El árbol genealógico de Barcelona

El archivo de la basílica de Santa Maria del Pibasílica de Santa Maria del Pi alberga, además de bulas papales, cartas de Sant Josep Oriol y datos del asedio de 1714, cientos de documentos inéditos que, recién sacados a la luz, ayudarán a reescribir la historia cotidiana de Barcelona desde la edad media, y con especial intensidad la del siglo XIV, cuando el templo inició un censo ininterrupido de sus parroquianos con datos de nacimientos, direcciones, enlaces matrimoniales, actas notariales, fallecimientos y testamentos. En sus inicios, la iglesia contaba con 6.000 feligreses, lo que en esa época representaba un elevado porcentaje de los habitantes de la florenciente capital catalana, que poco después, a mediados de ese siglo, sufrió una crisis demográfica motivada por la escasez de alimentos y por los terribles brotes de peste negra que diezmaron la población.

Algunos de estos pergaminos contienen datos de la totalidad de la ciudad gótica, como un curioso recuento de las casas con leña para el fuego, por lo que se puede calcular el número de familias, o dónde se iban a buscar los cadáveres, entre ellos los de las prostitutas fallecidas, lo cual confirma, por otro lado, que la ciudad medieval albergaba tres burdeles. Josep Hernando, catedrático medievalista de la Universitat de Barcelona, se retiró hace un año y desde entonces acude asiduamente a consultar el archivo de la parroquia del Pi.

El ayuntamiento no inició el padrón hasta mitad del siglo XIX

DATOS DEMOGRÁFICOS

"La riqueza que cobija es inmensa, sobre todo de la época medieval y del Renacimiento. Es imposible conocer con exactitud la antigua demografía de Barcelona sin acceder a este archivo. Algunos de los alumnos que he traído para sus investigaciones de tesis doctorales han buscado su árbol genealógico en estos pergaminos y han logrado encontrar el origen de sus familias. Hay datados hasta los esclavos de procedencia oriental y africana, que sus amos enterraban en camposantos y también los judios conversos".

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El catedrático destaca que Santa Maria del Pi cuenta con libros de óbitos de gran valor. "Por ejemplo, de enero a junio de 1410 fallecieron 237 niños y 148 adultos a causa de un rebrote de la peste", especifica, indicando el estado de emergencia que vivió en esos seis meses la ciudad. "En total hay 2.000 pergaminos conservados que aportan mucha información de épocas de crisis".

"Hay documentación que certifica la existencia de una anterior parroquia a la construida en el siglo XIV datada en el siglo IX, pero el documento más antiguo es de 1180. "En el siglo XIV, Santa Maria del Pi era una institución con influencia en la vida civil, política y jurídica de la ciudad", asegura Jordi Sacasas, archivero y conservador de Santa Maria del Pi. "Este archivo revaloriza el papel social de la iglesia", señala Daniel Venteo, historiador, museólogo y autor de 'Autobiografia de Barcelona' (Efados), libro que precisó de miles de horas de consultas en archivos. 

El registro ha abierto sus puertas al público este viernes tras permanecer cerrado tres años para concluir el inventario, avanzar la digitalización de miles de documentos y remodelar y acondicionar la nave y su sala de consulta. Gracias a unos funcionarios de la Generalitat que arriesgaron sus vidas, todo este legado consiguió salvarse de las llamas el 20 de junio de 1936, cuando grupos anticlericales quemaron varias iglesias de Barcelona. Libros y pergaminos fueron empaquetados dentro de sacos y trasladados a la Casa de la Convalescència ubicada en el antiguo hospital de Santa Creu.

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Hasta el año 1943, el archivo no fue devuelto a la parroquia y desde entonces nunca se había reformado el espacio ni clasificado su contenido en totalidad. "Si la ciudad conoce su patrimonio lo defiende. Este archivo es nuestra memoria. El de otras parroquias góticas como Santa Maria del Mar se ha perdido", lamenta Sacasas.

AÚN POR INVESTIGAR

Venteo afirma que la dramática destrucción de archivos parroquiales durante la guerra civil provocó pérdidas patrimoniales irreparables. "El archivo del Pi es una excepción notable. Sus series documentales tienen continuidad desde el siglo XV hasta el XX, hecho que es de gran importancia. Los documentos sobre música antigua ocupan decenas de cajas, todavía para investigar. Los datos sobre población del Quarter del Pi son probablemente de las más ricos que se conservan del siglo XVIII", argumenta el autor de 'Autobiografia de Barcelona'.

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Venteo está convencido de que estos hallazgos permitirán releer la historia de la ciudad tanto de la organización eclesiástica cómo de la vida cotidiana de los barrios de Ciutat Vella en los siglos medievales, modernos y contemporáneos. Según el historiador y escritor, el archivo conserva documentación "fundamental" para conocer cómo ha funcionado la asistencia a las personas más desfavorecidas económicamente, como por ejemplo los pobres de solemnidad y los pobres de la vergüenza. El papel ejercido por la iglesia, mucho antes de la creación del moderno Estados del Bienestar, fue —y continúa siendo— esencial", agrega. "Y el archivo sigue vivo", concluye Sacasas, que se encarga personalmente de actualizar cada día los datos de una comunidad que ha albergado destacadas cofradías y también gremios como el de Velers y el de Hortelans.