Grietas, humedades y hongos lastran la nave de las Tres Xemeneies adquirida por la Generalitat

La Generalitat ya dispone de la primera pieza para articular un parque tecnológico a orillas de la desembocadura del río Besòs, que aspira a convertir en un “referente a escala mundial”. El Govern se ha hecho este mes con parte de la antigua central térmica de las Tres Xemeneies, estandarte del complejo al que quiere atraer empresas audiovisuales, digitales y del videojuego para complementar la futura construcción de un nuevo barrio entre Sant Adrià de Besòs y Badalona, con 1.783 pisos y plazas hoteleras en una franja costera ahora deshabitada. Un chequeo previo a la adquisición de la nave de turbinas de la monumental planta de Endesa apunta a que, aunque su estado se califica de “aceptable”, arrastra un notable deterioro desde hace años. 

Un informe efectuado a raíz de varias visitas en junio y julio pasados localiza desperfectos tanto en la fachada como en el interior. Del dictamen se desprende que son comunes las humedades -con afloramiento de hongos incluido-, los soportes oxidados, las fisuras, los desconchados y las grietas. La administración pública los hereda con la obligación de revertirlos para reabrir el inmueble.  

La sala de turbinas dispone de 22.856 metros cuadrados, repartidos en cuatro plantas, y es anexo a las chimeneas, inoperativas desde 2011. La nave pasó a manos de la administración pública el 13 de diciembre, sin ningún coste a cambio. No obstante, el ejecutivo catalán se compromete a asumir los gastos de mantenimiento y reparación de su nueva propiedad. El acuerdo de cesión gratuita conlleva dejar exento de cargas a Front Marítim del Besòs, la sociedad que representa los intereses urbanísticos que comparten los dos grandes titulares de terrenos en la zona a reformar, Endesa y la inmobiliaria Metrovacesa.   

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La Generalitat evalúa el dispendio que le supondrá el cuidado y los arreglos del recinto, donde proyecta encajar platós y salas de proyección, entre otros espacios para la industria audiovisual. En todo caso, la degradación patente deja intuir que exigirá una amplia remodelación financiada con fondos públicos. Un dictamen del Departament de Cultura ya advirtió meses atrás que la que fuera la sala de máquinas de las Tres Xemeneies “necesita una rehabilitación integral para adaptarla a sus necesidades futuras” y “reparar las patologías existentes” en el inmueble, declarado Bien Cultural de Interés Local junto al resto del conjunto industrial. 

No hay fecha todavía para una restauración plena. El Consorci del Besòs adjudicará ahora unas obras que se definen como una “adaptación puntual” para que parte de la instalación resulte segura para abrirla al público durante el festival Manifesta, de septiembre a noviembre de 2024. Las tareas y la dirección de obras suman un presupuesto máximo de 2,3 millones de euros. Se contempla la construcción de tres escaleras y un ascensor externos. Se prevén excavar 8,8 metros cúbicos de tierras contaminadas.  

Sin mantenimiento exhaustivo

Una auditoría firmada por la empresa Cotca sostiene que, “desde el cierre de la central” iniciado en 2008, “no se ha hecho un mantenimiento exhaustivo sobre la estructura” de la nave de turbinas. Observa que se halla en "estado de semiabandono desde el desmantelamiento". Recalca que “la falta de mantenimiento específico en los últimos años” y la inactividad son “condicionantes importantes”.

Por su parte, fuentes de la anterior propiedad replican que contrataron a una empresa especialista para efectuar labores de mantenimiento "durante estos años", sin especificar qué importe supuso. "Si bien el estado del edificio todavía no requiere de un mantenimiento 'exhaustivo', se han realizado los trabajos específicos pertinentes en este momento (inspecciones visuales, mantenimiento de instalaciones y seguridad) e intervenciones puntuales necesarias, como la instalación de un nuevo sistema de balizamiento aéreo y la sustitución de una fachada de amianto", destaca.

El Ayuntamiento de Sant Adrià alegó meses atrás que la compañía había efectuado un “mantenimiento ordinario anual”. No lo ve igual una de las entidades que han promovido un contencioso admitido a trámite contra el plan urbanístico en torno a la vieja térmica. “El informe deja claro que Endesa no ha hecho ninguna tarea de mantenimiento, más allá de la sustitución de una fachada de fibrocemento”, critica Roger Hoyos, miembro de la Plataforma per a la Conservació de les Tres Xemeneies.

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El estudio diagnostica “corrosiones de elementos metálicos y degradaciones de las bases y muros de pilares”, por las filtraciones de agua del mar en la estructura subterránea de la nave; “lesiones asociadas a la durabilidad del hormigón armado más expuesto a la intemperie”; “degradaciones puntuales pero importantes en elementos de hormigón armado, que sufrieron filtraciones importantes de agua salada”, y “lesiones menores, como faltas de estanquidad locales de cubierta y fachadas, oxidación de elementos metálicos, fisuras de retracción” y otras. 

Cimientos a la vista

La erosión a causa de “la antigua acción directa del agua marina” y “las altas temperaturas” ha dejado las armaduras del hormigón a la vista, roídas y desprotegidas en columnas, pilares, vigas y losas. El estudio señala que las magulladuras se exteriorizan “en diferentes grados en todo el edificio”, si bien añade que están “estabilizadas desde el final de la actividad en la central”.

Además, las filtraciones por la proximidad con el Mediterráneo encharcan el sótano. Es el único factor que ha causado nuevos daños en la instalación cerrada, según el análisis. 

El dictamen aprueba en general la salud del edificio. Subraya que se erigió con buen material para soportar un intenso uso industrial y no detecta problemas estructurales. Resuelve que, a grandes rasgos, perdura el mismo desgaste que ya apreció en dos inspecciones anteriores, en 2008 y 2018. 

Para atajar los destrozos, el informe aconseja drenajes y bombas de extracción para achicar agua marina, así como cubrir las aberturas por donde se filtra. También recomienda taponar hendiduras y roturas en el hormigón, incorporar inhibidores de corrosión y efectuar derribos y refuerzos puntuales para resolver los “importantes daños en las estructuras de hormigón armado”. Son intervenciones que no están planificadas por ahora.

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