Remodelación esperada

Empiezan las obras del primer tramo de la Rambla: 10 millones de presupuesto y 18 meses de calendario

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El ayuntamiento aborda la primera de cinco fases y se propone juntar algunas para acabar la remodelación total de la avenida antes de la fecha prevista, 2030

Toni Sust

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En el tramo bajo de la Rambla, a la altura de la estatua de Pitarra, pasean los turistas mientras los camareros se lanzan a su caza menú en mano. A esta hora, las 10 de la mañana, les ofrecen desayunar, copiosamente a tenor de las fotos de huevos fritos con patatas. Unos 300 metros más abajo, los responsables del consistorio anuncian el inicio de la reforma de la Rambla en el tramo de Colom a Santa Madrona, el primero de los cinco en los que se dividirá una reforma que en su planteamiento global se prolongará hasta 2030.

Acortar plazos

Según la teniente de alcalde de Urbanismo, Janet Sanz, y el concejal de Ciutat Vella, Jordi Rabassa, el consistorio intentará acortar ese calendario por la vía de juntar algunas de las cuatro fases restantes. Subraya la teniente de alcalde de Urbanismo que la remodelación persigue que “los barceloneses vuelvan a ramblear”.

La fase que empieza hora tiene un presupuesto de 10 millones de euros (la reforma total costará 44,5 millones) y un final previsto en 18 meses a partir de ahora. Se actuará sobre un espacio de 23.000 metros cuadrados y se modificará el trazado de la avenida de las Drassanes para alargar la Rambla con un nuevo espacio que la acerque al mar. El cruce entre la Rambla, Colom y Drassanes se convertirá en una nueva plaza y, en palabras de Sanz, dejará de ser “una rotonda”. También ha llamado a lograr que el puerto “deje de ser una barrera”. Otro elemento central, que el tiempo dirá si se logra, es, subraya la teniente de alcalde, que la cultura marque el futuro de la Rambla. A todo esto, la avenida no solo ha añorado una remodelación. Viene de vivir un periodo económico de zozobra, porque discursos aparte, nadie ha podido evitar que la dependencia del turismo sea muy elevada en la zona. Y con el covid se notó.

Adiós al asfalto

El nuevo pavimento elimina el asfalto y estará formado por piedra natural de formatos diferentes, granito y pórfido. En la zona habrá un centenar de árboles, 21 de ellos nuevos, y se instalará un centenar de bancos. A petición de la Junta de seguridad, habrá pilonas.

En cuanto a la circulación, habrá un solo carril por lado de la Rambla vetado al vehículo privado. Por allí podrán pasar bicicletas, y autobuses, vehículos que repartan mercancías, de servicios y que vayan a los aparcamientos.  

Vecinos y cruceristas

No está claro a estas alturas quien disfrutará más la nueva Rambla, si los vecinos de Horta o los cruceristas, pero lo que sí se sabe es que la piqueta ha empezado a actuar este lunes, y que es mucha la gente que no veía la hora de que se iniciarán las obras de la avenida. No ha habido más remedio que hacerlas por fases, por una cuestión de presupuesto, subraya Jordi Rabassa, concejal de Ciutat Vella, que conversa, entre risas y reproches, con el presidente de Amics de la Rambla, Fermín Villar.

Para Villar, las obras empiezan con un retraso de más de seis años; en concreto 2.321 días según el contador que la entidad colocó encima del Café de la Ópera para presionar al consistorio. La fecha cuenta como punto de partida la aprobación del plan especial de ordenación del espacio en un pleno municipal.

Acortar plazos

Pero Rabassa discrepa de ese planteamiento: afirma que los trabajos se inician un año después de que viera la luz verde el proyecto ejecutivo. Que dice que es lo normal. En todo caso, la vía necesitaba una reforma, en eso coinciden todas las partes. Un día fue por la falta de presupuesto, el otro por el covid, y un tercero porque acababa un mandato o empezaba el siguiente.

El concejal cree que es posible adelantar la fecha final prevista, el citado 2030. Sería innovador. Lo habitual es que la obra acabe más tarde de lo previsto. Rabassa ha recalcado que los ‘ocellaires’ dejarán la vía, entre otros cambios visibles.

Las que suscita cuándo debieron comenzar las obras no son las únicas divergencias sobre la Rambla, que en breve verá como el quiosco más cercano a Colón es trasladado calle arriba temporalmente mientras la piqueta cumple con su cometido. Villar dice que Amics de la Rambla cuenta un millar de vecinos, mientras el consistorio, mediante un estudio de enero de 2020, situó la cifra en 673 residentes en 265 viviendas, de ellos 569 estables y 104 temporales.

Repensar la Rambla

La exconcejala Itziar González, cabeza visible de la UTE Km-Zero, un equipo interdisciplinar que se ha encargado de repensar la Rambla, con la voz del vecindario incorporada, se puso a contar vecinos puerta a puerta y  sostiene que rondan el centenar como mucho.

González también formaba parte este lunes del equipo que hacía declaraciones al iniciarse las obras. La arquitecta velará porque la reforma que su equipo ha diseñado, y que tutelarán algunas de las integrantes del mismo, mantenga el rumbo previsto. Apenas unos días después de recibir el reconocimiento del plenario por su papel de denuncia del caso de corrupción en Ciutat Vella, la arquitecta ha recibido, junto con su equipo, el agradecimiento de Sanz y Rabassa.

González ha hablado de las 500 personas que forman la Comunitat Rambla, y que han acompañado el proceso de planteamiento de la reforma. “La Rambla tiene remedio”, ha proclamado contra el runrún habitual de mucha gente que cree que la turistificación de la avenida no tiene vuelta atrás.

“Soy vecina de la Rambla desde el 2000, y es un día para estar contentos. Es una gran noticia”, ha explicado Carme Casal, que reside frente al Palau de la Virreina.

Las obras, por partes

Los trabajos se harán por partes para no ocupar los dos lados de la Rambla. La decena de estatuas humanas que actúa en esa zona se irá a desempeñar su labor a una parte más alta. Los cuatro tramos siguientes, después del Colom-Santa Madrona, serán: Santa Madrona-Arc del Teatre; Arc del Teatre-Liceu; Liceu-Portaferrissa y Portaferrisa-Canaletes.