EL NEERLANDÉS NO SE QUIERE IR

Frenkie de Jong vuelve al Barça sin saber aún si seguirá

Frenkie de Jong y Dembélé festejan uno de los goles del Barça al Celta en el Camp Nou.

Frenkie de Jong y Dembélé festejan uno de los goles del Barça al Celta en el Camp Nou. / FCBARCELONA

Marcos López

Marcos López

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Vuelve este lunes Frenkie de Jong a la ciudad deportiva en Sant Joan Despí. Lleva ya algunos días en Barcelona, la ciudad que no quiere abandonar, por mucho que le vayan empujando desde algunos sectores del club, convertido como es el neerlandés en el mejor activo posible para obtener dinero.

Pedri y Ansu también quedarían incluídos en ese capítulo de “palancas económicas”, pero nadie se contempla, ni siquiera remotamente, esa opción de ejecutarlas. Con Frenkie, 25 años y agotada ya su tercera temporada en el Camp Nou sin terminar de explotar definitivamente, todo es mucho más sencillo.

El interés del United

Coincide, además, el interés real del Manchester United, un grande de Europa que ha entrado en una crisis irremediable desde que se marchó Sir Alex Ferguson porque ha sido incapaz de encontrar un entrenador que le diera continuidad al proyecto. No hace ni 10 aún que se marchó el hombre que construyó su gran obra en Old Trafford y ya han desfilado siete entrenadores (Moyes, el interino Giggs, Van Gaal, Mourinho, Solsjkaer y los dos últimos, también con etiqueta provisional, como Carrick y Rangnick) antes de que aparezca este verano Erik Ten Hag.

El neerlandés es el puente que une a Frenkie de Jong con la Premier. Ambos coincidieron en aquel joven y refrescante Ajax que eliminó al Madrid (marzo 2019) y se quedó en el umbral de la final de la Champions. Ten Hag necesita a ese jugador moderno, con capacidad para desequilibrar, llegada al área, inteligencia táctica y ductilidad para moverse en diversas zonas del campo.

Ese jugador que, tal vez, si el Barça no tuviera iría loco por comprarlo, dispuesto a gastarse una fortuna como la que se gastó Bartomeu en enero del 2019 cuando viajó precipitadamente hasta Ámsterdam para traerlo a Barcelona cuando Paris SG y Manchester City realizaban sus últimas maniobras de seducción.

Pero Frenkie estaba seducido por esa conexión tan histórica como singular tejida entre Ajax y Barça desde varias generaciones atrás. Llegó y nunca terminó de encontrar su sitio.

Se han visto grandes momentos suyos, pero sin la continuidad que se le exige a un futbolista que le costó al club azulgrana 75 millones de euros más 11 en variables. Tampoco ha hallado su verdadero rol en el equipo, del que no se siente aún el verdadero dueño, aunque estaba destinado a ejecutar el papel de líder.

Integrado en Barcelona

Integrado sí está perfectamente en la ciudad, donde se maneja de maravilla con Mikki Kiemeney, su novia. Les encanta Barcelona. Por eso se han comprado una casa en la zona alta, convencidos de que estarán muchos años a la orilla del Mediterráneo.

La propuesta del United, un club que lleva casi una década buscando su nuevo lugar, no tiene ni tan siquiera el aval de la Champions. Ha quedado fuera de la aristocracia europea la próxima temporada, lo que dificulta más el papel de Ten Hag, por mucho que esté convencido de que a su lado se volverá a ver el auténtico Frenkie de Jong.

El Barça, entretanto, se maneja con un doble lenguaje. Al mercado dice públicamente, son palabras de Laporta de la pasada semana, que "Frenkie no está en venta", pero luego, ya en el interior de los despachos, debate con representantes de los clubs de la Premier interesados en el neerlandés.

Xavi ha proclamado que el neerlandés "tiene que marcar una época" en el Barça, que niega que lo quiera vender

Xavi, por si acaso, ya dejó clara su posición al acabar la pasada temporada. Si se produce el traspaso no es por una cuestión deportiva. "Frenkie tiene que marcar una época. Puede ser uno de los mejores centrocampistas del mundo y si es por mí seguiría muchos años", proclamó el técnico, a quien el trío integrado por Busquets, Pedri (antes de su lesión) y Frenkie le proporcionó los mejores momentos de la pasada temporada antes del declive final, coincidiendo con la eliminación en la Europa League ante el Eintracht.

Regresa este lunes al vestuario el neerlandés sin saber si a mitad o final del verano deberá cambiar de club y de ciudad. Si solo dependiera de Frenkie, no habría dudas. Ni se mueve de Barcelona, seguro como está de que su fútbol, elegante y preciso que tanto gusta a Ten Hag para su nuevo United o Tuchel para dinamizar el Chelsea, terminará dándole la razón. 

Suscríbete para seguir leyendo