PREVENCIÓN Y SENTIDO COMÚN

Consejos para 'boletaires' que se estrenan en plena pandemia

Un 'boletaire' en plena búsqueda, la temporada pasada

Un 'boletaire' en plena búsqueda, la temporada pasada / periodico

Eduard Palomares

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Mucha gente se estrenará este otoño –si no lo ha hecho ya– en el ‘dopamínico’ arte de buscar setas, en especial porque las escapadas de fin de semana se siguen circunscribiendo a destinos de proximidad, tal y como sucedió en verano a causa del coronavirus. Y estos principantes se sumarán al cerca de millón de catalanes que se calcula que salen de manera regular o puntual a la caza de ‘ceps’, ‘rovellons’, ‘camagrocs’ y compañía.

De hecho, existe un dato inequívoco: Los Bombers de la Generalitat casi han alcanzado ya la cifra de rescates a personas extraviadas en los bosques de toda la temporada pasada, que fueron 26. Y el fin de semana pasado ya se vivieron escenas de colapso en entornos naturales como el Montseny, que pueden volverse a repetir mañana. Sin embargo, esto no tiene que ser un impedimento para aquellos que estén pensando en disfrutar por primera vez de una actividad saludable, divertida y gastronómicamente provechosa, siempre y cuando se actúe con sentido común. Por eso, aquí van cinco consejos básicos para ‘boletaires’ principiantes con al ayuda de Andrés Valverde, biólogo y miembro de la Societat Catalana de Micologia.

1- Nada de ser atrevidos

Hay muchas actividades en las que ser atrevidos está bien visto, pero buscar setas no es una de ellas. Así que nada de chulerías. “Insistimos en que solo se puede coger una seta si uno está 100% seguro de qué variedad es y si esta es comestible”, remarca Valverde. Algo que puede parece obvio, pero cada año se atienden intoxicaciones en los hospitales y los profesionales ven cómo se repiten continuamente errores básicos, “como confundir el ‘ou de reig’ con el ‘reig bord’, este último tóxico y con propiedades alucinógenas”. Otras especies que se pueden encontrar en los bosques catalanes son directamente mortales.

Por eso, se recomienda que, en caso de no identificar la especie, mejor dejar la seta donde está sin alterar el entorno, hacerle una foto y consultar luego a un experto. Ya habrá más adelante una nueva oportunidad de llevárselos a casa con total seguridad. En este sentido, la Societat Catalana de Micologia ofrece un servicio de consulta tanto presencial (ahora, con cita previa) o a través de este formulario.

2- Mejor ir (bien) acompañado

Siempre es aconsejarse que los novatos se adentren en el bosque con alguien de más experiencia y conocimiento. “Eso sí, que se aseguren que realmente se trata de un experto, porque hay muchos que presumen de conocer las setas y no tienen tanta idea como se creen. No nos dejemos guiar por cualquiera, tiene que ser alguien entendido de verdad en la materia”, alerta Andrés Valverde, quien explica que los micólogos suelen andar con pies de plomo a la hora de determinar las variedades, especialmente si es a través de una foto. “Si alguno responde con excesiva seguridad y sin dudar, mejor desconfiar”, aconseja.

Por otro lado, las redes sociales ha contribuido a crear una comunidad ‘boletaire’ cada vez más fuerte y bien conectada, pero no es en absoluto buena idea colgar una foto en Facebook o Twitter para preguntar si una determinada seta es comestible o no. “Cada uno puede decir la suya, sea experto o no, así que mejor no arriesgarse. Además, a veces la ironía no se capta bien por las redes y se pueden generar confusiones ante preguntas evidentes”.

3- En el bosque, mucha calma

Aunque sea haya convertido en un actividad de ocio en la que disfrutar con amigos y familia, en el bosque se tiene que andar con tranquilidad y respeto, en parte porque muchos son de propiedad privada. Pero, sobre todo, porque alterar el entorno, remover el sustrato o sacar la hojarasca suele resultar perjudicial. “Si estropeas la capa superficial del bosque, que es donde se encuentra el micelio, es decir, el cuerpo vegetativo de la seta, estarás comprometiendo las futuras setas que podrían salir en la zona”, apuntan el micólogo.

Así que hay una premisa básica que cualquier 'boletaire' debería grabarse a fuego: dejar el bosque de tal manera que no se note que has pasado por allí. Y, por supuesto, no dejar ni rastro de residuos o basura, respetar las zonas valladas para ganado y aparcar solamente en los lugares habilitados para ello. Como no todo el mundo es consciente de estas medidas, ya hay comarcas como el Berguedà que han vuelto a poner sobre la mesa la necesidad de regular el acceso a los bosques.

4- Cesta de mimbre, navaja y… mascarilla

No hace falta demasiado equipamiento para ser un buen ‘boletaire’, pero estos elementos son imprescindibles, además de un buen calzado. La cesta de mimbre es básica para guardar las setas recogidas, ya que así "siguen respirando”. Por eso, las bolsas de plástico son totalmente desaconsejables. “Hay gente que no tanto por desconocimiento, sino para ser discretos, guardan las setas en bolsas y esto puede acabar siendo contraproducente, ya que especies comestibles pueden fermentar y volverse tóxicas por una mala conservación”, asegura Valverde.

La navaja también forma parte del equipo primoridial, aunque es cierto que siempre ha existido una cierta controversia entre si es mejor cortar o arrancar las setas. En realidad no hay para tanta polémica como pueda parecer: “Lo más habitual suele ser cortar con la navaja, pero también se pueden arrancar haciendo un poco de palanca debajo de pie, sin remover la hojarasca o alterar el sustrato”. 

Finalmente, y aunque cueste, no se debe olvidar que nos encontarmos en plena segunda ola del coronavirus y que el uso de mascarilla al aire libre es obligatorio, incluso si se mantiene la distancia de seguridad. Sí, también en el bosque. De momento, no hay ninguna medida específica por parte del Procicat que haga referencia a los ‘bolets’ en particular. 

5- Respetar el código de honor

No existe ninguna regulación específica sobre buscar setas, pero sí unas normas no escritas que se siguen a rajatabla desde hace décadas, y que contribuyen a que la actividad siga siendo sostenible y marcada por el ‘fair play’. Una de ellas es que los ‘boletaires’ no comparten el lugar concreto en el que suelen tener más éxito. Algo que no es por egoísmo, sino “para evitar la masificación de determinados lugares, que podrían alterarse y echarse a perder”. Así que mejor no preguntar con insistencia a quien se cruza con una cesta llena, seguir de tapadillo a alguien más experto y, por supuesto, nada de colgar las coordenadas en las redes sociales.

A su vez, también forma parte de la responsabilidad del ‘boletaire’ no extraviarse en el bosque, lo que implica movilizar los recursos de los cuerpos de rescate. “En el bosque hay que ir con cuidado, no ir nunca solo, marcar la ruta con GPS, tomar referencias o asegurarse de que nunca se pierde la cobertura del móvil”, resume Andrés Valverde. Y es que, haciendo referencia al primer punto de la lista, de nada sirve hacerse el valiente si luego no se puede volver a casa para disfrutar del resultado de la primera experiencia 'boletaire'. Y que vengan muchas más.