INFORME 'EL ESTADO DE LA POBREZA' DE EAPN

Tener trabajo no implica salir de la pobreza

Tener un empleo no quiere decir que no se pueda vivir con limitaciones: la tasa de pobreza entre las personas trabajadoras en nuestro país se sitúa en el 14%, sin variaciones desde hace cinco años. Según el informe 'El Estado de la Pobreza' de EAPN, el 26,1% de la población española está en riesgo de pobreza o exclusión social y el 5,4% sufre privación material severa. 

Contar con un empleo no quiere decir que no se pueda vivir con limitaciones: la tasa de pobreza entre las personas trabajadoras en nuestro país se sitúa en el 14%, sin variaciones desde hace cinco años

Trabajar no implica salir de la pobreza

Trabajar no implica salir de la pobreza / economia

Nora Benito

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El 14%. Esta es la tasa de pobreza de las personas que trabajan en nuestro país, una cifra que se mantiene estable desde 2014. Tener trabajo no significa no vivir en la pobreza

“No es el empleo lo que define la pobreza”, explica Juan Carlos Llano, sociólogo, investigador de EAPN y autor del 9º Informe ‘El Estado de la Pobreza. Seguimiento del indicador europeo (AROPE) de pobreza y exclusión social en España 2008-1028’, de la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social (EAPN), presentado con motivo del Día Internacional de la Erradicación de la Pobreza que se conmemora hoy. 

“Solo el 25% de los adultos pobres está en situación de desempleo”, añade. De hecho, contar con un empleo es una parte importante para poder salir de esta situación, pero “no es la totalidad”, indica Llano. No obstante, entre los grupos de población, quienes se encuentran en situación de paro tienen las tasas más altas de riesgo de pobreza, con un 44,8% de pobreza entre personas desempleadas en 2018. 

Trabajadores pobres, familias monoparentales pobres, jóvenes en situación de riesgo de exclusión, pobreza energética, infantil… La mitad de la población en España, el 55,3%, vive al límite de sus posibilidades. La pobreza tiene muchos rostros, y no todos ellos necesariamente son sinónimo de miseria, tal y como nos lleva a pensar por lo general nuestra mente cuando imaginamos este concepto. No poder comer carne o pescado varias veces a la semana, no ser capaz de hacer frente a gastos imprevistos o no realizar actividades de ocio son algunas de sus expresiones.

“Cuando hablamos de pobreza tenemos la imagen de países más pobres, pero no hay que irse tan lejos, en nuestra sociedad tenemos situaciones de vulnerabilidad”, ha afirmado la vicepresidenta primera del Senado, Cristina Narbona, durante la presentación.

LOS ESTRAGOS DE LA CRISIS

En total, 12 188 288 personas están en riesgo de pobreza o exclusión social en nuestro país, lo que supone el 26,1% de la población. Y, aunque la tendencia es descendente, la reducción es menor que en los últimos años. Además, el 5,4% de la población vive en situación de privación material severa, lo que se traduce en 2,5 millones de personas, un 50% más que en 2008. 

Lo cierto es que hay más pobreza en los hogares donde hay menores. En palabras del presidente de EAPN, Carlos Susías, “tener hijos puede ser un acicate para estar en situación de pobreza”. Y en estas familias, los índices despuntan en aquellas que son monoparentales, pues la mitad se encuentran en situación AROPE (At Risk Of Poverty and Exclusion). “No se encuentra a un niño pobre en una familia rica, ni a un niño rico en una familia pobre”, ha manifestado.

Según Carlos Susías, “la crisis ha hecho la pobreza más extensa e intensa”. En este sentido, Cristina Narbona ha aseverado que “no hemos salido indemnes de la crisis. Nuestras sociedades han quedado heridas por el aumento de las desigualdades”. 

EL AUMENTO DEL PIB NO SIGNIFICA MEJORES CONDICIONES DE VIDA

“Decir que el crecimiento ayuda a erradicar la pobreza es una verdad a medias. En los últimos cuatro años, el PIB ha crecido un 17,5% en España y ha bajado la pobreza siete décimas. ¿Cuánto tiene que crecer el PIB para bajar los 20 puntos de pobreza que tenemos marcado como objetivo?”, se pregunta Susías. 

Según sus palabras, no existe correlación directa entre PIB y pobreza, sino que debe haber políticas específicas para su erradicación. Además, tal y como indica el autor del informe, Juan Carlos Llano, “el PIB por sí solo no produce crecimiento”. 

“Las consecuencias de la pobreza necesitan medidas paliativas, pero la lucha contra la pobreza necesita medidas políticas”, concluye Susías.