El cambio de Xavi en octubre para que el Barça fuera campeón

La delantera favorita de Xavi antes de empezar la Liga era la formada por Raphinha, Lewandowski y Dembélé. Solo la ha utilizado siete veces en 48 partidos. La última fue en enero. De esas siete veces, el Barça solo ganó dos partidos: al Valladolid (4-0) y al Sevilla (0-3), en la tercera y cuarta jornadas de Liga. Empató con el Rayo en el estreno oficial (0-0), con el Betis en la semifinal de la Supercopa (2-2) y con el Inter en la Champions (3-3) y sucumbió en Madrid (3-1) en Múnich ante el Bayern (2-0).

La lesión de Dembélé ha impedido que pudiera repetirse el trío delantero con mayor asiduidad, pero ha tenido mucho que ver la convicción de Xavi de emplear otra fórmula: la de utilizar un centrocampista (Gavi) en lugar de otro punta (Ferran o Ansu Fati) porque el juego, sobre todo, más que los resultados, ha mejorado, ganando en fluidez.

Decidió Xavi "el cambio de rumbo", como arquetipo habitual, en octubre, con la acumulación de los malos resultados. "Quise más control y dominio y menos transiciones", explicó el técnico tras la conquista del título en el derbi, subrayando que con esta fórmula se siente más cómodo. "El fútbol es de los centrocampista", dijo vinculando esa preferencia al luga que ocupaba él cuando era futbolista.

El extremo que desaparece

No es un dogma, por mucho que se repita, que el Barça haya de jugar con tres delanteros. No está escrito en ninguna parte, ni siquiera en el inexistente libro de estilo, que el sistema conste de dos extremos abiertos y un delantero centro; en todo caso, el 4-3-3 pasa por ser el que coloca más hombres adelantados y sirve para que dos defensas rivales (los laterales) también se abran y surjan más espacios interiores para combinar y que los volantes puedan acercarse al área. El llamado adn del Barça es la mentalidad real del equipo, del club, que gira en torno al balón.

Xavi ha hecho popular el adjetivo "pulcritud" para calificar el manejo del balón

Tener el balón

Una de las máximas que se ha seguido desde la época de Johan Cruyff es tener el balón. "Y cuando se pierde, recuperarlo lo antes posible para volverlo a tener”, corrobora Xavi. Con la inclusión de ese cuarto centrocampista se persigue “minimizar las pérdidas y tener el control del juego”. El control pasa por la posesión del balón. “Yo estoy tranquilo cuando tengo la pelota”, repite el técnico, que a menudo ha aludido a “la pulcritud” -adjetivo ya popular entre los culés- como un factor relevante en la calidad del equipo.

La ubicación de Gavi en el rol del teórico extremo ha significado la inclusión de ese centrocampista adicional respecto a la idea inicial. El pequeño interior ha ayudado a generar más juego, y ese espacio vacante en el costado izquierdo se provoca para que sea ocupado por la incorporación del lateral, más veces Balde que Alba. Con más goles de Alba que de Balde.

Más juntos para todo

El valor de Gavi (18 años) en la construcción se complementa con su aportación en las tareas de repliegue del equipo, entre otras razones porque ha cometido faltas (el que más) que han sido útiles para facilitar la reordenación posicional. “Con Gavi estamos más juntos y la presión tras pérdida es inmediata”, explica Xavi. También eficaz. Una de las virtudes que ha reducido brutalmente la cuenta de goles encajados ya que evita los contragolpes del adversario.

La temporada ha deparado el renacer de Frenkie de Jong, colocado el verano pasado en el escaparate. Ahora es insustituible a no ser que venga un recambio del mismo nivel y más barato. La lacra de De Jong es su sueldo. “Frenkie divide, entra de segunda línea, conduce, es rápido, es fuerte…”, recitaba Xavi de un jugador al que le ha encontrado la posición y al que no desea perder.

Falta de goles

De Jong ha dado rendimiento, como Gavi, como Busquets y Pedri, por supuesto. Han acabado por remodelar los planes del entrenador, ya que los delanteros no han aportado goles para defender las tres posiciones. Dembélé partía de titular tras el serial que montó el año pasado por renovar, pero otra de sus lesiones le ha dejado detrás de Raphinha, mucho mejor con los números que con las sensaciones emitidas.

Robert Lewandowski sigue siendo indiscutible, pese a que el caudal de goles se ha reducido traspasada la frontera del Mundial (13 en los primeros 14 partidos, 8 en los últimos 15 jugados) porque no tiene recambio. Ansu Fati y Ferran Torres solo han anotado cuatro goles, lo que también indujo a Xavi a buscar soluciones para que el 1-0 fuera suficiente.

"El fútbol es de los centrocampistas", insiste Xavi, pero no como axioma inamovible. Al campeón le ha ido bien jugar con cuatro en el centro, pero no será definitivo para la próxima campaña. "Veremos el grupo que habrá", dijo, dando a entender que, al princpio, volvería a practica con la fórmula de los tres centrocampistas.

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