lo quiera, ponga fin a la guerra, de que, Dios no lo quiera, haya un acuerdo imprudente", ha dicho Ben Gvir en un declaración en vídeo en X. "El primer ministro escuchó mis palabras, prometió que Israel entraría en Rafah, prometió que la guerra no terminaría y prometió que no habría ningún acuerdo imprudente; creo que el primer ministro entiende muy bien lo que significaría si estas cosas no suceden", ha repetido. En repetidas ocasiones, Ben Gvir, incendiario colono condenado por racismo en el pasado, ha amenazado con disolver el Ejecutivo. 

"Rehén de locos irresponsables"

El ministro de Finanzas, el también colono Bezalel Smotrich, se ha expresado en la misma línea criticando el posible acuerdo. "Un gobierno que se somete a la presión internacional y detiene la guerra en el medio perderá en ese momento su derecho a existir", ha dicho en una declaración en la Knesset, el Parlamento israelí. Las declaraciones de ambos políticos ultraderechistas han escandalizado al actual gabinete de guerra. El "uso del chantaje con amenazas políticas es  un fenómeno grave que daña la seguridad nacional de Israel", ha denunciado el miembro de la Knesset y del gabinete de guerra, Gadi Eisenkot, en una publicación en Facebook. 

"Sólo seré socio de un gobierno que toma decisiones basadas en los intereses nacionales del Estado de Israel, y no en consideraciones políticas", ha aclarado Eisenkot. Por su parte, el líder de la oposición, Yair Lapid, ha condenado las declaraciones de Ben Gvir, exigiendo su dimisión y lamentando que Israel sea un "rehén de locos irresponsables". "Un ministro con antecedentes penales [Ben Gvir] está en la oficina del primer ministro y le amenaza con consecuencias si no hace lo que le dice. Ben Gvir le dice [así] al mundo entero y a toda la región que Netanyahu es débil y que trabaja para él", ha expresado en X. 

Durante los últimos días, los países árabes y EEUU han redoblado los esfuerzos diplomáticos para conseguir un alto el fuego que evite la invasión de Rafah. Gran parte de la comunidad internacional se ha unido a la reclamación de las organizaciones internacionales en contra de la operación terrestre en la última ciudad en el extremo sur de Gaza, denunciando las trágicas consecuencias que implicaría. Allí, malviven 1,4 millones de gazatíes sometidos a los bombardeos constantes, la falta de agua potable y alimentos, las altas temperaturas y el colapso del sistema sanitario, desde cuatro lonas de plástico que les sirven de refugio. En las últimas 24 horas, al menos 47 personas han muerto como resultado de los ataques israelíes que en casi siete meses de guerra se han cobrado 34.535 vidas palestinas en la Franja de Gaza.