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FC BARCELONA 4 - 0 OSASUNA

Osasuna descubre otro Barça

Leo Messi rinde triubuto a Maradona tras su gol ante Osasuna

Leo Messi rinde triubuto a Maradona tras su gol ante Osasuna / periodico

Joan Domènech / Barcelona

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Osasuna destruyó el sueño de la última Liga y Osasuna se reencontró con un Barça muy cambiado. Con otra actitud, como elemento más diferencial, aunque se trata también de una nueva temporada y la dirección del equipo está en manos distintas. Pasó lo que suele pasar en condiciones normales. Ganó el Barça, del que se podría anunciar que se ha puesto manos a la obra en la Liga una vez que ha resuelto su futuro europeo con la clasificación para octavos.

No está resuelta, ni está en manos de Koeman resolverla, la mala racha de lesiones que atosiga a la plantilla. Clément Lenglet se unió a la lista de víctimas y dejó el campo cojeando tras una violenta torcedura del tobillo derecho. Solo queda en pie Óscar Mingueza, el joven del filial, que terminó el partido con De Jong al lado en la defensa.

El Barça aunó rapidez de balón y movilidad para crear ocasiones ante un Osasuna con cinco defensas

No desplegó el Barça un fútbol inenarrable ni fue un conjunto hermético, falta aceitar algunos mecanismos, y el once titular cambia cada cuatro días, pero su enfoque del partido, más allá de aciertos y errores, reveló que en el vestuario se habían propuesto apuntarse los 21 puntos de los siete partidos que quedaban de año. Osasuna se tipo con otro Barça, que quiso, pudo y supo estar a la altura de los acontecimientos que coincidían al final de la semana, añadidos a la visita de los navarros: honrar a Diego Maradona, el aniversario de la fundación del club y la década del 5-0 al Madrid.

Gol y homenaje a Diego

Dirigió la cuádruple ceremonia Leo Messi, involucrado en los cuatro acontecimientos: estuvo en la hecatombe de julio, es compatriota del difunto Pelusa, es el jugador más crucial de la historia azulgrana y el único superviviente en la alineación de aquel<strong> manotazo al Madrid de Mourinho.</strong> Messi no paró hasta anotar el gol que le permitió lucir la camiseta de Newells Old Boys que llevaba debajo de la azulgrana: el punto de encuentro con Maradona, que también jugó en el club de la niñez de Leo y con el dorsal emblemático de ambos: el 10.

Salió el Barça con el ímpetu del que tiene una cuenta pendiente con el adversario de enfrente, aunque la mitad del equipo no estaba hace cuatro meses despidiéndose lamentablemente del título. Trece disparos a puerta en el primer tiempo acumuló el cuadro azulgrana en un notable ejercicio ofensivo. Tan meritoria fue la voluntad de terminar todas las jugadas sin recrearse en pases gratuitos y superfluos como la capacidad que tuvo de crear esas ocasiones.

Jugó Osasuna con cinco defensas atrás y cuatro centrocampistas, pero no generó ningún atasco en la habitual cadena de combinaciones azulgranas. Los de Koeman se encontraban entre sí y pudieron mover la bola con la velocidad que les permitió abrir huecos. Era un equipo eminentemente atacante, pero hubo también mucha predisposición por la constante movilidad de los jugadores.

Griezmann, liberado

Esa era una de las pretensiones de Koeman con la alineación que configuró, en parte forzado por las circunstancias en forma de bajas. Pedri se estrenó de mediocentro al lado de De Jong y Braithwaite conservó la titularidad desde Kiev jugando de nueve para fijar a los centrales. Eso permitió liberar a Griezmann, que se movió por donde quiso. Con la misma libertad que Messi.

Griezmann jugó como si se hubiera liberado tras su entrevista con Valdano con una brillante aportación

Tal vez Griezmann se liberó en sus confesiones a Jorge Valdano en la entrevista del domingo pasado, pero pareció otro en su retorno a la titularidad. Ni rastro de su melancolía gestual. Su determinación (y la asistencia del 3-0) debería servir para espabilar a Coutinho, que anda todavía cabizabajo.

Griezmann fue el delantero que más disparó al marco de Herrera, anotó un golazo de una volea y dio el mencionado pase a Coutinho, pero el gesto más valioso fue el robo de balón a Oier instantes antes que generó ese ataque fugaz.  Reanimados los delanteros, resuelta la Champions, Koeman podrá dedicarse a abordar otros problemas. Los más urgentes los causan las bajas hasta el punto de deformar al Barça, que acabó con Junior de lateral derecho.

Ficha del partido

FC BARCELONA: 4

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