un vecino de Nou Barris...

'Lobito', atleta: "Jugando en Nou Barris tuve una infancia superfeliz"

Alberto Ruiz, dos veces olímpico, recuerda la magia de sus primeros años en su barrio

El exatleta olímpico Alberto Ruiz, junto al castillo de Torre Baró, el emblemático mirador, en Nou Barris.

El exatleta olímpico Alberto Ruiz, junto al castillo de Torre Baró, el emblemático mirador, en Nou Barris.

CARME ESCALES

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La infancia de Alberto Ruiz (Barcelona, 1961), que, al menos en su pasado deportivo fue más conocido por su apodo de Lobito, ilustra magníficamente el pasado común a toda una generación: los primeros hijos de Nou Barris. Su padre había llegado a Barcelona desde Huétor-Tájar, una localidad de la provincia de Granada. Y su madre vino de Burgo de Osma (Soria).

Nou Barris nació con ellos. Gracias a su llegada, los descampados, explanadas de tierra libres de coches, se fueron llenando de niños que se pasaban el balón y esperaban el grito de ¡A comer! de sus madres, desde la ventana de casa. Uno de aquellos chavales era Alberto Ruiz "Vivíamos en la Via Favencia, en la Trinitat. El nombre de Nou Barris llegó más tarde, pero para nosotros aquello siempre fue la Trinitat", puntualiza Ruiz.

Dos piedras, una portería

"Delante de casa, era la nada", expresa Ruiz. "No había asfalto, la calle inclinada era lo que hoy es el lateral de la Ronda de Dalt. Pero entonces pasaban poquísimos coches -recuerda el vecino-. Poníamos dos piedras para situar la portería y jugábamos toda la tarde. Llegaba a casa del colegio, dejaba la cartera y me iba a la calle. Creo que todos los días de mi infancia hice lo mismo. No pasé un solo día sin jugar en la calle. Tuve una infancia superfeliz jugando en el barrio".

Era la magia de aquella infancia: libertad y sencillez. "En los años 60, no había equipamientos de ningún tipo en el barrio. Ni instalaciones deportivas, ni instituto -rememora-. Pero cuando eres pequeño eso es fantástico porque te crías en la calle, necesitas muy poco para pasarlo bien".

Él estudió en el colegio Roger de Flor, lo tenía cerquísima de casa (calle de Pedrosa, hoy Institut Escola Trinitat Nova). La mayoría de sus compañeros no siguieron estudiando. Pero él sí. Tuvo que cambiar de distrito para hacerlo, pero en su aterrizaje en el instituto Joan d'Àustria de la Verneda le esperaba algo que no habría nunca imaginado.

El profesor de gimnasia

Aquel alumno que llegaba de Nou Barris era ya un fanático de los deportes, pero en su distrito solo tenía un pequeño parque junto a su casa, con dos canastas de baloncesto. En el instituto de La Verneda le daba clase de gimnasia un entrenador de atletismo, Hans Ruf, que promocionaba este deporte entre los alumnos. "Yo lo probé y no se me daba nada mal", recuerda. Y, de nada mal, a todo lo mejor que se podría esperar de un alumno. Fue empezar a entrenar y empezar a coleccionar triunfos.

"Los sábados íbamos a entrenar al Estadi Olímpic de Montjuïc. Estaba prácticamente en ruinas", dice. "Desde la Trinitat, tenía que coger dos autobuses, el 56 y el 1", recuerda. Luego fueron un par de días a la semana, y finalmente, prácticamente todos los días.

Ruiz ha sido doce veces campeón de España absoluto. Dos veces olímpico (en Los Angeles, en el 84, y en Barcelona, en el 92). El atleta de Nou Barris también es explusmarquista estatal. Hoy es responsable de prensa de la Federació Catalana d'Atletisme, tutor de la residencia del CAR de Sant Cugat y entrenador de salto de pértiga.

Cuando regresa a la Trinitat, una vez por semana, para visitar a su madre, donde se sigue sintiendo muy a gusto. "Mi generación fue hija de la inmigración. No entendíamos ni hablábamos catalán. Luego llegó la droga y dañó unos años su parte humana. Pero la historia se repite y Nou Barris sigue recibiendo inmigración, hoy de otros países y continentes".