Sin hoja de ruta ni calendario
Barcelona deja en el aire el proyecto para resucitar el teatro Arnau
La suerte variopinta de los teatros comprados por Barcelona: lecciones para el Antic Teatre
La vida del Arnau antes del Arnau
Cuando el Arnau iba a ser derribado por su frágil salud
Meritxell M. Pauné
Periodista y jefa de 'Gran Barcelona'
Periodista especializada en información local de Barcelona y Catalunya. Responsable de la sección 'Gran Barcelona' desde septiembre de 2022. Antes, en los diarios TOT Barcelona y La Vanguardia, entre otros. Profesora de Periodismo digital en la UIC tres cursos y puntualmente del máster del Observatori de la Cobertura de Conflictes. Colaboradora en prensa vecinal ('Carrer', 'Cap a peus') tertulias de televisión y radio (betevé, Catalunya Ràdio, Ràdio Estel...), libros de historia local ('Retrats per la memòria', 'Objetivo Venus', 'Josep Maria Huertas Claveria i els barris de Barcelona') e investigaciones académicas (Observatori de la Cobertura de Conflictes, Periodismo UAB).
La resurrección del viejo teatro Arnau de Barcelona acumula más enredos que los vodeviles que le dieron fama hace un siglo. Primero la pandemia y ahora el cambio de gobierno en el Ayuntamiento de Barcelona lastran su rehabilitación como escenario, centro de memoria y ateneo vecinal, un triple uso pactado en 2017 tras un espinoso proceso participativo. El proyecto ejecutivo de las obras, con luz verde inicial desde 2021, está hoy en el aire: sin calendario, ni presupuesto, ni siquiera una nítida voluntad municipal de llevarlo a cabo.
Los heterogéneos colectivos que participaron en el debate sobre el futuro del Arnau vuelven a movilizarse este otoño al constatar que la actuación arquitectónica no forma parte de los presupuestos para 2024 que propone el ejecutivo de Jaume Collboni. Y el silencio municipal ha acabado de hacerles saltar las alarmas. El último teatro de barraca que queda en Barcelona es propiedad municipal desde que lo comprara en 2011 el gobierno municipal de Jordi Hereu por dos millones de euros.
La carpeta del Arnau está en la mesa del nuevo concejal de Cultura e Industrias Creativas, Xavier Marcé, que conoce bien la escena teatral de Barcelona como exvicepresidente de Focus. Y, hoy por hoy, el consistorio no da por decidido el destino de este inmueble. “La concejalía de Cultura entoma el tema, quiere buscar una respuesta con el departamento municipal de Patrimonio que permita decidir el uso del Arnau desde la responsabilidad de una gestión presupuestaria compleja”, se limita a responder el gobierno municipal a través del Institut de Cultura de Barcelona (ICUB).
La frase tiene más de una ambigüedad pero el ICUB declina ir más allá. Solamente recuerda que los presupuestos 2024 están todavía por pactar y que incluyen una partida sin asignar de 300 millones de euros, usualmente destinada a financiar proyectos de ciudad imprevistos o solicitados por la oposición a cambio de la aprobación de las cuentas. Y, apuntan, tampoco hay aún Plan de Inversiones del Mandato (PIM), un documento que se elabora durante el primer año de cada mandato para prever grandes obras.
Inquietud vecinal
“Las obras mínimas que se le hicieron para que no se derrumbase tienen fecha de caducidad”, advierte Toni Ramon, profesor de arquitectura de la UPC y director del Observatorio de Teatros en Riesgo. “Pensábamos que habíamos salvado el Arnau y ahora dudamos de si habrá que salvarlo una segunda vez”, asevera.
El académico fue clave hace siete años para desbloquear el choque inicial entre consistorio, vecinos, historiadores y activistas culturales para forjar un consenso. “Fue un proceso ejemplar del que todo el mundo salió satisfecho y demostró que se podía preservar el pasado del Arnau y a la vez darle utilidad para el futuro y para los tres barrios a su alrededor”, rememora. El formato acordado, un ‘teatro-ateneo’ con gestión comunitaria y archivo histórico, permitió compatibilizar usos gracias a una arquitectura flexible.
Y dio paso a una programación teatral sin sede, llamada Arnau Itinerant, que encara su quinta temporada. Su organización sale a licitación cada dos años y está adjudicada hasta junio de 2024 a la Coordinadora de entidades por el Teatro Arnau, que agrupa a unos 25 colectivos distintos. Javier Rodrigo, miembro de esta plataforma, expresa la perplejidad asociativa por la falta de una hoja de ruta clara: “Ya hay un proyecto terminado y aprobado, ¿qué más hay que decidir?”.
“El proyecto consensuado no es de ningún partido, es fruto de un proceso participativo impulsado por entidades”, recalca. “Y el Ayuntamiento participó en él desde tres áreas, el distrito de Ciutat Vella, la concejalía de Memoria Democrática y Participación y el ICUB, así que en teoría estaba validado tanto por ‘Comuns’ como por el PSC. Sería muy raro ahora desdecirse”, apunta Rodrigo, que además recuerda que fue uno de los proyectos presentados para ganar la Capitalidad Europea de la Democracia 2023.
Coste y precedentes
El proyecto ejecutivo estimaba que la rehabilitación costaría 11,6 millones de euros. No está cuantificado un coste de mantenimiento. “Cuando el Arnau quedó fuera de los presupuestos de 2022 aceptamos que se priorizara atender las secuelas de la Covid, pero la pandemia cada vez queda más lejos, nadie nos responde y no entendemos por qué se prolonga tanto la incertidumbre”, protesta Ramon. La agitada negociación de las cuentas municipales para 2024 es la última carta que le queda al proyecto para salir del cajón a corto plazo.
“Intuyo que alguien cuestiona la inversión porque Barcelona ya tiene suficientes teatros municipales, pero el Arnau proyectado es otra cosa diferente, es más bien un casal comunitario que además permite mostrar dramaturgia contemporánea y la historia del Paral·lel”, defiende Ramon. “Y la gestión comunitaria puede ser sostenible económicamente y atraer público, como muestran por ejemplo la Lleialtat Santsenca, el Ateneu Popular de Nou Barris o el nuevo Paral·lel 62“, ejemplifica Ramon.
Suscríbete para seguir leyendo
- La madre de Moisés habla alto y claro sobre la victoria de Óscar en 'Pasapalabra
- Las jugadoras del Barça se tuvieron que poner ellas mismas las medallas de campeonas
- Manolo García: “De estas elecciones me ha gustado que, de cada dos catalanes, uno no ha ido a votar”
- El día que Elena Schröeder, la turista asesinada en Afganistán, salvó la vida a un hombre en la estación de Sants
- La palabra catalana de tres letras para despedirse que debería usarse en toda España
- Junts pide suspender los resultados del 12M y repetir el voto exterior por 'graves irregularidades
- Estado Islámico reivindica el atentado en Afganistán en el que murieron tres turistas catalanes
- Una madre y una hija farmacéuticas y un directivo de una empresa química, las víctimas catalanas del ataque terrorista en Afganistán