Desalojo "hostil"

Los Mossos blindarán la Bonanova para la ‘batalla’ del Kubo y la Ruïna

Un fuerte dispositivo policial controlará los accesos a la plaza mientras dura el desalojo de las casas okupadas

La escuela La Salle Bonanova cerrará accesos y suspenderá actividades por el desalojo

Los okupas de la Bonanova advierten de que responderán "con furia" al intento de desalojo

Las claves para entender el conflicto del Kubo y la Ruïna

Mossos d'Esquadra vigilan uno de los edificios de la plaza de la Bonanova, donde se encuentran los edificios okupados La Ruïna y el Kubo, a 11 de mayo de 2023, en Barcelona, Catalunya (España).

Mossos d'Esquadra vigilan uno de los edificios de la plaza de la Bonanova, donde se encuentran los edificios okupados La Ruïna y el Kubo, a 11 de mayo de 2023, en Barcelona, Catalunya (España). / David Zorrakino - Europa Press

Germán González

Germán González

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Sobre el papel, el desalojo de las casas okupadas de El Kubo y la Ruina, previsto para la madrugada de este jueves, comenzó hace semanas. Conscientes de que será una de las desocupaciones más complicadas, por la ubicación de los inmuebles y el nivel de resistencia, los Mossos d’Esquadra llevan semanas preparando el asalto con reuniones entre varias unidades, principalmente agentes de orden público, antidisturbios e información.

La coordinación será fundamental en este dispositivo que pretende hacer cumplir la orden del Juzgado de Primera Instancia 39 de Barcelona. A finales de mayo estimó íntegramente la demanda de la Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb) por la ocupación del edificio La Ruïna, en la plaza de la Bonanova, y ordenó a sus ocupantes que lo desalojen.

Al no hacerlo de forma voluntaria, se fijó este 30 de noviembre como la fecha para desocuparlo. A la vez que La Ruina también se recuperará el Kubo para la Sareb. Su desalojo estaba previsto para marzo pasado pero no se hizo por motivos de seguridad ya que los dos inmuebles están conectados de forma interna. En ese momento, los Mossos d'Esquadra alegaron que la actuación debía de ser conjunta para desalojar los dos edificios por lo que la orden judicial permite esta opción.

Una desocupación “hostil”

Precisamente, desde que se conoció a principios de este año que el Kubo sería desalojado los okupas fortificaron los dos inmuebles con material de obra, vallas, bloques de cemento y hasta señales de tráfico. En los últimos días se han reforzado esas defensas por lo que la policía espera mucha resistencia y un ambiente “hostil”, según varias fuentes. Así, no se descartan que algunos ocupantes traten de evitar su salida encadenándose al edificio, colgándose en las fachadas o con las manos dentro de hormigón para retrasar la desocupación.

Los Mossos creen que los okupas, que han protagonizado incidentes con los vecinos, se preparan para el asalto almacenando objetos que podrían lanzar a los agentes, como piedras, botellas, extintores, material pirotécnico y palos. También consideran que dentro podrían encontrar algunas trampas, como agujeros en el suelo tapados con mantas o alfombras, o un cable de electricidad en el pomo de la puerta. Se calcula que el desalojo durará horas y los máximos responsables policiales y de los servicios de emergencia seguirán su evolución desde el centro de mando.

’El Kubo’ y ’La Ruïna’, dos inmuebles okupados de Sarrià

’El Kubo’ y ’La Ruïna’, dos inmuebles okupados de Sarrià / EPC

Corte de accesos de madrugada

Ante estas previsiones, el dispositivo no sólo tendrá numerosas dotaciones de la Brigada Móvil y de las Áreas Regionales de Recursos Operativos (ARRO). Se contará con otros grupos, como la canina o grupos de subsuelo, para realizar el desalojo con total seguridad. Además, por primera vez la policía podría usar la unidad de drones para controlar las entradas a los edificios ocupados así como las calles cercanas. En concreto, se calcula que hay un centenar de personas, una cifra que podría verse incrementada en las últimas horas.

Por eso, los Mossos en colaboración con la Guardia Urbana de Barcelona cortarán desde la madrugada del jueves cortarán todos los accesos a la plaza Bonanova impidiendo el paso de vehículos y dirigiendo a los vecinos hacia otros puntos alejados de los inmuebles a desalojar. La intención también es impedir la llegada de una marcha de okupas convocada desde Vallcarca hasta el Kubo y La Ruina para tratar de evitar el desalojo.

Tensión entre okupas y vecinos en la Bonanova de Barcelona

Tensión entre okupas y vecinos en la Bonanova de Barcelona / FERRAN NADEU

Epicentro de polémica

El Kubo está ocupado desde 2016 y la Ruïna desde 2019. Entre abril y mayo pasado se produjeron varios enfrentamientos con los vecinos que, periódicamente, siguen protestando por su presencia en el barrio. En concreto, hubo escaramuzas cuando habitantes de las viviendas okupadas salieron con el rostro tapado por cascos y armados con palos, barras de hierro y hachas a perseguir a un grupo de personas. Las imágenes se hicieron virales.

Sin embargo, los 'okupas' afirmaron que son ellos las víctimas ya que se defendieron de un intento de asalto a uno de los inmuebles. En esa ocasión aseguraron que fue su "reacción a los ataques y mostrando la autodefensa como violencia gratuita" y denunciaron que les intentaron "incendiar el huerto que hay detrás de la casa" junto con el lanzamiento de piedras y botellas de vidrio.

Las quejas vecinales por los dos inmuebles ocupados fueron utilizadas por varios grupos políticos, como Vox, Ciudadanos o el PP, en la anterior campaña electoral en Barcelona como una muestra de la presunta tolerancia del movimiento okupa por parte del anterior equipo de gobierno municipal liderado por Ada Colau. Incluso la empresa Desokupa, especializada en presionar para desahuciar inquilinos, realizó una protesta anunciando un desalojo que nunca se produjo y obligó a la policía a separar dos concentraciones antagónicas, a favor y en contra de los okupas, en la Bonanova.

Tras las elecciones el interés mediático por los dos inmuebles okupados bajó, aunque un grupo de vecinos siguió manifestándose cada martes frente a las casas y a veces les acompañaban algunos representantes políticos como la diputada de Cs en el Parlament Anna Grau. Se quejaban de la inseguridad que provocaban los okupas en el barrio aunque otros residentes en la zona destacaban que hasta hace un año existía una convivencia normal.

Temor a represalias y disturbios

Ante el anuncio del desalojo, la escuela La Salle, ubicada en pocos metros de los edificios ocupados, ha anunciado medidas preventivas: el acceso al centro será por otra puerta a la habitual ya que la principal está frente a El Kubo y La Ruina. Además, han anulado varias actividades previstas que implicaba la salida de alumnos del colegio.

Protestas por dos fincas okupadas en la plaza Bonanova de Barcelona, denominadas 'El Kubo' y 'La Ruina'

Protestas por dos fincas okupadas en la plaza Bonanova de Barcelona, denominadas 'El Kubo' y 'La Ruina' / Europa Press

Algunos comerciantes cercanos a la plaza han decidido no abrir por la mañana este jueves para evitar destrozos en escaparates además de blindar algunos cristales con maderas, como es el caso de la floristería que está al lado de los inmuebles okupados, tal y como les recomendaron los agentes. Tampoco se permitirá el acceso al aparcamiento de la zona a partir de las 5 de la mañana y hasta que acabe "el dispositivo policial".

Además, han expresado su preocupación ante posibles “represalias” de los ocupantes por la tarde con la previsible convocatoria de protestas. En este sentido, se esperan concentraciones por grupos antisistema en la zona o en otros puntos de la ciudad, tal y como pasó tras el desalojo de Can Vies o el Banc Expropiat, que podrían acabar con graves incidentes. Los Mossos tienen previsto desplegar un dispositivo por la zona para evitar cualquier tipo de altercado y están muy atentos a posibles enfrentamientos.

Otro desalojo a la vez en Santa Coloma

La actuación policial en El Kubo y La Ruina coincidirá con el desahucio del centro social okupado 'Estudi 9' en la zona antigua de Santa Coloma de Gramenet. Este inmueble está afectado por un plan urbanístico de la zona que el Tribunal Superior de Justícia de Catalunya (TSJC) tumbó el pasado noviembre del 2022, tal y como adelantó EL PERIÓDICO, aunque la decisión judicial no es firme.

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