Gente corriente

León Lissitza: "Gané porque canto con mesura y llego al corazón"

Un barcelonés radicado en Holanda. Le cantaba a su mujer enferma. Saltó a la televisión y triunfó.

«Gané porque canto con mesura y llego al corazón»_MEDIA_1

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MAURICIO BERNAL

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-Pero, ¿usted había cantado alguna vez?

-No, no, de esta manera no, nunca. Pero eso sí: siempre me había gustado.

-¿Y eso qué significa, exactamente?

-Le voy a contar algo: cuando yo era joven mi padre un día me preguntó qué quería estudiar, y yo le dije: «Pues mira, papá, yo quiero ir al conservatorio, quiero estudiar música». Y mi padre dijo: «¡Oh! Tú quieres pasar hambre, ¿verdad?» Me aconsejó que aprendiera un oficio que me permitiera ganar dinero, y me sugirió el camino de la abogacía.

Señorial por teléfono y de impecable educación; de apellido raro y extranjero; de 81 años; de padre ucraniano y madre nacida «en Constantinopla», dice: porque entonces se llamaba así. De Holanda -el país donde envejeció-, de Alemania -el país adonde emigró- y de España -el país donde nació. De casa, en fin: de Barcelona. León Lissitza se marchó en 1956 en busca de trabajo y jamás volvió. Fue jurista y trabajó toda la vida en despachos, y al jubilarse encontró la música. Hoy es un tipo famosísimo en Holanda.

-Recuérdeme… ¿Qué concurso ganó?

-Holland's got talent, se llama. Holanda tiene talento. Es un concurso de televisión en el que participan toda clase de artistas; muy, muy visto en este país. Yo gané gracias a la interpretación que hice de She, de Charles Aznavour. El 44% de la audiencia votó por mí.

-Cuénteme cuándo empezó a cantar, y por qué. O sea…

-Todo empezó cuando a mi mujer le dio un infarto cerebral. A la residencia donde la ingresaron yo iba a visitarla cada día, y le cantaba. Me di cuenta un día de que no solo ella sino todos allí estaban decaídos, y dije: 'Vamos, gente, vamos a cantar', y vi que en cuanto oían música sus ojos brillaban y se ponían muy contentos. Así empezó todo.

-¿Cada vez que iba a la residencia cantaba para los enfermos?

-Cada sábado se celebraba una fiesta y yo cantaba. Cantaba siempre canciones en español, Solamente una vez, Bésame mucho, Cuando se quiere de veras, Muñequita linda, canciones sudamericanas. Ese era mi repertorio.

-Entiendo. ¿Y cómo llegó al concurso?

-Sí. Lo que pasó fue que me entusiasmé y tomé lecciones de solfeo. Fortalecí mi voz y conseguí llevarla a tonos más elevados. Y seguía cantando, y lo hacía bien, cada vez mejor, yo creo, y la gente me animó y decidí entonces presentarme al Ouderen Song Festival, que es un festival de la canción para mayores de 55 años. Un festival de viejos. Participé cuatro años seguidos y quedé primero, segundo, segundo y primero.

-Eso sí que es un salto. O sea, se subió a un escenario, cantó frente a un público… 

-… y no me sentía intimidado. Me sentía cómodo, sin nervios, bien. Después de eso vino la invitación al Holland's got talent.

-Cuénteme, ¿por qué cree que ganó? La competencia debe ser feroz.

-¡Mis competidores eran buenísimos! Había bailarines, cantantes, equilibristas… Pero es que yo canto mesuradamente, llego al corazón. Eso fue lo que premió el jurado.

-¿Y cuál fue el premio?

-El premio es ir a Las Vegas y cantar allá, en uno de esos grandes hoteles. Donde han cantado los grandes, Sinatra, Chevalier, Décaud, Aznavour. No sé cuándo, eso sí.

-En resumen, a sus 70, 80 años, ha empezado una nueva vida.

-Completamente, y es una vida que me causa gran placer, porque lo que además me está permitiendo es ayudar a la gente.

-¿Qué quiere decir?

-Yo sigo cantando en asociaciones y residencias, me llaman mucho. Cada semana tengo tres o cuatro actuaciones. De hecho, es a los enfermos a los que yo dedico esta nueva vida. La gente que está enferma pero que sonríe cuando canto una canción.