Los vecinos piden no perder el tiempo con la Modelo

Tras 41 años de espera e incontables anuncios de incontables fechas sobre su cierre, los vecinos del Eixample izquierdo están impacientes. "No queremos ni podemos esperar ni un día más", dice Toni Colomina, presidente de la asociación de vecinos, quien este lunes por la mañana repartía junto a un grupo de vecinos carteles por los comercios del barrio. Entença, Rocafort, Rosselló... "Se trata de acabar de dar un último empujón. De crear el ambiente propicio para que esta vez sea la definitiva. No dejar escapar la oportunidad", prosigue el activista.

En el cartel, firmado, además de por la asociación, por la plataforma ciudadana 'Fem nostre l'espai de la Model', los vecinos exigen el cierre de la prisión "en condiciones" para este 2017, fecha anunciada por primera vez en marzo del 2015, cuando empezó el simbólico derribo del edificio en la confluencia entre Entença y Rosselló. Unas "condiciones" -tan importantes como la fecha, que este lunes parece ya definitiva-, que Colomina resume en un trato digno tanto para los presos y sus familias como para los funcionarios, así como empezar "la recuperación del espacio público", por la que los vecinos luchan desde 1976. Su gran batalla.

La cárcel Modelo cerrará en junio

Para que esa transformación sea una realidad lo antes posible, Colomina subraya que el gobierno municipal debe recuperar el plan director para los terrenos de la vieja cárcel consensuados en el año 2009.los terrenos de la vieja cárcel "Se puede abrir un diálogo, claro. Pero no tiene sentido empezar de nuevo un proceso participativo que no haría más que dilatar la transformación, cuando ya se hizo un proceso y hay un plan de consenso que mantiene el vigor, ya que, desafortunadamente, en el barrio no se ha construido ni un equipamiento. Se puede actualizar, pero sin renunciar a lo pactado", insiste el líder vecinal.

MEMORIA, EDUCACIÓN Y VERDE

¿A qué no pueden renunciar? "El plan para la Modelo prevé que, manteniendo la memoria de lo que esta ha sido, se convierta en una gran zona verde y una lista de equipamientos imprescindibles que el barrio y la ciudad hace años que esperan", expone el manifiesto recogido en los carteles con el que este lunes han empapelado el barrio, el más denso de la ciudad. 

En marzo del 2004, estos mismos vecinos, y muchos otros -13.000, para ser exactos- mandaron miles de cartas -cartas, que no firmas- al entonces alcalde Joan Clos y al entonces 'president' Pasqual Maragall, donde les exponían sus necesidades. Hablaban de una guardería, una escuela de primaria de dos líneas, una residencia para personas mayores con centro de día y un polideportivo. Cinco años después, en el 2009, tras varias asambleas, la asociación de vecinos pactó con el alcalde Jordi Hereu un plan de futuro: el famoso plan director, que lleva casi una década esperando su momento, y en el que se recogían los citados equipamientos, más otra importante reivindicación: un espacio de memoria en uno de los brazos de la prisión, para el que ya tenían incluso nombre. Salvador Puig Antich.  

El citado -y reivindicado- plan conservaba el panóptico -petición irrenunciable, han subrayado siempre- y cinco de los seis brazos para convertirlos en los equipamientos ya enumerados. El brazo que se prevé derribar lo hace para satisfacer otra de las grandes asignaturas pendientes en el barrio: crear una gran zona verde de 12.000 metros cuadrados.

EL FUTURO DE LA CAPILLA GITANA

Otro de los temas pendientes una vez se cierre la cárcel como tal de forma definitiva, en la línea de la memoria, será la recuperación de la conocida como Capilla gitana.

El hijo de Helios Gómez, intelectual libertario autor de la obra, lleva años reivindicando la obra de su padre, desde la asociación cultural que lleva el nombre de su progenitor, con el fin de arrancar un compromiso para la restauración de la obra, pintada en los años 50 en una de las celdas, y tapada con una capa de cal a finales de los 90. Así y allí sigue, a la espera de que los actuales mandatarios tomen una decisión sobre su futuro.