Las cuentas de la ciudad para 2024

Fracasa el último intento de pacto entre el PSC y los Comuns sobre los presupuestos de Barcelona

Los socialistas ofrecen en un documento destinar 300 millones a partidas reclamadas por el partido de Colau, que juzga la oferta del todo insuficiente

Barcelona en Comú decide votar ‘no’ a los presupuestos del gobierno de Collboni

Collboni abre la puerta a la cuestión de confianza para garantizar que habrá presupuesto este 2024

Los presupuestos de Barcelona superan el primer trámite: un mes para la votación definitiva

Pleno municipal del Ayuntamiento de Barcelona

Pleno municipal del Ayuntamiento de Barcelona / ACN

Toni Sust

Toni Sust

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Los presupuestos de Barcelona para 2024 no lograrán el apoyo necesario por parte de la oposición para ser aprobados por mayoría en su votación definitiva, que se celebrará en el pleno municipal de este viernes, a la vista de que el PSC y Barcelona en Comú no han llegado a un acuerdo de última hora. No lo habían hecho durante los cinco meses que hace que empezó a tramitarse el proyecto y tampoco en el último intento, en una reunión celebrada este jueves por el teniente de alcalde de Economía, Jordi Valls, y la portavoz de Barcelona en Comú, Janet Sanz.

Como consecuencia de ello, todo apunta a que el alcalde, Jaume Collboni, recurrirá a una cuestión de confianza para validar las cuentas.

El encuentro de este jueves ha acabado en fiasco. Los Comuns sostienen que la cita ha servido para constatar que el gobierno no quiere pactar con ellos. Los socialistas sostienen que lo han intentando, y esgrimen la oferta hecha a Barcelona en Comú, resumida en un documento al que ha tenido acceso este diario, que pone cifras a la aseveración que Valls hizo este miércoles, cuando aseguró que las cuentas atienden “el 90%” de las peticiones de los Comuns.

Según fuentes del PSC, el gobierno se comprometía a cambio del sí de los Comuns a las cuentas a dedicar 90 millones de euros en 2024 y 300 en el total del mandato a partidas que se corresponden con demandas del partido de Ada Colau.

Los detalles de la oferta

Entre otros, el paquete de medidas incluiría 8 millones para la compra de viviendas con el fin de destinarlas al alquiler: 30 millones en cuatro años para rehabilitar viviendas en el Besòs, 90 para la protección de edificios patrimoniales; el compromiso de mantener la medida 30% de vivienda protegida –el documento añade “haciéndola eficaz” sin más precisiones-; vetar nuevas plazas hoteleras en el centro “excepto en casos singulares”; reducir los cruceros e incrementar el recargo turístico que pagan los visitantes de barcos con poca estancia en la ciudad; y pacificar un tramo de Rosselló.

El texto también cita la transformación del paseo de la Mar Bella y la Rambla del Carmel y “asegurar la conexión del tranvía”, aunque no precisa si en este mandato Además incluye la propuesta de acelerar las obras de mejora de la red freática, con 15 millones de inversión, la consolidación del dentista municipal y “avanzar” en la creación de una óptica municipal.

Los Comuns lo ven insuficiente

La lista no ha bastado a los Comuns, que en un comunicado han asegurado que en la reunión “no ha habido ninguna novedad” sobre sus peticiones “ni se han hecho propuestas relativas a un pacto de mandato ni se ha hablado de la gobernabilidad de Barcelona”. Es decir, se aferran a la condición de que se pacte el gobierno de izquierdas.

Fuentes de Barcelona en Comú califican de "vergonzoso" el documento y subrayan que el PSC ya se lo entregó hace dos semanas. Así las cosas, en el pleno las cuentas serán rechazadas por los Comuns y es de esperar un cruce de reproches de consideración entre los antiguos socios de gobierno.

Rifirafe también por los cruceros

La tensión entre PSC y Comuns ha aflorado este jueves incluso en las redes sociales. Janet Sanz había reprochado a los socialistas por la mañana la adjudicación de una nueva terminal de cruceros en el Puerto de Barcelona y el número "inasumible" de cruceristas en 2023. La teniente de alcaldía Laia Bonet (PSC) le ha respondido con ferocidad: "O miente o no recuerda lo que firmó". "La nueva terminal será posible gracias al acuerdo que Barcelona en Comú firmó con el Port en 2018. Los comunes no se atrevieron a limitar ni la dimensión de las nuevas terminales, ni el número de cruceros, ni el número de cruceristas", ha criticado. Según Bonet, el PSC no votó a favor de la adjudicación este jueves sino que reclamó al Puerto actualizar el pacto por "insostenible".

Un proceso largo

Más que una película, los de los presupuestos de Barcelona ha sido una serie. En la primera temporada, las cuentas fueron neutralizadas a la primera, en comisión, en octubre, cuando el gobierno las retiró para que no fueran rechazadas. Así, no pudieron ser validadas en el pleno de diciembre, en el que habitualmente tienen que ver la luz para entrar en vigor el 1 de enero del año siguiente.

En la segunda temporada, la aproximación entre el PSC y Junts per Barcelona parecía tan consolidada que en la ciudad se daba por hecho que Xavier Trias, cuyo grupo acordó con el alcalde, Jaume Collboni, la actualización de la ordenanza de terrazas, pactaría también los presupuestos, como previa a una alianza de gobierno.

La sociovergencia que no llegó

Al final no sucedió, y la sociovergencia de la que hace tantos años que se habla y de que de hecho solo ha existido en algunos ayuntamientos y diputaciones, no cuajó en Barcelona. Entonces se abrió la ventana, de nuevo, de un acuerdo de izquierdas entre el PSC, Barcelona en Comú y ERC.

Una vez retirado del consistorio y la política Ernest Maragall, que en junio había cerrado un pacto para gobernar con Trias que frustró la inesperada investidura de Collboni, los republicanos se abrieron a colaborar con el PSC, y pactaron con ellos apoyar las cuentas en su trámite inicial, el 20 de febrero. Los Comuns también votaron a favor -sin ellos no se hubiera superado esa barrera inicial- con el objetivo de lograr durante este último mes un acuerdo de gobierno tripartito.

Pero ese acuerdo no ha llegado, ya que el PSC se niega a pactar antes el gobierno que los presupuestos, y Barcelona en Comú descarta apoyarlos sin la seguridad de que estará en el gobierno, con el argumento de que así podrá evitar que se destruya el legado de su gestión en los dos últimos mandatos. Los Comuns llamaron el martes a su militancia a decidir qué votaría el grupo municipal en el pleno. No hubo sorpresas y ganó el ‘no’.

La votación previsible

Tanto ellos como los socialistas van diciendo que no serán quienes arrojen la toalla de la negociación, pero a horas para que se vote, sería una sorpresa que el desenlace no sea el previsto: que el proyecto de presupuestos sea derrotado con 15 votos a favor (los 10 del PSC y los 5 de ERC) y 26 en contra (los 11 de Junts, los 9 de Barcelona en Comú, los 4 del PP y los 2 de Vox).

Como el ayuntamiento dispone de un sistema alternativo para que un gobierno en minoría saque adelante las cuentas, una cuestión de confianza, y como los consistorios no pueden avanzar las elecciones municipales, a Collboni no le pasará como al ‘president’, Pere Aragonès, que se quedó sin presupuestos y se vio abocado a convocar autonómicas anticipadas.

Si como todo lo indica, los presupuestos no se aprueban en el pleno, el gobierno deberá convocar otro extraordinario o esperar al de abril para que empiece una cuenta atrás de 30 días, una vez en ese pleno el proyecto vuelva a perder en votación. Si pasado un mes desde ese pleno la oposición no ha sumado los 21 votos que dan la mayoría para elegir a un nuevo alcalde de Barcelona, los presupuestos quedarán aprobados.