REACCIONES A OTRA PESADILLA EN LISBOA

Koeman lanza un pelotazo al palco

La pesadilla de Lisboa se ha revivido esta vez en dos tiempos: la primera ante el Bayern y luego ante el Benfica en Da Luz. Cada vez más cuestionado, Koeman tiró un patadón arriba, mandando el balón al tejado de Laporta. «De mi futuro no puedo decir nada porque no sé qué piensa el club»

Champions League - Group E - Benfica v FC Barcelona

Champions League - Group E - Benfica v FC Barcelona / PEDRO NUNES

Roger Pascual

Roger Pascual

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Cuando un paraguas ya no funciona la gente empieza a mirar arriba. Y al Barça de Koeman le flojean las varillas día sí día también, por lo que las miradas empiezan a dirigirse hacia el palco, a la espera de ver cuándo se consuma la crónica de un despido anunciado. «De mi futuro no puedo decir nada porque no sé qué piensa el club», comentó Koeman después de que la pesadilla ante el Bayern en Lisboa se haya repetido un año después en dos tiempos: primero ante el campeón alemán en casa y este martes ante el Benfica en el estadio Da Luz.

«Hay que ser realistas. Es complicado estar a la altura de equipos muy importantes», decía Koeman en la previa. Ahora no es que no esté a la altura del Bayern es que no lo está del Benfica, tercero en la última liga portuguesa.

«Hay muchos más equipos que físicamente son mejores que nosotros, entonces pareces blando. Todo el mundo sabe el problema de hoy en día», comentó tras otro bochorno el técnico. Con el paraguas de Ronald haciendo aguas, el balón está en el tejado de Laporta. «Me siento muy respaldado por mis jugadores, por la actitud de ellos. ¿Por el club? No sé, no sé».

Eric García.

Eric García. / PEDRO NUNES

"Ningún equipo ha industrializado de manera más eficiente que el Barça la búsqueda de chicos y ninguno ha vendido como el Barcelona esa ilusión de éxito al mundo entero", escribía Juan Pablo Meneses en el soberbio 'Niños futbolistas'. Los niños devolvieron algo de ilusión a la desanimada grada azulgrana el domingo, pero Koeman decretó este martes de inicio el fin de la hora del recreo. Volvía a sus clásicos: tres centrales y Sergi Roberto de lateral. Un dosificado Ansu Fati, Gavi y Nico casi no se habían sentado en el banquillo cuando los mayores se llevaban el primer trompazo.

Ansu Fati abandona abatido el terreno de juego.

Ansu Fati abandona abatido el terreno de juego. / PEDRO NUNES

El fantasma de José Mari

Se repetía el mismo guion que ante el Granada, con un gol a los dos minutos para poner a prueba los nervios de un equipo desnortado. Y de la alegría del coro infantil del domingo el Barça volvía a canturrear entre dientes el fado triste. Solo el maratoniano Pedri, tras la obligada parada en boxes, daba un poco de brío y alegría y sirvió un balón delicioso a Frenkie que Luuk, el otro de Jong, desaprovechó. Algunos 'culers' veteranos debieron revivir la misma sensación que en París-1995, cuando José Mari hizo un fallo clamoroso solo ante el portero del PSG que costó la eliminación europea. Si en la noche parisina muchos, quizás incluso el propio Koeman sobre el césped, pensaron que Romario (traspasado ese año) la habría enchufado, este miércoles era inevitable imaginar que con Messi, Luis Suárez o incluso Griezmann habría logrado el empate. Algo a lo que los 'culers' tendrán que ir acostumbrándose hasta que Ansu esté para jugar los partidos enteros.

Viendo la pinta que tenía todo, Koeman sentó nada menos que a Piqué para meter a un Gavi que tiene justo la mitad de su edad, sin abandonar su sistema fetiche, recolocando a Frenkie de Jong, el que más peligro había generado, de central. La cara de Piqué, recostado y enfurruñado en el banquillo, era la que debían de tener muchos 'culers' al ver el despropósito desde el sofá. La excursión que se pegó Ter Stegen hasta el centro del campo y que casi cuesta el segundo gol de Darwin Núñez reflejaba mejor que nada la desorientación y descontrol del Barça.

 Alex Grimaldo encarando a Frankie de Jong.

 Alex Grimaldo encarando a Frankie de Jong. / PEDRO NUNES

La única esperanza a la que se aferraban los barcelonistas desde sus casas era el chaval que se sentaba al lado de Piqué. El Barça lo sigue apostando todo al 10, igual que ha hecho en la última década, aunque ahora el 10 sea otro. Media horita tuvo Ansu, que entró junto a otro compañero de pandilla, Nico, y Coutinho, que volvía al campo en el que humilló con el Bayern al Barça y se proclamó campeón de Europa. Pero apenas habían pisado el césped cuando llegó el segundo que despatarró emocionalmente al equipo. El tercero y la expulsión de Eric García, con su segunda expulsión en seis partidos, pusieron la guinda.

La visión del capitán

¿Solucionaría la situación el despido de Koeman? "No", aseveró tajante Frenkie de Jong. "Al final es lo más fácil, pero la responsabilidad es de todos, sobre todos los que jugamos. Estamos en una situación crítica, la verdad", apuntó Busquets. El capitán, que terminó viendo la debacle desde el banquillo junto a Piqué y Pedri, valoró que habían pagado la falta de contundencia en las dos áreas. "Cuando acabas perdonando normalmente lo aprovechan".