Crítica de libros

‘Blackwater’ de Michael McDowell: cita quincenal con el ‘southern gothic’

La serie, inédita hasta ahora en España, invita a los lectores a hacer justicia al prematuramente desaparecido autor estadounidense

'Los elementales', de Michael McDowell: una historia de fantasmas

Michael McDowell.

Michael McDowell. / ARCHIVO / EPC

Ernest Alós

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Stephen King derrocha generosos elogios sobre sus colegas, pero los que dedicó al malogrado Michael McDowell (Enterprise, 1950-Boston, 1999) van más allá de su prodigalidad. Cabe preguntarse si de no haber caído víctima del VIH a los 49 años hoy estaríamos hablando de un rey del terror en Maine y, justo un escalón por debajo, de un príncipe en Alabama.

Aunque huyó hacia Nueva York desde el conservador sur profundo, McDowell volvió a él en 1983 en su serie 'Blackwater', inédita hasta ahora en España. Perdido es un pueblo maderero en el Alabama de los años 20, con una estructura social que aún no ha borrado la herencia de la esclavitud, de familias acomodadas y matriarcales, de trato paternalista con sus criados negros, situado en la confluencia de dos ríos en el que bullen presencias inquietantes y en el que el que se tolera, mientras mantengan las apariencias, a los hombres a quienes se ven marcados por "el sello de la feminidad". 

Narrativa de tradición oral

Tras una riada, aparece en él una mujer misteriosa que alterará todo ese pequeño mundo, en especial a los hombres y, sobre todo, a las mujeres de la familia Caskey. McDowell enseña sus cartas rápidamente: lo ominoso se desvela pronto y los sucesos que desencadena en 'Perdido' van desatándose fluidamente, sin complicaciones, como quien se deja llevar por la narrativa de tradición oral, con horrores que se van digiriendo como si fuesen parte del paisaje.

El autor enseña sus cartas rápidamente: lo ominoso se desvela pronto

En los ocasionales intentos de ser disruptivos en las fórmulas de lanzamiento, promoción o distribución de literatura de género, a veces el cómo ha acabado usurpando la atención al qué. Pasó con la decisión de Brandon Sanderson de lanzar en EEUU cuatro novelas por suscripción al margen de su editor (de lo más flojo de su torrencial producción) y la publicación en Gigamesh de la trilogía de ciencia ficción de Emilio Bueso solo en ediciones prémium durante el primer año de vida en librerías (un festival insuficientemente reconocido). Y sería injusto que sucediera ahora con la apuesta de Blackie Boocks de hacer llegar la inédita serie 'Blackwater' de McDowell en el formato en el que fue inicialmente concebida (seis ejemplares de bolsillo de aparición mensual, aquí en España quincenal, con portada imaginativa y brilli-brilli pero puro pulp en precio y calidad de papel) y no, por ejemplo, en un formato ómnibus como se ha venido reeditando desde hace años en EEUU. 

Administrar los tiempos

La operación rescate ha funcionado maravillosamente en Francia y Alemania. Pero tampoco tenemos por qué sentirnos obligados (el periodismo cultural tiene esa querencia) a formular tendencias para presentar ante el público con más empaque una novedad editorial. Las series o sagas literarias de género son, fueron y serán. La explotación de un personaje brillante en la novela detectivesca o negra (que se lo digan a Georges Simenon y a Agatha Christie), así como la rentabilización de la ímproba tarea de construcción de un mundo secundario en la fantasía (aguántame la cerveza, dice desde la ultratumba Terry Pratchett con sus 41 mundodiscos, por citar solo al 'recordman'), viene de lejos. Pero sí resulta razonable preguntarse hasta qué punto el auge de la ficción serial televisiva en el mundo del 'streaming', con el pulso entre el 'binge-watching' y el atracón promovido por los lanzamientos de series y la dosificación semanal, ha influido en las formas de lectura.

En grandes proyectos narrativos, la administración de los tiempos nunca ha sido cosa fácil

En grandes proyectos narrativos, la administración de los tiempos nunca ha sido cosa fácil: desde las trilogías o heptalogías truncadas que han irritado al lector (George R. R. Martin, Patrick Rothfuss) hasta decalogías en curso, puntuales pero desbordantes, como 'El archivo de las tormentas' de Brandon Sanderson, que obligan a revisar continuamente los títulos previos para no perderse a cada entrega bienal, o, en el otro extremo, las continuas repeticiones para evitarle al lector ese esfuerzo de volver tras sus pasos en 'La rueda del tiempo' de Robert Jordan (pero que en una lectura continua acaban siendo algo más que cansinas). 

Volver a las viejas técnicas folletinescas y de cita fija con el quiosco quizá sea una forma adecuada de trasladar esos hábitos de consumo de la pantalla al libro. McDowell lo vale.

'La Riada' / 'La Riuada'

Autor: Michael McDowell

Traducciones: Carles Andreu / Anna Llisterri

Editorial: Blackie Books 

250 páginas. 9,90 euros

'El dique' / 'El dic'

Autor: Michael McDowell

Traducciones: Carles Andreu / Anna Llisterri

Editorial: Blackie Books 

260 páginas. 9,90 euros