Estuvo en la Pedrera

Un espejo atribuido a Gaudí: el insólito regalo a Barcelona para pagar un impuesto

Una vecina ofrece al ayuntamiento una pieza valorada en 60.000 euros para saldar parte del recibo de la plusvalía

Dos imágenes del espejo atribuido a Antoni Gaudí y que se ofrece en pago a un impuesto al Ayuntamiento de Barcelona.

Dos imágenes del espejo atribuido a Antoni Gaudí y que se ofrece en pago a un impuesto al Ayuntamiento de Barcelona. / EL PERIÓDICO

Jordi Ribalaygue

Jordi Ribalaygue

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No es nada frecuente que un impuesto del Ayuntamiento de Barcelona se abone en especie. Mucho menos que se entregue una obra atribuida a Antoni Gaudí a cambio de saldar un gravamen. La comisión de economía del consistorio formalizará el primer paso este miércoles para aceptar un espejo valorado en 60.000 euros que se cree diseñado por el eminente arquitecto a cambio de liquidar parte de un oneroso recibo de la plusvalía municipal. 

La liquidación de un tributo mediante la donación de una pieza artística es un hecho insólito en el consistorio, explican las fuentes consultadas. En esta ocasión, el ayuntamiento oficializará la admisión del inusual obsequio que una vecina de Barcelona ofrece para condonar el 25% de una carga que asciende a 232.612,96 euros. El acuerdo se elevará al próximo pleno municipal para ser refrendado.

A la contribuyente se le reclama el desembolso desde 2021 por haber percibido en herencia la mitad de un emblema modernista del Eixample, la Casa Sayrach. El suntuoso edificio está situado en la esquina de la calle Enric Granados con la avenida Diagonal. El valor catastral del inmueble asciende a 3,37 millones de euros.  

Las fuentes consultadas no recuerdan una ofrenda parecida como fórmula de pago a un impuesto municipal. Afirman que es un hecho inédito en el ayuntamiento, si bien indican que es “práctica habitual” en otras administraciones. “En la Generalitat se hace mucho. También en la Diputación y el Gobierno del Estado”, comentan.

A propuesta de la propietaria

Según los documentos del expediente a los que EL PERIÓDICO ha tenido acceso, la propietaria presentó una petición al ayuntamiento para que el espejo de Gaudí se admitiera como contraprestación a la plusvalía en la cuantía en que se estimase. La solicitud añadía que la contribuyente y su familia eran conocedores de que el Museu Nacional d’Art de Catalunya (MNAC) albergaba interés en la joya mobiliaria.

A su vez, la vecina rogaba que se suspendiera la liquidación del impuesto mientras la Generalitat estudiaba si catalogaba la obra, tal como la familia tenía en curso para conseguir que así se reconociera. Se trata de un paso imprescindible para que el consistorio la aceptara, dado que la normativa en este caso solo autoriza que se sufrague un gravamen en especie con bienes declarados de interés nacional o estén incluidos en el catálogo del patrimonio cultural catalán. 

El interior de la casa Sayrach, en el Eixample de Barcelona.

El interior de la casa Sayrach, en el Eixample de Barcelona. / CÉSAR CID

El Departament de Cultura resolvió incluir la obra gaudiniana en dicho listado en julio de 2021. Desde entonces, ha sido necesario esperar hasta este febrero para que el Instituto Municipal de Hacienda de Barcelona haya propuesto que el ayuntamiento acepte la pieza como contrapartida a una porción del tributo.   

Decoración de la Pedrera

Un informe del Institut de Cultura de Barcelona (ICUB) detalla que el espejo que se cede en propiedad al consistorio estuvo colgado en la planta principal de la Pedrera. Su primer propietario fue el arquitecto Manuel Sayrach, quien concibió la Casa Sayrach y mantuvo “una fructífera relación profesional con Gaudí”, recuerda el dictamen. El adorno ha sido exhibido en varias ocasiones, como en una exposición que el Grand Palais de París y el Museu Picasso de Barcelona programaron en 2002.

El estudio aclara que el autor de la Sagrada Família no cinceló el fastuoso marco del espejo de marras. Certifica que se trata de “un objeto fabricado en serie a partir de un concepto o una maqueta de Gaudí”, manufacturado entre 1901 y 1905 por artesanos de la empresa Hoyos, Esteva y cía, que “disponía de tiendas en Barcelona dedicadas a la venta de objetos de estilo modernista”, ilustra.  

Un informe previo de la Generalitat señala que “se desconoce cuántos espejos iguales se hicieron y si hay otros ejemplares en manos privadas”. El dictamen de la Dirección General de Patrimonio Cultural del Govern avala también “la importancia de preservar este espejo”, si bien puntualiza que “no se puede asegurar con certeza y rotundidad que se trate de una obra directa de Antoni Gaudí”. “Se debe seguir hablando de atribución, no hay documentación fehaciente que acredite” la autoría del genio, agrega la Generalitat.

En cualquier caso, el ICUB resalta que es “sin duda” un ornamento “de un interés destacado por su autoría y singularidad”. Apostilla que el Museu del Disseny ha mostrado “interés” y “entusiasmo” porque “un objeto de estas características pase a formar parte de la colección patrimonial cultural municipal”. El mismo pronunciamiento sugiere que podría trasladarse al MNAC para “enriquecer y diversificar el fondo” que dedica a Gaudí. 

La pieza, en buen estado de conservación, está esculpida en madera y vidrio. Por precisar, se trata de “una talla estucada y dorada con pan de oro y vidrio biselado”, de unas dimensiones de 67 por 69 centímetros, según figura en el expediente. Queda pendiente que el obsequio se entregue al ayuntamiento. Una vez recibido, los 60.000 euros en que el ICUB lo tasa se descontarán de la cuantía pendiente de liquidar del tributo.

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