Pleno municipal

La oposición tumba las ordenanzas municipales de Collboni y la tasa de terrazas

Collboni no logra el apoyo necesario para salvar su pacto con los restauradores. Todos los grupos votan en contra de las normas, menos el PP y Vox, que apoyan la de la tasa por mesas en la calle.

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Turistas tomando algo en una terraza de la Barceloneta.

Turistas tomando algo en una terraza de la Barceloneta. / Manu Mitru

Toni Sust

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El pleno municipal de Barcelona ha rechazado hoy el proyecto de ordenanzas fiscales para 2024, lo que supondrá la prórroga de las actuales, porque no hay más opción de que sean aprobadas con tiempo para que entren en vigor el 1 de enero, como es precptivo.

Jaume Collboni ha visto cómo la oposición le tumbaba las ordenanzas, incluida la de terrazas, en la última posibilidad que tenía para salvarlas. Un revés más que considerable que tendrá consecuencias y que deja en evidencia la dificultad que supone gobernar con 10 concejales sin apoyos estables, internos o externos.

El ‘no’ de Junts

En la votación global de las ordenanzas, solo el PSC ha votado a favor, 10 contra 31 votos. En la de terrazas, tanto el PP como Vox han votado a favor, lo que ha sumado 16 votos favorables, pero el rechazo de Junts, Barcelona en Comú y ERC ha ha hecho que ganara también el ‘no’ en este caso.

Hasta este jueves, se consideró posible que Junts acabara acordando, por lo menos, permitir la aprobación de la ordenanza de terrazas, aunque fuera con una abstención. Se programó votación separada para este viernes de esa ordenanza, aunque se hizo a petición del PP, no de Junts. Y cuando ha llegado el momento, Ramon Tremosa ha sido el encargado de comunicar que el grupo de Xavier Trias votaría ‘no’ a todas las ordenanzas.

Tremosa ha recordado que Junts pidió una rebaja del 2% del IBI, y ha subrayado que eso hubiera beneficiado a 500.000 barceloneses con un coste para el consistorio de entre 15 y 20 millones. El gobierno de Collboni no lo aceptó.

“Hoy no se acaba nada”

Tanto Jordi Martí Grau, por Barcelona en Comú, como Ernest Maragall, por ERC, han anunciado un voto negativo que ya habían anticipado. El PP ha votado en contra de las ordenanzas pero a favor de la de terrazas, como apoyo al sector, ha argumentado Ángeles Esteller. Y Vox ha hecho lo mismo.

El teniente de alcalde de Economía, Jordi Valls, que ha hecho una pequeña presentación de las ordenanzas, ha afirmado una vez consumada la derrota: “Hoy no se acaba nada, hoy empieza todo”. Y así ha dado a entender que el diálogo político será necesario. Pero no ha anticipado cómo eso puede servir para arreglar el estropicio de la ordenanzas.

El pacto con los restauradores

Pero ahora el gobierno tiene delante un conflicto en ciernes. Porque el rechazo de las ordenanzas impide que pueda aplicarse el pacto cerrado por Valls con el Gremi de Restauració. El teniente de alcalde acordó con el sector que los restauradores pagarían en su conjunto cerca de 4,6 millones de euros el año que viene al consistorio en concepto de tasa de terrazas.

Salvo sorpresa, y no está claro si hay espacio ya para más sorpresas, la ordenanza se prorrogará como está vigente, con la tasa que se fijó en 2019 para 2020, lo que elevaría el pago anual del sector a ocho millones de euros para el ayuntamiento. 

La bonificación

Esa cantidad, que en 2019 fue rechazada con vehemencia por el sector, porque suponía un incremento significativo, nunca se llegó a cobrar: a raíz de la pandemia del covid el ayuntamiento aprobó una bonificación del 75% del pago que en la práctica suponía eliminar el aumento. Con la bonificación, la cantidad abonada por el sector bajó de los ocho millones previstos a dos, que son los que recibió el ayuntamiento de 2020 hasta 2023. Por ello, si la tarifa sube a ocho en la práctica supondrá cuadriplicar la tasa.

Valls presentó semanas atrás una propuesta sensiblemente inferior a los ocho millones pero claramente superior a los dos que ha cobrado la ciudad estos años, mediante un sistema de progresivo que penaliza más a quién más mesas tenga, y que supondría un ingreso anual de 5,8 millones para el consistorio. Esa propuesta no contaba con el plácet de los restauradores, que poco después cerraron un pacto con Valls que sitúa la cantidad a pagar en los ya citados 4,6 millones.

Llorados de casa

“Nosotros venimos llorados de casa”, ha afirmado Tremosa con retranca, antes de recordar como Trias vio como se quedaba sin alcaldía una hora antes de la investidura del 17 de junio. Martí Grau ha afirmado que el del gobierno es ya “un doble fracaso”, en alusión a la retirada del punto de los presupuestos de la Comisión de Economía.

Maragall ha considerado confirmado que Collboni desteje la obra de gobierno de Ada Colau pese a gobernar con los votos de los ‘comuns’: “Sus únicos socios hoy aquí son Vox y el Gremi (de Restauració)".

Dos salidas posibles

Fuera del pleno, Valls ha reprochado a la oposición, esencialmente a Junts y Comuns, su voto negativo, al afirmar que le resulta "difícil" entender esa posición. El teniente de alcalde ha asegurado que el gobierno mantendrá la oferta de diálogo, pero ya no para las ordenanzas, si no para buscar "otro tipo de soluciones" que permitan que la tasa de terrazas no se dispare.

Tremosa ha declarado a los medios de comunicación que Junts propone un pleno extraordinario antes del 7 de noviembre en el que se apruebe prorrogar un año más la bonificación del 75%, es decir, mantener el pago anual de dos millones de euros.

·El gremio

Y el gremio, mediante un comunicado, ha llamado a los grupos a activar "un mecanismo excepcional" si nes necesario para evitar el incremento. Aunque no ha apostado por la prórroga de la bonificación de forma explícita, el gremio destaca como posible la opción del pleno extraordinario, si bien defiende en el texto el acuerdo con Valls, es decir, pagar entre todos los restauradores 4,6 milones euros de tasa de terrazas en 2024.