la precampaña municipal

La campaña americana de Colau

Barcelona en Comú pondrá en práctica de cara a las municipales un puerta a puerta electoral bebiendo del estilo de los estadounidenses Sanders y Ocasio-Cortez

zentauroepp44355489 nue12   nueva york  eeuu   16 7 18   la alcaldesa de barcelo181012192954

zentauroepp44355489 nue12 nueva york eeuu 16 7 18 la alcaldesa de barcelo181012192954 / periodico

Toni Sust

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Falta medio año largo para las elecciones municipales, que en Barcelona se presentan como las más ajustadas de las últimas décadas. Es cierto que las del 2015 se zanjaron con un resultado inesperado, el que aupó a la alcaldía a Ada Colau, pero de entrada el partido no parecía tan abierto.

En esta tesitura, Barcelona en Comú se dispone a pugnar por mantener y aumentar sus 11 concejales, a alejar el riesgo de quedar en la oposición o, mal menor, como socio minoritario en un gobierno de coalición. Y una de las herramientas estrella con la que los ‘comunes’ quieren estimular a su electorado potencial es un puerta a puerta que llega de los EEUU, una “técnica de movilización social”, como la definen Beatriz Martínez y Enric Bárcena, coordinadores territoriales de Bcomú, que han asistido a formaciones y experiencias, tanto en EEUU como aquí, así como empleando la tecnología para acceder a los que ya conocen la experiencia. Es, además, una apuesta de la que ya han hecho una prueba piloto en la capital catalana.

Los referentes

En el caso de los de Colau, el ejemplo es el ala más izquierdista del Partido Demócrata, o, mejor dicho, de algunos de sus candidatos más izquierdistas, como Bernie Sanders, quien perdió ante Hillary Clinton en la carrera hacia la candidatura a la presidencia de los EEUU, en la que fue a su vez derrotada, de forma relativamente inesperada, por Donald Trump. Una era en la que quizá la aparición política más esperanzadora para los demócratas haya sido la de Alexandria Ocasio-Cortez, que participó en la campaña de Sanders y que, a los 28 años, tras ganar unas primarias de su partido en Nueva York sin que muchos apostaran por ello, pugnará por un puesto en el Congreso en noviembre.

El puerta a puerta como método de movilización, relatan Martínez y Bárcena, está vinculado con Working Families, un movimiento que suele apostar por los candidatos situados más a la izquierda del partido Demócrata. La estrategia no tiene nada que ver con la venta, ni de biblias ni de mensajes, aunque como en algunos de esos casos son dos las personas que acuden a los domicilios. No van a casas de votantes o simpatizantes conocidos, lo que podría servir para lubricar el encuentro.

No van a explicarles qué ofrece Colau. Van a preguntar qué es lo que el ciudadano necesita, qué problemas considera más relevantes: "Así identificamos problemas que no hubiéramos identificado”, dice Martínez. Los encuentros se mantienen en el quicio de la puerta: la idea es no molestar, no invadir el espacio vital de la persona visitada, no entrar en su vivienda. Como se trata de hacer un diagnóstico de lo que preocupa al posible votante, y no de venderle la moto a este, no es una práctica que sirva para pasar el rastrillo electoral a toda prisa en los 15 días previos a las elecciones. La idea de Barcelona en Comú es empezar a hacerlo meses antes de las elecciones.

Sant Antoni

La prueba piloto fue realizada en Sant Antoni, una de las zonas en las que los últimos años no han sido los más idóneos para los vecinos, que han visto como la presión de la subida del alquiler expulsaba a muchos de ellos. Cuentan los coordinadores que en aquella prueba se tocaron 1.000 puertas y que en la mayoría de casos la respuesta fue positiva.