Industria turística

La tasa turística a los cruceristas de paso por Barcelona se multiplica por siete en tres años

La patronal naviera internacional advierte de que la subida es "bastante elevada" y desigual en comparación con la que se cobra a otros turistas

Pasajeros se dirigen a la cola de check in en la terminal B del muelle adosado para embarcar en el crucero MSC Poesía

Pasajeros se dirigen a la cola de check in en la terminal B del muelle adosado para embarcar en el crucero MSC Poesía / Jordi Cotrina

Jordi Ribalaygue

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El turismo será uno de los asuntos de debate en la campaña de las elecciones municipales del 28 de mayo en Barcelona. En la cuestión, poliédrica en función de si el acento se pone en la economía o los efectos en las zonas con más visitantes, los cruceros merecen un capítulo propio. El Ayuntamiento de Barcelona y la Generalitat discutían hace un año si se debía limitar el número de barcos turísticos en el puerto y este mismo jueves resurge el rifirrafe a raíz de una reunión política denegada. Al mismo tiempo, como ha explicado EL PERIÓDICO este abril, el gobierno de la alcaldesa Ada Colau ha duplicado el importe de la tasa turística a los cruceristas que harán escala por unas horas en la ciudad.

“Nos genera preocupación”, ha afirmado el director en España de la patronal crucerista internacional CLIA, Alfredo Serrano, este jueves en la capital catalana. La organización ha presentado un estudio encargado a la Universitat de Barcelona (UB) que pronostica que, con el incremento impositivo de la tasa turística y los recargos que el consistorio aplica desde 2021, los pasajeros de los cruceros pasarán de aportar el 8,4% de la recaudación del impuesto al 13% en 2023 y 2024. El informe prevé que los viajeros de las embarcaciones pasen de generar unos 2,4 millones de euros a través de la carga que la Generalitat y el Ayuntamiento ingresaron en 2019 -el año previo al hundimiento de la actividad turística a causa del covid- a 10,4 millones en 2023 y 11,4 millones en 2024. Del total, calcula que el consistorio se quedará con ocho millones este año y nueve millones el próximo ejercicio.

“Se da la paradoja de que, en Barcelona, somos el único medio de transporte gravado con la tasa turística, porque se puede venir en bus sin pernoctar en la ciudad y no pagar nada”, ha señalado Serrano como agravio. Ha añadido que, a su juicio, la tarifa de las tasa turística es “bastante elevada” para este año, en que el sector expresa grandes dudas sobre si logrará igualar los casi 2,3 millones de cruceristas que pasaron por la ciudad el año antes del estallido de la pandemia. En 2022, fueron 1,7 millones de personas.

Tarifa creciente

La tarifa para los pasajeros de cruceros que hacen escala en Barcelona hasta un máximo de 12 horas pasan de abonar 65 céntimos que debían desembolsar de la tasa turística entre 2017 y 2021 a 5,75 euros este año por el impuesto y el recargo municipal. Ascenderá a 6,25 euros dentro de un año.

“Pensemos en cuánto sería el coste para una familia de cuatro personas y que ese importe se cobrase en cada puerto”, ha invitado Serrano, quien ha recalcado que, a diferencia de los hoteles, las navieras no están repercutiendo el coste a los clientes, “sino que las compañías lo están absorbiendo”, ha enfatizado. “En 2024, el incremento se multiplica por siete. ¿Se va a poder continuar así? Es una pregunta para la que no tengo respuesta”, ha indicado el directivo de la patronal crucerista.

En paralelo, la Generalitat prevé obtener 34 millones de euros en el gravamen por la contaminación de los grandes barcos. “No se habla de la recaudación fiscal que los cruceros generan, que fueron 206 millones en 2016 en Catalunya por la actividad en el puerto de Barcelona”, ha resaltado Serrano. A su vez, ha opinado que falta detalle sobre el destino de los fondos de la tasa turística.

“Más allá de que la cantidad sea mayor o menor, me preocupa que no haya transparencia. Si se recauda para aliviar los supuestos inconvenientes que generan los cruceros o el turismo en ciertos barrios, ¿por qué no hay más transparencia? ¿en qué se está materializando ese impuesto? Hay un gran desconocimiento”, ha observado. Semanas atrás, el consistorio informó de que la carga turística ha arrojado 54,8 millones entre 2019 y 2023 y que 5,4 millones se dedican a 39 proyectos nuevos de desarrollo turístico en diferentes distritos.

Aglomeraciones en la calle

Por otro lado, el estudio de la UB encargado por CLIA absuelve a los cruceristas de las aglomeraciones de turistas en determinadas zonas de Barcelona, de nuevo foco de preocupación en algunos puntos. El dictamen indica que los viajeros de cruceros representaron el 4,1% del conjunto de turistas que acudieron a la urbe en 2019. 

“Aquel año, el promedio diario fue de 6.566 cruceristas diarios en la ciudad, cuando los visitantes medios diarios fueron 158.000”, ha esgrimido el catedrático de Economía Aplicada de la UB, Jordi Suriñach. Ha añadido que, de 2010 a 2018, “solo hubo cinco días con más de 30.000 cruceristas visitando la ciudad”. El mismo trabajo cifra un aumento del 3,7% de los cruceristas que partieron desde el puerto de Barcelona o lo tuvieron por destino entre 2010 y 2019, por un 2,8% de los que solo hacen escala. Los promedios son inferiores al aumento de pernoctaciones en el mismo período (4,5%) y de visitantes en general (4,3%). 

En cuanto a la afluencia a espacios emblemáticos analizados más en detalle, el informe detecta que el desembarco de cruceristas en la ciudad no supuso más visitas en el Zoo o el Parque del Tibidabo, pero sí sucedió en el Park Güell y en alguna parada de metro, como la de Sagrada Família. “No hay evidencia de que los cruceristas tengan algo que ver con la congestión turística”, ha concluido Serrano, quien se ha comprometido a actuar para revertir si hay prueba de que los pasajeros de embarcaciones saturan “un punto en concreto”. “Un icono congestionado no es bueno para los residentes, pero tampoco es bueno para los turistas”, ha postulado.