Antigua sede de Telefónica

La increíble mutación del Edificio Estel de Barcelona: la mole de hormigón se viste de cristal

Comienza la fase de revestimiento, que solo en la fachada principal de 14 plantas precisará 1.500 ventanales

La remodelación del edificio Estel requerirá al menos 80 millones de inversión

Desencallada por 1,7 millones la licencia del edificio Estel de Barcelona

Colocación de los ventanales de cristal en la fachada del edificio Estel, antigua sede de Telefónica en la avenida de Roma.

Jordi Cotrina

Patricia Castán

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La versión arquitectónica de la transformación en cisne de uno de los patitos feos del Eixample (Barcelona) se vive por fin en el edificio Estel, más conocido como antigua sede de Telefónica en la avenida de Roma. Estos días las grúas bailan a destajo con el inicio del acristalamiento de las fachadas del bloque principal, de 14 plantas, que precisará unas 1.500 piezas solo en la cara más alta. El ritmo de la obra, que a partir de ahora entra en las fases más agradecidas, lleva a sus artífices a estimar que la enorme reforma podrá estar acabada a finales de este año, tras largos años de paciencia vecinal para ver resucitada la finca.

El edificio Estel suma más de una década de inactividad desde la mudanza de Telefónica al Fòrum. Su lamentable historial empieza con el pinchazo de la burbuja inmobiliaria, que encalló el proyecto, y el consiguiente abandono, saqueos, ocupaciones, incendios y otros percances. Los sucesivos planes de reforma (y usos alternativos) se frustraron hasta que el ayuntamiento dio vía libre a su transformación en un moderno y sostenible edificio de oficinas con comercio y restauración en los bajos. La última cifra aportada es de al menos 80 millones de euros de inversión, a sumar al precio 120 millones que abonaron Ban Capital Credit y FREO al adquirirlo a finales de 2021.

Colocación de ventanales en el edificio Estel este lunes.

Colocación de ventanales en el edificio Estel este lunes. / Jordi Cotrina

Los trabajos se retomaron ya entrado 2022. Pero fue el año pasado, al obtener por fin la licencia municipal de obras, cuando se sumergió en la gran mutación que empieza a ser visible: de una gran mole de hormigón "hostil" a un edificio "amable, luminoso, integrado y que arraigará" de nuevo en el barrio, señala a a este diario Albert Blanch, socio fundador del estudio Blanch + Conca Arquitectura, BCA. Partiendo de las grandes dimensiones de la construcción proyectada a principios de los años 70 por Francesc Mitjans, fantasmagóricas al quedar reducido al esqueleto de hormigón, Blanch ha concebido un espacio que se reconcilie con el entorno. Grandes ventanales lo llenarán de luz, tanto en el bloque alto que da a la avenida de Roma como en el de planta baja más siete al que se accede por la calle de Mallorca y que por su altura resulta más integrado en la fisonomía del distrito.

Imagen virtual de las terrazas de la planta 8ª, en el bloque de menos altura del edificio Estel.

Imagen virtual de las terrazas de la planta 8ª, en el bloque de menos altura del edificio Estel. / Edificio Estel

Espacios flexibles

Más allá de los 49.500 metros cuadrados de oficinas, bajo tierra avanzan también más de 20.000 metros subterráneos distribuidos en cuatro plantas, donde se ubica el aparcamiento. Pero tras meses de obras con el edificio destripado, se ha entrado ya en la fase de revestirlo con su nueva piel de cristal. En la fachada de mayor dimensión, de estructura tipo tribuna, se están montando unas 1.500 cristaleras (entre las frontales y los laterales de cada ventanal) que iluminarán las oficinas modulables del futuro Estel.

Blanch recuerda que el barrio de la Nova Esquerra de l'Eixample tiene muchas oficinas, pero la mayoría muy obsoletas, así que el rutilante edificio Estel, coronado por una gran azotea mirador en la planta 14 y con mucha vegetación en sus diversas terrazas, será un nuevo elemento de centralidad en el barrio. Se estima que albergará hasta 7.000 trabajadores diarios, lo que dinamizará también el comercio de la zona, que sufrió mucho con el cierre de la sede de las telecomunicaciones y el posterior declive del bloque. Cabe recordar que hace apenas un par de años languidecía custodiado por algún guardia de seguridad mientras una pareja de sintecho malvivía en una de sus entradas durante largos meses.

Render del acceso por la fachada principal en la avenida de Roma.

Render del acceso por la fachada principal en la avenida de Roma. / Edifici Estel

En la actualidad trabajan entre 250 y 400 operarios, según el momento, para llevar a cabo la faraónica reforma, detalla el arquitecto, quien asegura que se están cumpliendo los plazos previstos y que si no hay contratiempos culminará a final de año. Para entonces contará con dos auditorios de alta tecnología y espacios multiuso en el sótano; un gran vestíbulo a triple altura que realza las estructuras en cruz de hormigón diseñadas por Mitjans, así como tiendas y restaurantes; espacios modulables para oficinas a partir de 1.000 metros cuadrados hasta la séptima, pudiendo llegar a 5.000 metros; terrazas, espacios flexibles de trabajo, cafetería y zonas de reuniones en la octava. Más y mayores oficinas, ya panorámicas, hasta la 13ª. Y en lo alto la azotea de la 14ª, donde destacarán terrazas ajardinadas y vistas a la ciudad de 360º.

Comercialización en marcha

La memoria del proyecto contempla también un gimnasio con clases dirigidas; sala de juegos; centro médico; sala de lactancia; sala de relax; patio ajardinado privado y un diseño biofílico, que integra elementos de la naturaleza en interiores y exteriores; paneles solares ocultos, 12 ascensores y más. Y es que Estel quiere ser un lugar de trabajo y "bienestar", que cumpla los nuevos requisitos laborales de las oficinas, más flexibles y humanas.

Presumen también de que el 75% de la estructura interior se ha podido reutilizar, lo que supone un ahorro de carbono en comparación con una nueva construcción, de que será energéticamente inteligente y obtendrá más de un tercio de sus necesidades de electricidad a través de los paneles solares.

Imagen proyectada para el vestíbulo principal.

Imagen proyectada para el vestíbulo principal. / Edifici Estel

Además de sus casi 2.000 metros cuadrados de servicios, destacarán sus 1.500 metros de comercio en planta baja. El dossier corporativo destaca que se trata de un barrio "de primer nivel", con restaurantes cercanos con Estrella Michelin, hoteles de calidad y atractivo tanto para residentes como turistas. En dicha planta se ofertan espacios diáfanos de 188 a 472 metros cuadrados de techos muy altos, en lo que será una zona abierta de gastronomía, tiendas y paseo. Están en fase de comercialización, como los despachos.

La urbanización de la acera podría coindicir, además, con el proyecto pendiente de remodelación de la avenida de Roma hasta la estación de Sants, lo que sin duda daría aún más alas a la zona.

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