Transporte público

Cara y cruz del bus a la carta en Barcelona: crece en Sarrià, piden retirarlo en Torre Baró

Estas son las tarifas definitivas del transporte público de Barcelona para 2024

Vecinos y trabajadores del bus piden "informadores" en las líneas cargadas de turistas en Barcelona

Un bus a demanda en el barrio de Torre Baró, en Barcelona.

Un bus a demanda en el barrio de Torre Baró, en Barcelona. / MANU MITRU

Jordi Ribalaygue

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El bus a demanda en Barcelona empezó en pruebas en 2019 y circula ya en los barrios de Torre Baró, Vallbona, Montbau, Vall d’Hebron, Farró y Galvany. El servicio en que los vehículos se desplazan solo en caso de que los viajeros lo requieran mediante una aplicación rompe con el paso regular de las líneas tradicionales. Pendiente de ampliarse a más zonas de la ciudad, el balance sobre el transporte público a la carta difiere según dónde se mire: Transports Metropolitans de Barcelona (TMB) califica de “éxito” el primer año del circuito bajo solicitud en el Farró y el Galvany, con incremento de pasajeros, mientras que en Torre Baró han despuntado peticiones para revertir el sistema de rutas a conveniencia y volver al método convencional.

El caso del Farró y el Galvany, en Sarrià-Sant Gervasi, ofrece la cara positiva del servicio. Los gráficos de TMB dibujan un crecimiento sostenido de la demanda, según los últimos datos disponibles: de mayo a septiembre, se situó por encima de las 800 validaciones cada mes y, tras el descenso vacacional de agosto, remontó en septiembre para superar las 1.000, unos niveles no vistos en los primeros cuatro meses de 2023. 

En total, se registraron 8.108 validaciones entre el 1 de enero y el 30 de septiembre en la línea, con 1,24 pasajeros por cada solicitud de viaje. Los desplazamientos más frecuentes fueron con destino a dos equipamientos sanitarios, el Centro de Atención Primaria Adrià y el Hospital Plató.

El bus a demanda da opción a programar el trayecto con antelación o pedirlo cuando se necesita. La solicitud sin reserva previa ha sido la más común por ahora en el Farró y el Galvany, con 5.922 validaciones. Según TMB, el tiempo de espera para esos viajes no planificados con anterioridad fue de unos 12,13 minutos. 

Falta de cobertura

La cara desfavorable para el sistema a la carta se encuentra en Torre Baró, en el distrito de Nou Barris. Vienen de lejos las quejas por las demoras aguardando un bus para cubrir un recorrido de pocos minutos en un barrio donde los desniveles y las calles escarpadas hacen imprescindible el transporte público. En algunas ocasiones, la aplicación llega a avisar de esperas que prevén prolongarse más de una hora.

Se añade el contratiempo de la mala cobertura en el flanco sur del vecindario, con un puñado de viviendas enclavadas en un extremo de la sierra de Collserola: la falta de señal en ciertas zonas provoca que desaparezca la ruta en el GPS del autobús. Los vecinos confiesan que han tenido que guiar a más de un conductor desorientado.

El bus a demanda en el barrio de Torre Baró, en Barcelona.

El bus a demanda en el barrio de Torre Baró, en Barcelona. / MANU MITRU

El malestar por los problemas en el servicio se trató este mes en un consejo de barrio. La Asociación de Vecinos de Torre Baró propuso que el bus a demanda se reduzca al fin de semana y se convierta en una línea de paso regular de lunes a viernes, al menos mientras no se apliquen dos remedios a los inconvenientes: la instalación de antenas para ampliar la cobertura y la construcción de una rotonda en 2024, con la que el distrito de Nou Barris confía que mejore la fluidez de circulación. “El Ayuntamiento dijo que recogía nuestra idea, pero no se esperan grandes cambios”, previene la presidenta de la entidad vecinal, Valeria Ortiz.

En el mismo sentido, el PP ha rogado al distrito que ponga fecha al regreso del bus tradicional mientras no se resuelvan las incidencias. Los populares abogan por que el autobús recoja a todas las personas que estén en las paradas, con independencia de que hayan hecho reserva o no. Los conservadores plantean que, como mucho, se haga una prueba piloto de los trayectos a demanda los sábados y domingos, pero a condición de reimplantar antes la red convencional de buses.  

Ortiz critica que “no hay plan B” al actual método a conveniencia. “No tenemos fecha para que pongan repetidores ni para que hagan la rotonda, aunque no creemos que vaya a bajar el tiempo de espera”, sospecha. Opina que el sistema es "inviable" en parte de Torre Baró: “En la zona norte, el bus a demanda vino a sumar, porque hay una línea de paso regular. Pero en la sur, solo hay bus a demanda. No sabes si mañana vas a tener fiebre y vas a necesitarlo para ir al CAP. Hay gente que se pone alarmas para que no se le escape pedir el autobús con antelación y no se lo quiten, pero no siempre puedes reservarlo con mucho tiempo porque no sabes qué va a pasar. Nunca va a funcionar en esa parte del barrio”.