Estrella recuperada

Coutinho llega justo a tiempo

Tras un curso muy decepcionante, el brasileño se acerca a su mejor versión en el momento de las finales y los trofeos

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zentauroepp47924848 barcelona s brazilian midfielder philippe coutinho heads the190428195009 / AFP / LLUÍS GENÉ

Rafael Tapounet

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En economía, el método Just-In-Time (justo a tiempo) es un sistema de gestión logística que la industria automovilística japonesa empezó a desarrollar en los años 80 y que se extendió después por todo el mundo y a todos los sectores, y que consiste básicamente en mantener los inventarios al mínimo nivel posible, haciendo que los suministradores entreguen justo lo necesario y en el momento preciso para completar el proceso productivo. Es un sistema que permite reducir los costes de mantenimiento y facilita la adaptación a los cambios pero que también crea tensiones ante el riesgo de que un retraso o una suspensión en la entrega paralice la producción.

Se diría que Philippe Coutinho ha decidido regularse esta temporada siguiendo los principios del método Just-In-Time: el brasileño ha mantenido sus prestaciones al mínimo durante todo el curso para suministrar lo mejor de su repertorio en el último y decisivo tramo, cuando se juegan las finales y se levantan los trofeos. Esa es, al menos, la impresión que dio el sábado, durante los 45 minutos en los que estuvo sobre el césped del Camp Nou.

El mejor atacante

En el encuentro que brindaba al FC Barcelona la primera oportunidad de conquistar de forma matemática el título de Liga sin depender de otros equipos, Coutinho formó parte del once inicial y, en ausencia de Leo Messi, fue, de largo, el atacante más afinado. Fluido en las conducciones, preciso en los pases y decidido en los remates (disparó cinco veces a puerta, el triple de lo que promediaba hasta ahora por partido), el carioca se acercó por fin a su mejor versión y solo se quedó sin el premio del gol por las estupendas intervenciones del guardameta del Levante, Aitor Fernández.

Su buena actuación le permitió no solo reconciliarse con el público del Camp Nou, mosqueado aún por el gesto desafiante que hizo Coutinho después de marcar un gol de bandera al Manchester United en la vuelta de los cuartos de final de la Champions, sino también adelantar a Ousmane Dembélé, que sigue sin alcanzar el nivel que exhibió antes de su última lesión, en la carrera por ocupar un puesto en el equipo titular que el miércoles recibirá al Liverpool.

El cruce más esperado

Esa es una cita que el brasileño tiene marcada en rojo (nunca mejor dicho) en su agenda desde que el sorteo de la competición europea determinó un posible cruce de ambos conjuntos en las semifinales. A orillas del río Mersey fue donde Coutinho desplegó su mejor fútbol y donde se consolidó como la estrella de talla mundial por la que el Barça pagó una cifra récord. Y el astro carioca quiere aprovechar el reencuentro con su exequipo para demostrar ante los ojos de toda Europa que sigue siendo ese jugador desequilibrante capaz de decidir partidos.

Así parece entenderlo también Ernesto Valverde, que ante el Levante dejó a Coutinho en la caseta en el descanso para dar entrada a Messi, en un gesto que solo cabe interpretar como una forma de resguardar al brasileño antes del crucial choque de Champions del miércoles. El técnico, por cierto, ha sido decisivo en la recuperación del jugador, con quien ha conversado en profundidad y a quien no ha dejado de brindar oportunidades aun cuando su rendimiento flojeaba de manera alarmante.

Valverde sabe mejor que nadie que el Barça necesita a Coutinho para afrontar con garantías el último asalto a la competición continental. Y Coutinho ha dado el paso adelante en el momento preciso. Justo a tiempo.