El Área Metropolitana de Barcelona saca a concurso su bus turístico City Tour por 284 millones de euros

La ciudad de Barcelona dispone de dos servicios de bus turístico. Quizás piensen que uno es público y el otro es privado, pero lo cierto es que ambos tienen detrás a la Administración. Por un lado están los vehículos de Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB), con su Bus Turístic. Por el otro, el Área Metropolitana de Barcelona (AMB), que no deja de ser tierra madre del primero, que gestiona el City Tour. Este último agota su contrato en vigor y acaba de salir a concurso la continuidad del servicio para los próximos 12 años, de manera que un operador privado realice una gestión indirecta del mismo.

El montante lo convierte en uno de los contratos más suculentos del ente supramunicipal: un presupuesto de salida de 285 millones de euros. Y la nueva licitación trae novedades: las dos líneas existentes llegarán ahora a más puntos de la ciudad, entre ellos el Park Güell y la Sagrada Família.

El sistema tuvo un inicio algo atropellado, pues a principios de siglo, la empresa privada Julià Tours, junto con Pullmantur, puso en marcha un servicio similar al que prestaba TMB desde 1987. Tras una batalla legal, un juez dio la razón a la Entidad Metropolitana del Transporte (el AMB no renacería hasta 2010 después de que Jordi Pujol la guillotinara a mediados de los 80), que denunciaba un delito de competencia desleal. Años más tarde, en 2008, este mismo organismo sacó a concurso la licencia para operar un servicio similar al del Bus Turístic. Así nació City Tour, que ahora inicia la búsqueda de un nuevo 'padrino' privado.

Dos rutas que llegarán a más puntos

La licitación, que se cierra el 28 de diciembre, tiene como objeto mantener el servicio tal cual está, es decir, la explotación de las rutas diurnas naranja y verde, junto con las nocturnas (Llums de Nadal, durante la campaña de Navidad, y Ruta Nit, de mayo a septiembre). La nueva empresa se hará cargo del bus turístico del AMB entre julio de 2024 y julio de 2036. Hasta el verano del año que viene, este cometido seguirá recayendo en la actual unión temporal de empresas formada por Grupo Julià, Moventis y Trapsa.

El concurso trae novedades en cuanto a las líneas con el objetivo de llegar a más puntos de la ciudad. Descentralizar el turismo, lo llaman. La verde sumará la Mar Bella, el Fòrum, Glòries, el Park Güell y el paseo de Gràcia, una arteria que ahora forma parte del trazado naranja, que, en cambio, incorporará la Sagrada Família que ahora cubre su propuesta hermana.

La compañía que se haga con el pastel, además de mantener el personal de la explotación actual, deberá cumplir con toda la normativa ya vigente en cuanto a horarios, gestión de colas y tarifas, y además tendrá que comprar nuevos vehículos que pasarán a ser propiedad del AMB. También se le permite que parte de la flota no sea nueva, con un mínimo de 30 unidades al empezar el contrato, cifra que deberá ascender a 44 a partir del cuarto año.

Todos los vehículos tendrán que ser dos pisos, con la parte superior descubierta; facilitar el acceso a personas con movilidad reducida, y estar dotados de wifi, dos USB por cada dos asientos y una megafonía individualizada con al menos 16 idiomas. El ganador también podrá modificar, si así lo considera, la imagen exterior de los autobuses, que deberán incluir, además, un mínimo de tres cámaras de videovigilancia.

¿Es rentable?

Si es un negocio rentable o no debe calibrarse en función de los billetes vendidos antes de la pandemia, pues a día de hoy, el servicio todavía no ha alcanzado las cuotas de 2019. Ese año se vendieron 833.374 tickets, mientras que en 2022 fueron 664.720. En 2017 se superaron estas cifras, hasta alcanzar las 958.114 validaciones. En el Bus Turístic de TMB ha sucedido algo similar: 2019 fue el peor año desde 2012 y en 2022 se dispensaron un 32% menos de billetes.

Sobre el servicio que gestiona la empresa pública de transportes, a mediados de octubre, el gobierno municipal dejó entrever que tanteaba cambios en las líneas. Los autobuses que conectan con el entorno del Park Güell y los búnkers del Carmel -en especial, los de las líneas V19, 22 y 24- suelen llenarse de camino a ambos reclamos alejados del centro. Rebosan de visitantes de paso por la ciudad, lo que da pie a alguna que otra molestia para los viajeros habituales del transporte público. Ha llegado a darse el caso de que los conductores no abran la puerta en algunas paradas, por ir repletos. 

Mitigar quejas

El concejal de Horta-Guinardó, Lluís Rabell, explicó en el consejo de barrio del Baix Guinardó que el Ayuntamiento había barajado opciones para mitigar las “quejas” de los vecinos que se desplazan en autobús. El edil admitió que las líneas que atraviesan la zona acostumbran a ir “sobresaturadas de demanda turística”. Rabell reveló que “la solución más adecuada” a juicio del consistorio era “ampliar el recorrido de la línea de bus turístico, con una primera parada en el Hospital de Sant Pau y con recorrido directo hasta la siguiente parada, de nueva creación y en la plataforma situada en la carretera del Carmel, delante del Park Güell”. Con esa fórmula, afirmó que se pretendía “rebajar la presión sobre las líneas convencionales”.

Pese a lo anticipado por el concejal, TMB y el área de Movilidad del ayuntamiento responden que se trabaja “en diferentes soluciones” para aligerar la sobrecarga en los buses que suben hasta el Carmel, sin que se dé ninguna por definitiva. En todo caso, la nueva ruta verde del futuro City Tour prevé enlazar el Hospital de Sant Pau y el Park Güell. Aunque no es con exactitud lo que Rabell anunció a los vecinos, sí tiene visos de aspirar al mismo objetivo.

Suscríbete para seguir leyendo