Presidente de la Delegación UE-Israel del Europarlamento

Antonio López-Istúriz, eurodiputado del PP: "Con Netanyahu las cosas no han sido tan fluidas"

Hablamos con el parlamentario conservador sobre las repercusiones del conflicto de Oriente Próximo en las relaciones con la UE

Antonio López-Istúriz, eurodiputado del PP y presidente de la Delegación UE-Israel del Parlamento Europeo.

Antonio López-Istúriz, eurodiputado del PP y presidente de la Delegación UE-Israel del Parlamento Europeo.

Mario Saavedra

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Antonio López-Istúriz (Pamplona, 1970) es eurodiputado del PP y fue secretario del Partido Popular Europeo durante más de 15 años. Ahora preside la Delegación para las Relaciones con Israel del Parlamento Europeo. Está, por ello, en una posición privilegiada para analizar las repercusiones de la guerra en Gaza en las relaciones entre Tel Aviv y los 27.

Como presidente de esa Delegación, ¿cómo valora estos seis meses de guerra? ¿Cree que se deberían revisar esas relaciones con Israel? 

A diferencia del presidente de la Delegación Palestina del Parlamento Europeo, el señor Manuel Pineda, de Podemos, que afirma que Israel es un tumor que hay que extirpar del mundo ["Israel es un tumor en Oriente Próximo"], yo he considerado siempre que la delegación de Israel debía ser de amistad con un país democrático y muy próximo a Europa. Eso tampoco significa que haya que decirle que sí a todo; se le dicen las cosas, como amigo. Hemos tenido momentos muy buenos, con un Gobierno israelí de tres años de coalición que incluía a partidos árabes por primera vez en la historia. Las relaciones entre el Parlamento Europeo y la Knesset, el israelí, fueron magníficas. Luego volvió Binyamín Netanyahu y las cosas no han sido tan fluidas. Pero eso no quiere decir que no se deba mantener esa relación, independientemente de quién esté en el Gobierno. La relación entre Israel y Europa es absolutamente necesaria en términos de seguridad, de lucha contra el terrorismo, contra el cambio climático, por los derechos de gais y lesbianas…

Después de los ataques de Hamás del 7 de octubre, Israel ha respondido con una destrucción prácticamente total de Gaza y decenas de miles de muertos. Esta reacción, ¿ha supuesto algún cambio en esa relación con Israel? ¿Qué verdades "de amigo" les han dicho? 

A través de resoluciones del Parlamento, que yo he negociado, hemos condenado el ataque de Hamás y pedido la liberación de los rehenes. Todos sabemos que cuando estén liberados, podemos ir inmediatamente a ese alto el fuego. También hemos condenado la muerte de los cocineros de José Andrés. Lo que ocurre ha sido motivo de crítica en estas resoluciones y no se ha dejado nada en el tintero.

¿Cree que el nivel de presión a Israel ha sido suficiente desde el Parlamento Europeo? 

Yo creo que por parte de los gobiernos europeos, sin duda. Las resoluciones han mostrado una aproximación europea crítica con las partes y con lo que está ocurriendo. Y con el deseo de acabar cuanto antes con la situación y que la UE sea un factor para promover la solución de los dos estados, de la que siempre ha sido partidaria.

El Acuerdo de Asociación de la UE con Israel contiene una cláusula de respeto de los derechos humanos. ¿Usted cree que hay motivo para revisar si se cumple? 

Yo siempre quedo a expensas de lo que puedan decir los jueces: el tribunal de La Haya, los tribunales europeos, aunque nadie ha suscitado por el momento esta cuestión. Son ellos los que tienen que decidir. 

Pedro Sánchez mandó, junto al 'premier' de Irlanda, una carta a la Comisión en la que pedían que se revisara si Israel cumplía esa cláusula. 

Como todas las iniciativas electorales, no ha llegado a ningún puerto. Sánchez tiene puesta la vista en las elecciones europeas y todo vale: desde la Guerra Civil en España al conflicto en Gaza.

¿Ve oportuna una conferencia de paz como la que trata de promover el ministro de Exteriores, José Manuel Albares? 

Madrid fue un lugar de referencia [en la Conferencia de Madrid de 1991]. Lamentablemente, por la toma de posición del presidente del Gobierno, no tendrá lugar en España. Con González, Aznar, Zapatero o Rajoy, fue un punto de referencia de estas negociaciones internacionales. Con este Gobierno no creo que vaya a ocurrir. 

Parece que, igual que los puentes diplomáticos con Israel no parecen estar en su mejor momento, sí hay aplauso y un consenso en el mundo árabe… 

No, no creo que en Arabia Saudí ni en Emiratos Árabes Unidos, Baréin, Sudán o Marruecos estén muy contentos. Igual que no lo está la Unión Europea. Porque una cosa es unirse en torno a la solución de dos estados y otra emprender una campaña electoral defendiendo una posición electoral. 

Parece que hay una disonancia entre lo que la gente expresa (por ejemplo en las universidades, en conversaciones, en redes sociales) sobre el drama de siete meses de guerra en Gaza y las decisiones de los políticos, por ejemplo del Parlamento Europeo. 

También hay una mayoría silenciosa que no se sabe qué opina. Sinceramente, conviene dejar esto en manos de gente racional, sensata, que quiera contribuir a que la relación entre los países árabes e Israel sea de reconocimiento mutuo, no de exterminación, y poder tener la mejor relación con la Unión Europea, que es lo que nos interesa. Lo que quiero es que esta UE sea un modelo que se pueda aplicar en esa zona del planeta, como ocurrió en la propia Europa: vivió matanzas y odios de siglos que nos llevaron luego a 60 años de los que me siento muy orgulloso. 

Gaza, según los datos vía satélite y prácticamente todas las organizaciones sobre el terreno, está esencialmente destruida, sobre todo en la mitad norte. Se habla de 15 años solo para quitar los escombros. ¿Consideran que la vida es posible en Gaza para esos dos millones? Si no, ¿qué se podría hacer? 

Fíjese usted que esos dos millones de personas no son aceptadas en Egipto ni en ningún país árabe. 

¿Deberían ser aceptados en Egipto? 

Bueno, son países árabes, ¿no?

Pero esa es una visión racial… 

No, es que lo han pedido y no se lo han concedido.

¿Quién lo ha pedido? 

Los que han querido salir de Gaza hacia Egipto, que no es toda la población palestina, sino parte de ella. Egipto no ha permitido el paso de palestinos.

No tiene por qué aceptarlos… 

Tienen el mismo miedo que lo que ocurrió en Jordania, donde hay una mayoría de población palestina, y problemas de gran desestabilización política, con dos intentos de acabar con el sistema. Y que nadie quiere que Hamás entre en su zona. Tienen sus propios problemas, a la Hermandad Musulmana, a grupos terroristas presentes en sus zonas y, lógicamente, no quieren más de eso. Lo que es necesario para esos dos millones de personas es que la Unión Europea forme, no solo parte de la solución, sino también de la reconstrucción. Evidentemente, como siempre ha hecho en esas zonas, la UE es el mayor donante de ayuda humanitaria. En la reconstrucción tenemos que estar presentes.

Y, ¿cómo justifica la UE eso a sus contribuyentes? ¿Por qué se permite que Israel destruya y luego la UE reconstruya? 

También hemos ido allí a reconstruir lo que han destruido iraníes, iraquíes...

¿Dónde hemos ido a reconstruir lo que han destrozado los iraníes? 

Por ejemplo en toda la zona de Siria.

¿No es esto un ciclo infinito? La solución de dos estados, negociación, vuelta a bombardeos, reconstrucción... 

Uno podría argumentar que desde los tiempos de la Biblia, porque ya estaban los filisteos, los israelitas... Yo creo que ha llegado la hora. ¿Quién diría hace 150 años que Alemania iba a estar sentada con Francia, con Italia o con España en la misma mesa, y compartiendo un parlamento común? La esperanza de la gente de bien quiere que eso se pueda aplicar a otras zonas del planeta. Llámelo un sueño, pero indudablemente la UE se construyó así.