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Martí Saballs Pons

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Director de Información Económica de Prensa Ibérica.

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¿Y quién ganará el festival de Eurovisión?

Pere Aragonès, Salvador Illa y Josep Rull, en el debate organizado por TV3 y Catalunya Radio

Pere Aragonès, Salvador Illa y Josep Rull, en el debate organizado por TV3 y Catalunya Radio / QUIQUE GARCÍA / EFE

En los grupos de WhatsApp y en las conversaciones privadas y semipúblicas se suceden las porras y apuestas por lo que pueda ocurrir en las elecciones catalanas de este domingo. Algunos nos hemos jugado alguna comida a sabiendas de que siempre erramos en los pronósticos. De las encuestas, vistos los antecedentes, tampoco hay que fiarse en excesivo. Más, conociendo el nivel de indecisos que aún existen. Hay quien no sabe si votar a ERC o al PSC; a Junts o a la CUP; al PP o al PSC, a ERC, Junts o Aliança; al PP, Vox o Cs. O simplemente, si vale la pena votar en blanco o a un partido extraparlamentario una vez más.

La buena noticia de la campaña, por primera vez en 12 años, ha sido que se ha vuelto a hablar más de gestión que de autodeterminación. Hablar de sequía, infraestructuras, fiscalidad, educación, burocracia, seguridad, energía ha vuelto estar encima de la mesa en una Catalunya que lleva demasiado tiempo dormida, perdida en los laureles pasados, y ejerciendo de Calimero. Mientras otras comunidades avanzan con zancadas largas, aquí seguimos a paso de tortuga. 

Como ningún partido ganará claramentemente y hasta ocho formaciones pueden entrar en el Parlament, el segundo después de que se conozcan los resultados definitivos empezarán las otras apuestas: qué pactos pueden realizarse. Empezará la aritmética. ¿En qué habrá que fijarse?:

1. La suma de los partidos independentistas, incluyendo la posible irrupción de Aliança. Si suman más de 68 escaños, el candidato a president de la Generalitat será el que primero quede en la lista. Léase, con toda probabilidad: Carles Puigdemont. El PSC tendrá que tragar y el futuro de la gobernabilidad de España quedará en entredicho. Elecciones generales a fin de año.

2. Si el independentismo no suma 68 escaños, atentos a quien sea el partido más votado. Puede ser PSC o Junts. Si unidos suman mayoría empezarán las especulaciones sobre un pacto no escrito, voluntad de Pedro Sánchez, para apoyar -o no impedir- que el ganador ocupe la Generalitat. En el horizonte: mantener el actual Gobierno de España. ERC aceptará el pacto sin apenas rechistar.

3. Si PSC y Junts no suman mayoría, los socialistas podrían intentar gobernar buscando una alianza con ERC y los Comuns, si la aritmética lo permite, e intentando reeditar el tripartito de hace veinte años. Si estas alianzas carecen de mayoría nacerán con una profunda debilidad y con una oposición tanto por parte de Junts como de PP, Vox y Aliança, si finalmente entra.

Tanto cóctel posible en un mercado político tan complejo como el catalán exige tener mucha imaginación. Es mucho más fácil predecir el fracaso de la OPA hostil de BBVA sobre Sabadell o que Croacia ganará con claridad, por delante de Israel y Suiza, el festival de Eurovisión en el que España quedará en las últimas posiciones.  

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