¿Qué hará el ciclismo español en 2024?

Abrirse un hueco en el universo ciclista dominado por seis todopoderosos parece un reto imposible. Ellos lo ganan todo; las carreras de un día, las de una semana y las de tres. Y cuando la victoria la consigue un miembro que no pertenece a este club elitista lo hace con permiso y porque se le permite ganar, como ocurrió con el estadounidense Sepp Kuss en la Vuelta.

No hay ningún indicativo que muestre en este 2024 que el sexteto formado por Jonas Vingegaard, Tadej Pogacar, Primoz Roglic, Remco Evenepoel, Mathieu van der Poel y Wout van Aert no vuelva a conquistar y ganar todo lo que les apetezca. Y en esta dinámica se moverán a partir de ahora las figuras españolas.

La Volta a la Comunitat Valenciana abre este jueves el calendario español de rondas por etapas, después de disputarse la semana pasada la Challenge de Mallorca, que nunca se puede considerar como una prueba por etapas sino carreras independientes de un solo día. A València (hasta el domingo) le seguirá la Vuelta a Andalucía (del 14 al 18 de febrero) y el O Gran Camiño gallego (del 22 al 25 de febrero) antes de que la Volta (del 18 al 24 de marzo) y la Itzulia (del 1 al 6 de abril) inauguren en España el calendario World Tour (lo que vendría a ser la Champions ciclista).

De una manera u otra alguno de los seis magníficos acude a estas carreras, siempre con el ánimo de ganar y de ponérselo difícil a un elenco de estrellas españolas formada por Pello Bilbao, Enric Mas, Carlos Rodríguez, Juan Ayuso y Mikel Landa. De estos corredores, Bilbao, pese a su veteranía (33 años) aparece como un corredor emergente que opta a la victoria en València y que sabe perfectamente adaptarse a las circunstancias actuales del ciclismo. Si Vingegaard, Pogacar y Roglic se meriendan las tres grandes rondas y si Evenepoel, Van der Poel y Van Aert dominan el resto de las carreras, Bilbao pelea en otros escenarios y busca victorias de etapa en el Tour, como la que logró el año pasado en Issoire para acabar con cinco años de maldición en la ronda francesa donde tuvieron que pasar 101 etapas antes de que un ciclista español logrará un triunfo. Con este ánimo, Bilbao, acudirá de nuevo al Tour y con la intención de repetir un puesto de honor en el ‘top ten’ de la prueba. Antes tratará de abrirse un huevo en lal París-Niza y buscará un casi imposible ante Vingegaard en la Itzulia de su tierra.

Carlos Rodríguez, en cambio, es la gran esperanza del ciclismo español para que retornen los días de gloria al Tour. Es un gran escalador que se mueve con destreza en las contrarrelojes, capaz de ganar ante Vingegaard y Pogacar una etapa de los Alpes y al que sobre todo una caída le impidió pelear por la tercera plaza de la ronda francesa en 2023. Este año tendrá la jefatura del Ineos en el Tour, equipo en el que se quedó después de rechazar la oferta del Movistar. Este viernes cumple 23 años, una edad en la que tradicionalmente todavía no había habido tiempo de brillar, a pesar de que Pogacar y Evenepoel hayan roto todos los esquemas.

Un mal inicio

Juan Ayuso, sólo 21 años, pasó un 2023 perjudicado por una lesión en la pierna que mermó su rendimiento hasta la Vuelta. Apuesta ahora por pelear en las clásicas antes de debutar en el Tour, su gran sueño, aunque lo hará enrolado en el UAE a las órdenes de Pogacar pero disponiendo de cierta libertad cuando las circunstancias de carrera se lo permitan.

Enric Mas es un mundo aparte. Con 29 años ha entrado en el grado óptimo del denominado perfeccionismo ciclista, siempre al frente del Movistar, el mejor equipo en el concierto español, el conjunto heredero de las gestas de Miguel Induráin y Pedro Delgado, aunque siempre le ha acompañado una dosis de mala suerte, sobre todo estos dos últimos años, marcados por las caídas y las enfermedades. Por un accidente tuvo que abandonar el Tour el año pasado en la primera etapa y por el covid se retiró en 2022. Mas correrá la Volta antes de adentrarse en la preparación del Tour y el asalto a la Vuelta. Al menos, el fichaje de Nairo Quintana por el Movistar le ha quitado presión y la responsabilidad de ser el único líder en su equipo.

Mikel Landa, a los 34 años, ha cambiado de rol para convertirse en el gran gregario de Evenepoel en las montañas del Tour. Sin embargo, el corredor alavés, en el Soudal, dispondrá de oportunidades en Volta e Itzulia para llevar las riendas del conjunto belga en la Vuelta. Landa, por suerte o por desgracia, es como el río Guadiana, aparece o desaparece en el momento más inesperado, pero sigue siendo el corredor español con más gancho y el único que dispone hasta de una religión llamada ‘landismo’.

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