El mito de la finitud de Barcelona, de la ciudad terminada y sin posibilidades de crecer, queda ampliamente refutado por el dinamismo del norte de Sant Andreu. Este rincón de la capital catalana dispone de multitud de solares pendientes de edificar. La cicatriz ferroviaria entre la Sagrera y Sant Martí se ha empezado a llenar de grúas de promociones privadas. Las macrooperaciones inmobiliarias de La Maquinista y del nuevo barrio de La Mercedes en Bon Pastor traeán a miles de vecinos y trabajadores. Un par de quilómetros más arriba, la situación de las Casernes de Torras i Bages podría parecer similar, pero tiene una idiosincrasia propia.

Es la enorme pastilla de terreno -11 hectáreas de extensión- que hace dos décadas ocupaban los cuarteles de artillería. Un espacio que hibernó durante años por la crisis de 2007, a pesar de contar con un plan urbanístico aprobado. La inversión millonaria de los dos últimos mandatos ha reactivado la urbanización del sector, que tiene en perspectiva varias inauguraciones. A diferencia de otros recovecos de la ciudad como la Marina del Prat Vermell o La Clota, con grandes proyectos de vivienda de libre mercado, en las Casernes predominan los bloques de gestión social y los proyectos arquitectónicos singulares.

Los próximos estrenos

Con el paseo de Torras i Bages como columna vertebral, a ambas orillas de dicha vía se levantan bloques de pisos a modo de almenas. Las plantas bajas de este 'skyline' las ocuparán múltiples servicios públicos. Algunos equipamientos ya hace años que funcionan, como el CAP Casernes, la comisaría de los Mossos d’Esquadra o el colegio Eulàlia Bota. No obstante, muchos otros esperan su turno aún, así que todavía queda movimiento de operarios para rato.

Tras la apertura de la rambla de Marta Mata y del parque de Antoni Santiburcio, con su macroárea de juegos y una zona de baño reconvertida en una fuente ornamental, en las Casernes aún hay cintas inaugurales que cortar. La más inminente es el espacio juvenil Jaume Oller y los 152 pisos dotacionales para gente mayor que hay junto a la comisaría. Luego, ya de cara a finales de año o principios 2025, será el turno de los 56 pisos para jóvenes que se han levantado con hormigón y madera unos metros más abajo. En este caso, además, contarán con una nueva guardería municipal a pie de calle.

Edificios cooperativos en marcha

En paralelo, la zona espera la llegada de varias promociones inmobiliarias. El Consorci de la Zona Franca de Barcelona (CZFB) todavía tiene que adjudicar varios de sus solares para levantar vivienda. Y el Ayuntamiento de Barcelona ya ha cedido algún que otro terreno para proyectos cooperativos. Uno de ellos acogerá el edificio inclusivo más grande de España. Desarrollado por el TEB y Sostre Cívic, el bloque alojará personas con discapacidades intelectuales y vecinos en situación de vulnerabilidad, entre otros. Solo les falta la financiación para empezar las obras y entregarlos a lo largo de 2026.

Otro terreno alojará el edificio de la cooperativa autogestionada La Regadora, con un total de 35 viviendas. Las llaves se prevén entregar en 2026, gracias a que el Institut Català de Finances ya les ha concedido el crédito que necesitaban. Por otro lado, el polémico tanatorio descartado en Casernes y reubicado junto a La Maquinista, ha dejado un espacio para más pisos dotacionales y la nueva sede del Casal de Gent Gran de Mossèn Clapés.

La historia interminable

A pesar de las grúas y retroexcavadoras operativas en la zona, todavía quedan edificaciones militares pendientes de derribo. Por ejemplo, la finca donde está atrincherada la Hermandad de Antiguos Caballeros Legionarios de Barcelona y el bloque fantasma de la calle del Palomar, bloqueado por la ocupación de tres de las antiguas viviendas.

Una vez sean pasto de la piqueta y se retiren sus escombros, aún quedará por levantar un centro cívico, una residencia para gente mayor y un anhelado polideportivo, que podría tener piscina si prospera la permuta que negocian Ayuntamiento y CZFB. Todo ello, rodeado de zona verde. “Aunque haya una reserva para la bolsa municipal de vivienda, queremos garantías de que todas las viviendas se destinarán a alquiler social para gente joven”, apostilla el vicepresidente de la AVV de Sant Andreu de Palomar, Àlex Labad.