JORNADA de debate SOBRE LA ORGANIZACIÓN LABORAL

Solo una de cada tres empresas incentiva un horario más racional

Los expertos piden otra cultura empresarial para conciliar la vida personal

VÍCTOR VARGAS LLAMAS
BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El 42% de las pymes y el 31% de las grandes empresas catalanas aseguran aplicar criterios de racionalización horaria, según expuso Sara Berbel, psicóloga social y exdirectora general de igualdad de oportunidades del Departament de Treball, en la jornada Horarios, es el tiempo del cambio, que acogió ayer la Universitat Internacional de Catalunya (UIC).

Berbel advirtió de que las cifras de esta encuesta realizada por Treball a empresas catalanas «se corresponden muchas veces» con «permitir entrar más tarde o hacerlo más temprano para salir antes» y cumplir con obligaciones personales. «Apenas el 1,5% de las compañías permiten el teletrabajo, frente al 17% de media europea, y muy pocas aplican la política de luces apagadas -cortar suministros para que los empleados no alarguen la jornada- o bancos de horas», expuso. Medidas que «reducen el 30% el absentismo laboral», dijo.

Una dinámica que invita a una reflexión, como propuso Consuelo León, profesora de la UIC e investigadora en el Centro Internacional Trabajo y Familia del IESE, quien apeló a la necesidad de modificar «la cultura directiva española». León recordó que los dirigentes empresariales, además de la estrategia corporativa, son responsables de la «gestión del tiempo» de sus empleados, por lo que apeló a su «responsabilidad».

El presidente de la Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles, Ignacio Buqueras, volvió a reclamar una mayor implicación de las autoridades «más allá de las buenas palabras». Un objetivo para el que se ha instituido la plataforma Ara és l'hora. Fabián Mohedano, integrante de la iniciativa y miembro de la ejecutiva del PSC,  explicó que tratan de trasladar a la agenda del Parlament la necesidad de racionalizar horarios. Una meta que se marcó para el horizonte del 2016, en la que espera una estrategia transversal, que incluya a todos los partidos, y que resumió en una frase: «Volver a comer a la una y a cenar a las ocho».