Urbanismo

Barcelona encarrila la reforma pendiente de Balmes entre plaza de Molina y Mitre

Las obras empezarán en otoño y en unos 15 meses deberían estar terminadas, para luego acometer el tramo hasta la plaza de Joaquim Folguera

Via Laietana: ¿por qué hacen falta 21 meses para urbanizar 600 metros de calle?

La jungla de asfalto de Balmes, por encima de la plaza de Molina, en una imagen de abril de 2023

La jungla de asfalto de Balmes, por encima de la plaza de Molina, en una imagen de abril de 2023 / Ricard Cugat

Carlos Márquez Daniel

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Barcelona es especialista en reformar calles por trozos. Es como el chiste de Eugenio, ese en el que hay un cerdo con una pata de palo en una granja, y al preguntar un curioso, le dicen: "Es que mi hija le ha cogido cariño y nos lo estamos comiendo poco a poco, ¿sabe?". Sucedió con la cobertura de la Ronda del Mig, con el paseo de Sant Joan -donde, por cierto, se conjuran dos modelos urbanísticos distintos, rambla y bulevar- y también con la calle de Balmes, la antigua riera que pasó de desalojar agua del Tibidabo a dispensar vehículos.

Tiene pendiente la transformación desde la plaza de Molina hasta General Mitre. Y luego, hasta la plaza de Joaquim Folguera. Incluso hasta Kennedy, si se quisiera. El primer tramo, prometido hace 10 años, parece que se desatasca. Así lo ha decidido la comisión de gobierno del Ayuntamiento de Barcelona, con la idea de empezar las obras en otoño por un valor de casi siete millones de euros.

La raquítica acera de Balmes, en el tramo que, si nada lo evita, se empezará a reformar en otoño

La raquítica acera de Balmes, en el tramo que, si nada lo evita, se empezará a reformar en otoño / Ricard Cugat

La obra, que tiene una duración de 15 meses, forma parte del proyecto de presupuestos que el PSC presentó para este año. Al no haber conseguido los votos necesarios y tener que impulsar la prórroga de las cuentas de 2023, Jaume Collboni tendrá que esperar a la cuestión de confianza prevista para el 2 de mayo para poder asegurar esta y todas las inversiones nuevas previstas para el ejercicio en curso.

Retales de 'porciolismo'

El proyecto es de sobra conocido porque se trata de repetir el modelo que ya empezó a aplicarse en 2010 por debajo de la Diagonal, en tiempos de Jordi Hereu. Esto es, aceras más anchas y menos espacio para el vehículo privado. Ahora mismo, este pedazo de Balmes es uno de los que mejor representa la Barcelona del 'porciolismo', con asfalto, edificios de siete plantas y ni un solo árbol, a no ser que cuenten los de la calle de Corint (parada de FGC de Pàdua) o las palmeras del patio de la escuela Poeta Foix, a nada de la plaza de Molina. El proyecto prevé, de hecho, plantar 110 árboles en la arteria.

Balmes por debajo de plaza de Molina. Las motos ocupan el espacio reformado y pensado para el peatón, aparcando en batería cuanado deberían estar en paralelo a la calzada

Balmes por debajo de plaza de Molina. Las motos ocupan el espacio reformado y pensado para el peatón, aparcando en batería cuanado deberían estar en paralelo a la calzada / Ferran Nadeu

Las aceras apenas llegan a los dos metros de ancho, la velocidad de los coches supera el máximo permitido (solo se respeta en el tramo de radar escolar), el comercio jamás despegó y las fachadas blanden ese tono grisáceo tan común en calles como Aragó, Muntaner o València. Es una arteria deshumanizada que, tras la reforma, pasará a tener laterales peatonales de algo más de cuatro metros, con una calzada que de los 15 metros disponibles ahora se quedará con poco más de 11.

La configuración del asfalto, que ahora es de 2+2 y un carril por lado de servicios, se quedará en un carril de bajada y dos de subida y un vial adicional en el lado Besòs reservado a la carga y descarga, aparcamientos para motos y contenedores. No, no habrá carril bici para poder conectar con el de Via Augusta.

Como en Via Laietana, no

Queda descartada una opción que se puso sobre la mesa en el mandato anterior: eliminar el sentido descendente para vehículos privados y pintar un solo carril de bajada para transporte público y taxis. Un poco como lo que está previsto en Via Laietana, pero al revés, porque en la calle de Ciutat Vella, una vez termine la reforma de la calle, solo podrán subir autobuses, taxis y vecinos, y los coches deberán llegar al Eixample por Paral·lel o por el paseo de Lluís Companys. Aquí, el vehículo privado debería ir a buscar República Argentina, Riera de Cassoles, o Muntaner en sentido mar. Vista la importancia que tiene Balmes en las conexiones mar-montaña, parece que se ha descartado.

Asfaltado de Balmes con Gran Via, en julio de 2022. La calle tienen pendiente la reforma hasta Pelai

Asfaltado de Balmes con Gran Via, en julio de 2022. La calle tienen pendiente la reforma hasta Pelai / Joan Cortadellas

La obra tiene el proyecto redactado desde 2018. En un principio se dijo que primero se tenía que terminar la reforma de la riera de Cassoles (antes llamada Princep d'Astúries), pero luego, acabada esa transformación, nunca más se supo: desapareció de la agenda municipal. Hasta que el PSC, ahora al mando de la cartera de Urbanismo que antes comandaba Barcelona en Comú, ha rescatado el plan. Laia Bonet, teniente de alcalde de Urbanismo, ha explicado este miércoles los detalles de la transformación de este "tramo del olvido" y ha subrayado los nuevos pasos de peatones que mejorarán la conexión entre los barrios de Sant Gervasi y el Farró y el "importante cambio de sección" de la calle.

No se había actuado de manera intensiva, pero en 2023 sí se colocaron tres semáforos nuevos a la altura de las calles de Francolí y Putxet. Para que los coches corrieran menos y Balmes tenga menos aspecto de autopista urbana. De manera que entre Molina y Mitre hay seis luminosos, uno cada 100 metros.

Cronología de una obra

Balmes empezó a reformarse por el tramo Diagonal-Aragó en 2010. Con Xavier Trias, a partir de 2011, se ejecutó desde la plaza de Molina hasta la Diagonal, en dos fases partidas por la Travessera de Gràcia, y de Aragó a Gran Via. Además del tramo de Sant Gervasi, también está pendiente la transformación de la desembocaduraentre Gran Via y Pelai, que se asfaltó en julio de 2022 pero mantiene los cinco carriles de asfalto. Solo se ha intervenido en el nudo de Balmes-Pelai-Vergara. Este tramo tiene el añadido sangrante de que el plan se aprobó en 2016 e incluso tenía asignado un presupuesto de casi tres millones de euros.

La acera a duras penas alcanza los dos metros de ancho en el tramo a reformar

La acera a duras penas alcanza los dos metros de ancho en el tramo a reformar / Ricard Cugat

También faltará chapa y pintura por encima de General Mitre. El compromiso del consistorio es impulsar la transformación una vez estén terminadas las obras de la línea 9 de metro, que tiene prevista una parada (Putxet) en la plaza de Joaquim Folguera, a la que muchos en el lugar siguen llamando Núñez de Arce, su anterior nomenclatura. Unas obras ferroviarias que, al detenerse a principios de la década anterior, como sucedió en Sanllehy o Mandri, dejaron un boquete tremendo que el Govern, a la vista de que el parón iría para largo, reurbanizó para atemperar la furia vecinal. Se invirtieron dos millonesde euros para recuperar el parque infantil y la zona verde. Pronto debería volverse a abrir.

Entre Folguera y Kennedy la calles tiene cinco metros más de anchura, con lo que las aceras ya son generosas. El asalto, sin embargo, sigue siendo el rey, con seis carriles (cuatro de circulación y dos de servicios), con lo que el margen de mejora es evidente. Y ya puestos, justo en el origen de Balmes, ya para rematar la faena, está prevista la restitución del Tramvia Blau, que lleva seis años sin circular.