«Aquí soy muy fuerte, pero fuera no soy nadie»

-¿Hablamos del típico pulso de bar?

-Ese es el pulso español, que se hace con la muñeca recta y la mano a la espalda. Yo practico el pulso americano, en el que puedes girar la muñeca y usar el hombro y todo el cuerpo para arrastrar hacia ti el brazo del contrincante a la vez que lo bajas. Es la modalidad que sale en la películaYo, el halcónde Sylvester Stallone.

-En septiembre viaja al mundial de Polonia. Allí se enfrentará a las primas de Stallone.

-Casi todas lo parecen, sí. En España yo soy muy fuerte pero fuera de aquí no soy nadie. En otros países se vive de este deporte, las campeonas rusas cobran 10 veces el salario normal y tienen sus seis horas de entrenamiento diario, susfisios, sus nutricionistas... Aquí es todo de andar por casa.

-¿Literalmente?

-Pues sí. Entreno en mi casa y en dos bares. No tenemos local y ahora mismo estamos entrenando en la puerta del bar Zaping de Llucmajor, por el calor. A la gente que pasa y se queda mirando la invitamos a probar.

-Si apenas hay ocho mujeres federadas en España, ¿con quién entrena?

-Con los chicos. Es la única manera que tengo de coger fuerza, esforzándome siempre.

-¿Y les da caña?

-Sobre todo a los más novatillos, que no se esperan que una chica les responda así. Puedo estar muy igualada con un chico, pero el saber posicionarme, girar la muñeca y apretar los dedos muy fuerte me da ventaja. Mi contrincante puede ser más fuerte pero si yo soy más rápida en menos de un segundo le tengo el brazo abajo y ni se ha dado cuenta.

-Y eso que no entrena como las rusas.

-¡Qué va! Casi no tengo tiempo. Me levanto a las siete y media de la mañana para ir a cargar marisco a Mercabarna y repartirlo y por la tarde trabajo en un chiringuito hasta las dos y pico de la madrugada.

-Usted el pulso lo echa cada día.

-La lucha de brazos es mi pasión, no vivo de ello, al contrario, me supone gastos. El año pasado el mundial se celebró en Las Vegas y no fui porque no me lo pude pagar. Con lo poco que he podido entrenar, si este año me clasifico entre las cinco primeras en Polonia ya estaré contenta.

-¿Cómo se metió en este mundo?

-Mi padre vio un anuncio de un campeonato de lucha de brazos en Arbúcies e insistió para que compitiera el mayor de mis tres hermanos, que es muy fuerte. Él se apuntó por complacerle y quedó campeón. Yo, que soy la mayor de los hermanos y la única chica, quise apuntarme pero no había categoría femenina y tuve que esperar al campeonato de Catalunya del 2004.

-¿Cómo le fue?

-Quedé campeona. Desde entonces he sido ocho años campeona de España y he hecho cuatro mundiales. Mi hermano pequeño es campeón júnior de España y mi padre es segundo de España y de Catalunya en su categoría. Nos llaman la saga de los Miras, siempre estamos arriba. Iván Portela, que tiene ocho títulos mundiales y otros tantos europeos, nos entrena a todos.

-¿De quién han heredado la fuerza?

-Mi padre fue boxeador. Juan Antonio Miras jamás perdió un combate. Era buenísimo y muy fino y, como llevaba el pelo largo, le llamaban La Vedette. Mi abuelo, avergonzado por aquel mote, le cortó el pelo y aquel día mi padre dejó de boxear. Jamás volvió al ring, pero es muy deportista.

-¿Qué le da la lucha de brazos que no le den otros deportes?

-En la escuela nos preguntaban qué queríamos ser de mayores y yo siempre decía: «Quiero ir a las Olimpiadas y representar a España». Lo que quería decir es que quería ser deportista, pero no sabía expresarlo de otra manera. He practicado fútbol, voleibol, tenis, baloncesto..., pero es en la lucha de brazos donde destaco. Aquí me respetan, como deportista y como persona.

-Aquí no está reconocido como deporte.

-Llevo años luchando para que sea un deporte, busco ayudas, espónsors, reúno gente... He registrado la Asociación Catalana de Lucha de Brazos y estoy tramitando el club deportivo. Me muevo tanto que me han nombrado vicepresidenta de la federación española.