El consistorio barcelonés

El riesgo de acabar en la oposición complica las listas electorales en Barcelona

La irrelevancia que supone estar en el ayuntamiento sin gobernar dificulta fichar a nuevos candidatos y estimula los abandonos prematuros

Cuatro de los siete presidentes de grupos se habrán ido antes de que concluya el mandato y varios ediles llamados a gestionar se quedaron en el limbo 

Barcelona. 26.05.2019. Política Ernest Maragall celebrando su nuevo cargo como alcalde de Barcelona Fotografía de Jordi Cotrina

Barcelona. 26.05.2019. Política Ernest Maragall celebrando su nuevo cargo como alcalde de Barcelona Fotografía de Jordi Cotrina / Jordi Cotrina

Toni Sust

Toni Sust

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Sucedió hace ya años, y el exconcejal que lo cuenta pide que se reserven los nombres. Un cabeza de lista a las elecciones municipales de Barcelona reunió a su nuevo grupo un día después de las elecciones municipales, en las que obtuvo un buen resultado, pero alejado del necesario para gobernar. El hombre advirtió a sus ediles de cómo iba a enfocar el mandato: “Tengo que ganarme la vida. Vendré a los plenos municipales pero delegaré todo el resto”. Y empezó a trabajar para una empresa privada.

Fue, contaba el edil, una experiencia sumamente decepcionante, pero no deja de ser una reacción previsible a la vista de lo que es vivir en la oposición municipal: el vacío, la irrelevancia. Escasa atención mediática y poca capacidad de zaherir al gobierno, más allá de insistir en la crítica, que poco tiene qué hacer ante la maquinaria que supone el ayuntamiento barcelonés.

La nada, el sopor

Es una situación que tiene sus efectos: cuesta fichar a algunos posibles candidatos que temen encontrarse sin mucho que hacer durante cuatro años, o que no quieran ser vistos como prejubilados que buscan su último salario. Otros, muchos, aseguran en campaña electoral que se quedarán todo el mandato, pero no lo resisten.

Se agradece la sinceridad de Xavier Trias, que pese a pasar los cuatro años del primer mandato de Ada Colau sin dejar su asiento en la sala de plenos –asientos incómodos, aseguran los concejales-, o precisamente por eso, ha anunciado que esta vez, si se presenta, solo se quedará si gana y es alcalde.

En el consistorio, algunos grupos pueden ser decisivos como socios externos, y condicionan políticas, las ordenanzas, los presupuestos. Pero tampoco es que te llene la vida si en eres uno de sus integrantes y tu planteamiento inicial ibas a ser un concejal con gestión de gobierno.

Tres abandonos y medio

En el actual mandato, el efecto letal de la somnolencia opositora ha tenido algunas consecuencias significativas aunque no sorprendentes: de los siete presidentes de grupos municipales, tres han arrojado ya la toalla y han abandonado el consistorio, y un cuarto ha anunciado que no completará el mandato de cuatro años. Es decir, que la mayoría de los jefes de filas se habrán largado antes de hora, cada uno con sus matices, pero con la raíz común del malvivir opositor.

En porcentaje, esos cuatro suponen el 57% de los líderes. De hecho tras las elecciones seis eran los jefes de grupos municipales, por orden de mejor resultado a peor entre los que lograron representación: Ernest Maragall (ERC), Ada Colau (Barcelona en Comú), Jaume Collboni (PSC), Manuel Valls (Barcelona pel Canvi) y Josep Bou (PP).

El despacho que Manuel Valls tenía en el paseo de Gràcia, con su chaqueta en la silla.

El despacho que Manuel Valls tenía en el paseo de Gràcia, con su chaqueta en la silla. / Ferran Nadeu

El grupo de Valls se dividió en seguida en dos: Ciutadans formó su grupo con cuatro concejales y con Luz Guilarte como presidenta. El primero en irse fue Valls. No, no fue un sorpresón. De hecho lo que llamó la atención es que aguantara hasta septiembre de 2021. Dos años en los que vivió en Barcelona aunque siguió algún pleno municipal por internet desde París. Aquí recuperó sus raíces, conoció a gente y, en septiembre de 2019, en sus primeros meses como edil, se casó. Desde que volvió a Francia, no han sido muchos los éxitos.

Elsa Artadi renunció como líder de Junts per Catalunya en el consistorio más tarde que Valls, en mayo de 2022, y de forma inesperada. Porque aunque a principio de mandato también eran muchos los que auguraban que duraría poco en su puesto, que solo había cruzado la plaza de Sant Jaume para no ser ‘consellera’ a las órdenes de Pere Aragonès, ella insistió en que no era así.

Barcelona 06-05-2022 Política. Elsa Artadi renuncia a ser candidata a Barcelona por motivos personales. AUTOR: MANU MITRU

Elsa Artad, cuando anunció su retirada. / MANU MITRU

Costaba creerlo

Apostó todo su discurso a defender una alternativa a Colau que no parecía tener mucho futuro. Tan solo siete meses antes de dejar el ayuntamiento y la política, Artadi afirmó a este diario: «Cuesta creer que tenga que repetir que seré candidata».

Luz Guilarte renunció hace una semana al acta de concejal. No pudo renunciar a la presidencia del grupo de Ciutadans por que los otros dos ediles que lo formaban, Paco Sierra y Noemí Martín, la destituyeron como tal. Guilarte decidió renunciar a todo combate, pese a tener al partido de su lado, y, como Artadi, dejó el ayuntamiento y la política. Pero no exactamente como Artadi: Guilarte encontró un punto de apoyo para irse que igual agradece con el tiempo, si los resultados de Ciutadans en las municipales de mayo son los que todos esperan.

Luz Guilarte, en su despedida como concejala de Barcelona, la semana pasada.

Luz Guilarte, en su despedida como concejala de Barcelona, la semana pasada. / MANU MITRU

El último en irse antes de tiempo será, según anunció él mismo, Josep Bou. El presidente del grupo del PP lleva años alejado del partido y en verano pasado anunció que si se volvía a presentar no lo haría con los populares, que sin duda coinciden con él en este diagnóstico. Bou no ha especificado el día, pero se irá antes de que el mandato concluya, en mayo.

La lista de ERC

Todo indica que los tres presidentes de grupo restantes no se irán. Son los que tienen opciones de ocupar la alcaldía de 2023 a 2027. La propia Colau, Maragall y Collboni. El republicano afrontará las municipales con 80 años. Y una de las labores a las que tendrá que dedicarse, como el resto de alcaldables, es la confección de la lista.

Para 2019 planteó una que claramente estaba estructurada para dirigir la ciudad. Una lista con personas no estrictamente ligadas con ERC, como Miquel Puig, que venía de la órbita pujolista, conocedor de la economía, de los efectos del turismo. Un concejal de gobierno que se quedó sin gobierno. Se le ha visto más que aburrido en este mandato.

Siempre entre los republicanos, Elisenda Alamany, que provenía de los ‘comuns’, también ha visto como estos cuatro años eran distintos de lo que esperaba. Gemma Sendra, especialista en temas de cultura, es una gestora de experiencia a alto nivel: estaba llamada a ser una responsable de Cultura clarísima, hasta que ERC se quedó sin gobernar.

O el día o la noche

Ahora que las listas se están confeccionando, afirma una persona de uno de los partidos que tienen opciones de gobernar: “No es fácil hacerlo”. No es fácil, relata, porque cómo puedes asegurarle a una persona que acepte meterse en la aventura municipal qué vida le espera en el nuevo mandato. Es difícil, a estas alturas, garantizarle que podrá gestionar algo importante en Barcelona, y que no pasará los días, las semanas y los meses en un papel secundario, prescindible, irrelevante.

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