ANÁLISIS

La contracrónica del Espanyol-Barça: Balde y Lewandowski silencian el universo perico

EDITORIAL | Una Liga después de cuatro años

Balde y Gavi celebran el gol de Lewandowski, que era el 0-1 al Espanyol en el derbi barcelonés.

Balde y Gavi celebran el gol de Lewandowski, que era el 0-1 al Espanyol en el derbi barcelonés. / Jordi Cotrina

Marcos López

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Y el perico abandonó su casa antes de tiempo. Se marchó desolado. Abatido, destrozado y rendido, excepto más de 400 que invadieron el césped mientras el Barça celebraba el título a la carrera porque temió por su integridad física al producirse una lamentable invasión de campo. Ni 40 minutos le duró el derbi porque topó con el mejor Barça, un equipo reconocible de inicio a fin. Un equipo que era, curiosamente, el mismo al que le costó ganar a Osasuna.

Pero, en realidad, era otro Barça, armónico, coral, eléctrico, vertiginoso, hambriento… Una suma de lo que le ha llevado a conquistar la Liga sintetizada en el delantero que vino gracias a las palancas (Lewandowski) fusionado con el joven que no esperaba nadie (Balde, un cañón por la banda izquierda) sustentados ambos en esas manos y pies que han sido el ángel de la guarda para Xavi. Manos y pies de Ter Stegen, resumen de un equipo que le ha sabido arrebatar la corona al Madrid, incapaz como ha sido de seguirle el ritmo. El Atlético ya abandonó esa carrera en la primera vuelta. El que era campeón hasta la eclosión de Xavi para reconquistar el título.

No hubo derbi

No hubo partido. El derbi duró poco más de 10 minutos, tiempo más que suficiente para que Balde, una de las apariciones más deslumbrantes, rasgara la débil piel del Espanyol. Quiso Luis García quitarle el balón al Barça. Pero se equivocó. Es tan tenue la frontera entre la valentía y la temeridad que, en muchas ocasiones, se confunden.

Lewandowski anota el 0-3 tras una excelente asistencia de Raphinha en el derbi barcelonés de Cornellà-El Prat.

Lewandowski anota el 0-3 tras una excelente asistencia de Raphinha en el derbi barcelonés de Cornellà-El Prat. / Jordi Cotrina

Fiel a su atrevida propuesta, el técnico perico salió con tres centrales por detrás de un centro del campo lleno de ‘peloteros’, que diría Cruyff: Sergi Darder, Denis Suárez y Nico Melamed. La propuesta era arrebatarle la pelota a los azulgranas. Erró. Y erró tanto que en el descanso intentó rectificar (Puado por Sergi Gómez; Calero por Dennis), aunque ya era demasiado tarde porque el 0-3 ejerció un efecto devastador en el alma del Espanyol, con muchísimos socios y aficionados abandonando su hogar. En la segunda mitad se veían sillas vacías que no había en la primera.

Fútbol moderno azulgrana

Y a Xavi, entretanto, su fórmula de Osasuna le funcionó de cine en un derbi barcelonés donde su Barça se reinvidicó con un fútbol moderno. Moderno y sofisticado porque tuvo solidez desde el inicio, exhibió luego contundencia ofensiva y después un inacabable repertorio de juego como se vio en todos los goles. Y fueron cuatro.

Balde celebra su gol con De Jong ante la desesperación de los hinchas pericos.

Balde celebra su gol con De Jong ante la desesperación de los hinchas pericos. / Jordi Cotrina

El 0-1 fue un prodigio de Balde porque dejó el disfraz de lateral en el armario y se colocó el de extremo. Dos en uno para ese joven zurdo. Hermosa jugada la suya porque no solo se comió futbolísticamente a Óscar Gil sino que después tuvo la templanza y sabiduría de un veterano (no se olvide que su DNI refleja que solo tiene 19 años) para levantar la cabeza y otear la llegada en segunda línea de Lewandowski, quien acalló el volcán perico con su gol décimonoveno en la Liga. Penúltimo porque luego llegó el vigésimo.

Asistencia de Balde, gol de Balde

El 0-2 retrató también una de las inyecciones que ha aportado Xavi a su Barça. Presión y hambre para recuperar el balón gracias a Busquets, quien conectó con Frenkie de Jong antes de que Pedri se colara por el carril del interior diestro mientras Balde tomaba un ropaje que no se le conocía hasta ahora. Llegó hasta el área pequeña del Espanyol para marcar su primer gol en la Liga dejando 20 minutos maravillosos en el derbi. Su derbi.

Lewandowski celebra el 0-1 tras recibir una asistencia de Balde en el derbi ante el Espanyol.

Lewandowski celebra el 0-1 tras recibir una asistencia de Balde en el derbi ante el Espanyol. / Jordi Cotrina

Asistencia a Robert y gol suyo provocando una depresión en el universo perico. En el 0-3, una cabalgada de Raphinha rasgando, de nuevo, a Brian Oliván (noche terrible para los laterales del Espanyol), sirvió de prólogo para el segundo tanto de Lewandowski. Dos remates a puerta, ambos al primer toque, recuperando la mejor versión del ‘nueve’, aquella con la que el Barça cimentó los primeros meses del proyecto gracias a su eficacia. Faltaba aún el gol del otro lateral, el de Koundé, delatando la fragilidad defensiva del Espanyol que pisa desde hace meses territorio tan pantanoso que cada vez se le ve más cerca de Segunda.

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