Debate en marcha

El teatro vanguardista que acogió a Lorca en Barcelona, en riesgo de ser despedazado

El ayuntamiento propone trasladar una biblioteca al Taller Masriera, lo que amputaría el teatro Studium, un inadvertido recinto histórico

Taller Masriera en la calle Bailén

Taller Masriera en la calle Bailén / ALVARO MONGE

Jordi Ribalaygue

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“Debo de ser la única persona que ha vivido allí dentro y que, además, ha actuado en el teatro”, confiesa Carme Masriera, descendiente de una estirpe a la que Barcelona debe un escenario singularísimo. El teatro Studium ha sobrevivido cerrado e inadvertido en el Eixample, bien se podría decir que intacto, como si apenas nada hubiera cambiado desde los tiempos en que aparecía en la cartelera de la ciudad, antes de la Guerra Civil. Se oculta dentro del Taller Masriera, ese templo griego algo sombrío y empotrado en la calle Bailèn, un capricho decimonónico construido para albergar un obrador de orfebres y pintores aficionados a las tablas. Tras unos años de funciones reservadas a la familia, se abrió al público y a compañías de actores aficionados en 1932, a funciones de teatro vanguardista y a grupos internacionales. “Allí hice Els Pastorets. Y lo frecuentaba gente importante del mundo del teatro, de la danza, de la música...”, evoca Masriera. Incluso Federico García Lorca pasó por allí. Ahora, el Ayuntamiento de Barcelona barrunta cómo ocupar tan desaprovechada reliquia. Por ahora, el único proyecto que ve viable impone despedazar el histórico teatro.

El consistorio adquirió el Taller Masriera a través de una permuta en 2020, con la intención de remodelarlo para paliar la falta de equipamientos de vocación vecinal en el distrito. La operación colmó una reivindicación en el Eixample, pero las posiciones del gobierno municipal y del tejido asociativo son ahora distantes en cuanto a qué utilidad dar al edificio en desuso y cómo reformarlo por dentro. 

El ayuntamiento planteó una terna de propuestas hace un año. En mayor o menor medida, todas comportaban mutilar el Studium, para disgusto de los colectivos que defienden mantenerlo. El consistorio pone ahora una sola idea sobre la mesa: consiste en trasladar la biblioteca Sofia Barat al inmueble neoclásico para replicar el interiorismo diáfano y compartimentado de la flamante biblioteca Gabriel García Márquez, en La Verneda. 

Ocupar el patio de butacas

En una reunión preliminar al proceso participativo para reconvertir el taller, el ejecutivo local y el Consorci de Biblioteques han admitido que acondicionar las entrañas del edificio para dotarlo con salas para entidades vecinales y aulas de formación implicaría ocupar parte del patio de butacas -unos 300 asientos polvorientos y en parte despanzurrados- y adaptar el espacio escénico, un vestigio casi centenario. El planteamiento del consistorio no casa con las líneas rojas que marca la plataforma Masriera, que exige conservar el teatro Studium, sea cual sea el proyecto que prospere para que el inmueble reviva.

“Nuestra condición es que se preserve”, señala Jaume Artigues, presidente de la Asociación de Vecinos de la Dreta de l’Eixample y miembro del colectivo que aboga por recuperar el escenario y que parte del edificio acoja un ateneo para entidades. “Se llegó al acuerdo de hacer el proceso participativo después de que se rechazaran las propuestas del Institut de Cultura de Barcelona que suponían las desaparición del teatro. Es una pieza importante para el patrimonio, pero ahora estamos en el mismo punto que hace un año”, se queja Artigues. 

El teatro Studium, dentro del Taller Masriera, situado en el Eixample.

El teatro Studium, dentro del Taller Masriera, situado en el Eixample. / JOAN PUIG

Descartado un instituto de teatro

El Ayuntamiento había especulado con que el Studium alojase un instituto de artes escénicas, una sugerencia más afín a los postulados de la plataforma. No obstante, el Consorci d’Educació de Barcelona ha descartado la ubicación. Considera que falta superficie para embutir clases y otros servicios al margen del escenario. “Es inviable. Aunque el edificio imponga desde fuera, su configuración por dentro es laberíntica y se deben hacer cambios porque no cumple la normativa”, sostienen representantes del consorcio. Aparte, la dirección de patrimonio del consistorio ha redactado un borrador sobre los bienes intocables de la finca en caso de que se efectúen obras. El teatro no está incluido.  

Sin programación teatral

Frente a las críticas de la plataforma vecinal, el gobierno municipal sostiene que ha recogido buena parte de sus inquietudes y que está abierto a estudiar otras opciones. Afirma que, de asentarse la biblioteca, el inmueble estaría abierto a los grupos vecinales más allá del horario habitual de apertura y que podría cobijar algún tipo de actividad escénica. “Lo que no hay son agentes que se nos hayan dado a conocer que estén dispuestos a ofrecer una programación regular de teatro amateur”, señala Jordi Matas, consejero de los comuns en el distrito del Eixample.

Eduard Llorens es estudiante de Arquitectura y se ha involucrado en la discusión en torno al Taller Masriera, al que dedica su proyecto final de carrera. “El Studium es un tipo de espacio que se está perdiendo en Barcelona -advierte-. Fue uno de los primeros teatros completamente electrificados en la ciudad y, con su caja escénica, cambió la forma en que se hacía teatro. Tal como está planificada la biblioteca, el escenario desaparecería del todo, cuando debería ser un reto para Barcelona conservar sitios así”. 

Otras voces ponen el acento en acabar con la sensación de abandono que envuelve al edificio. “Se ve lúgubre. Aún era peor hace unos años, cuando era de una congregación de monjas y la gente tiraba bolsas con ropa por encima de la valla. Lo que no se puede es dejarlo estancado”, zanja una vecina. Por su parte, Carme Masriera recalca que “no hay ningún teatro en Barcelona de estas características”. “Sería una lástima que desapareciera”, piensa la nieta de Lluís Masriera, fundador del Studium. “Estaría bien conservarlo y que fuese para siempre”, ruega al ayuntamiento.

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