Impuesto desde el 1 de abril

Barcelona sube su tasa turística: un euro más por noche y los cruceristas el doble que antes

El recargo que aplica el ayuntamiento elevará el impuesto hasta 5,75 para los visitantes en escala de cruceros, 6,25 por noche para quienes se alojan en hoteles de lujo, y 5 para quienes eligen pisos turísticos

Cruceristas dejando un barco, tras finalizar ruta en Barcelona.

Cruceristas dejando un barco, tras finalizar ruta en Barcelona. / Ricard Cugat

Patricia Castán

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Desde este sábado, dormir en hoteles, pensiones y pisos turísticos resultará un euro más caro por persona y noche para cualquier viajero que elija Barcelona. El aumento afectará sobre todo a los cruceristas, que cuando hagan escala de unas horas pagarán 5,75 euros por persona, más del doble que hasta ahora, siendo los únicos visitantes a quienes se les repercute aunque no pernocten en la ciudad. En conjunto, se debe a una nueva fase en la implantación del recargo municipal que empezó a aplicar el Ayuntamiento de Barcelona en 2021, y que desde este 1 de abril alcanza los 2,75 euros por persona, que se suman al impuesto turístico ya consolidado hace una década por el Govern. De ese modo, los alojados en hoteles de lujo pagarán 6,25 euros; y en apartamentos turísticos, 5 euros (mayores de 16 años). Pero en el caso de los cruceros la repercusión es aún mayor porque sea suma a otro incremento que agrega la Generalitat a los pasajeros en tránsito (que hacen escalas de menos de 12 horas y hasta ahora abonaban en total 2,75 euros).

Como ya avanzó el consistorio, el recargo barcelonés supondrá este año unos 52 millones de ingresos para las arcas municipales, a sumar a la parte del impuesto turístico ordinario que aplica la Generalitat y del que cada municipio se lleva una parte. En el caso de Barcelona es un 50%, de modo que serán otros 20 millones este 2023. Es decir, que la llegada de turistas a la capital catalana, más allá de su impacto económico habitual, insuflará 72 millones de euros a Barcelona. Una parte se destina a promoción de turismo de calidad, pero la mayor parte en proyectos de ciudad que supuestamente compensen los 'efectos secundarios' o externalidades del turismo en algunas zonas saturadas, o que propicien la descentralización. Los usos son tan variopintos que el sector se queja de que su repercusión quede muy difuminada para la ciudadanía, pese a la alta suma que supone, ya que ese dinero sufraga muchas actividades ciudadanas que ya se realizaban previamente.

El recargo municipal, que llegó en plena pandemia y fue muy criticado por los hoteleros en un momento de ausencia de viajeros, llegará finalmente a 3,25 euros en 2024, dado que se aplica con implantación progresiva. El primer año fueron 0,75 euros, el segundo un euro más, y ahora otro más. El año que viene culminará con otros 50 céntimos, que afectan a todas las modalidades de alojamiento por igual; al contrario que la tasa del Govern, que varía según las categorías y el bolsillo del viajero.

Diferencias con el tramo autonómico

Otros niveles de alojamiento, como los hoteles de cuatro estrellas, pasarán a recaudar 4,45 euros por huésped y noche (que luego ingresan a las administraciones), mientras que los de categorías inferiores (incluso pensiones) alcanzan este año los 3,75 euros por el impacto del recargo local, ya que la base catalana es solo de un euro en estos casos.

Pero el caso más llamativo es el de los cruceros, en un momento en que la alcaldesa Ada Colau aboga por limitarlos en la ciudad y expresa su rechazo al crucerista en escala de unas horas. A este perfil, que hasta este viernes abonaba un euro de tramo del Govern y 1,75 euros de recargo municipal, se le exigen desde hoy tres euros más otros 2,75, respectivamente, hasta los 5,75 vigentes. Quienes recalen más de 12 horas (unos pocos buques, normalmente de lujo por el coste del atraque hacen noche en el puerto) pagarán algo menos (4,75) porque se supone que hacen un turismo menos intensivo y más lucrativo para Barcelona.

Seis millones por los pasajeros de 2023

Las navieras están asumiendo ese montante, por no repercutirlo individualmente. Se aplica además a todo el pasaje independientemente de que se baje del barco para visitar la ciudad o no. Para un buque de 5.000 pasajeros en tránsito, por ejemplo, supondrá pagar a ayuntamiento (básicamente) y Generalitat casi 30.000 euros por visita. Según estimaciones previas, el año pasado, cuando la cuota era mucho menor, los cruceros abonaron por tasas turísticas unos 3,5 millones de euros. Además, si se tiene en cuenta que más de una cuarta parte de cruceristas pernoctan en hoteles de Barcelona cuando inician o acaban rutas en su puerto, y allí pagan tasa de alojamiento, la aportación global superaría los seis millones de euros.

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