Comer por menos de 15 €

Menú del día: Bar Ocata, brasa de carta a precio de mediodía

En este lugar de El Masnou al que llaman cariñosamente "el chungo", la oferta es variada y sin florituras narrativas: butifarra clásica, negra, carrillera, lomo, panceta y pollo

La butifarra negra a la brasa de Bar Ocata (El Masnou)

La butifarra negra a la brasa de Bar Ocata (El Masnou) / Alberto García Moyano

Alberto García Moyano

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No sé si esto es ponerse la venda antes de la herida pero vaya por delante que, a modo de acto de contrición, debo reconocer que de El Masnou, a pesar de haberla cruzado unas cincuenta mil veces en dirección Lloret, no he hecho mucho más que mirar desde la carretera hacia el mar, ignorando flagrantemente lo que hay de carretera hacia la otra dirección.

Y aún más se acentúa el agravio si hablamos del barrio de Ocata, en el que se halla, en una de sus emblemáticas cuestas, al que le llaman cariñosamente "el chungo" pero cuyo nombre verdadero responde al sencillo, efectivo, claro e indubitado Bar Ocata. Unas características nominativas que casan perfectamente con el carácter del lugar; y una visita que debo agradecérsela nuevamente a Jordi, vecino de la villa y con quien ya disfruté compartiendo mesa y mantel en El Racó de Lluria.

Bar Ocata

Calle de Tomàs Vives, 11 (El Masnou)

Teléfono: 625 19 02 45

Menú: 13 €

Voy a obviar, solo en esta ocasión, el primer plato por dos razones. La primera (y más importante) es el cambio de estación, que me ha pillado justo entre la visita y la escritura de estas líneas; y la segunda es la que creo que es mi mala fortuna eligiendo primeros platos. Así pues, dejemos aparte la 'esqueixada' / ensalada de bacalao (con buen material y un tomate de calidad nada desdeñable para un menú del día) y pasemos a los segundos, porque menús del día con este porte en los principales escasean (al menos en mi universo).

La fachada de Bar Ocata (El Masnou).

La fachada de Bar Ocata (El Masnou). / Alberto García Moyano

Y digo esto porque ni todos los días se encuentran lugares con brasa de segundo ni aún menos esos lugares ofrecen semejante calidad de brasa en un menú. Una calidad asimilable perfectamente a cualquiera de los platos ofertados a la carta de los muchos y muy buenos restaurantes de brasa que tenemos en Catalunya. La oferta es variada y sin florituras narrativas: butifarra clásica, negra, carrillera, lomo, panceta y pollo. Muy agradecido, porque los platos no hablan antes sino que lo hacen en el campo, que se dice. 

Fui a por la butifarra negra, en la que Jordi insistió. Y hay que hacer caso siempre a los nativos, que para eso juegan con la camiseta de local. Y porque a pesar de no haber pinchado esta vez en plato ajeno para comparar, se entiende la insistencia: la negra estaba tan bien braseada como esa calidad se merecía. El gustazo de hendirla con el cuchillo, que casi explote (como las maravillosas butifarras del perol) y que llevarla a la boca sea un placentero viaje. La guarnición, cómo no, patatas fritas ideales bien custodiadas por un pimiento también hecho a la brasa. Ni media tacha al plato, un nuevo triunfo.

El 'mel i mató' de Bar Ocata (El Masnou).

El 'mel i mató' de Bar Ocata (El Masnou). / Alberto García Moyano

El redondeo de esta jugada de menos a más lo capitanea el postre de 'mel i mató'. Porque ese mató es excepcional, sin ambages. A pesar de ser más de quesos curados, tengo especial predilección por este queso y cuando lo encuentras de esta calidad, uno se reafirma en sus creencias. 

El Bar Ocata es, lógicamente, un orgullo local a conservar. Y, para qué esconderse, otro orgullo adicional haberlo podido conocer. Súmense y vuelvan orgullosos también.