"No recordábamos tanto calor durante tantos días seguidos"

Maldito el día en el que compraron esa máquina de limpieza en seco. Es de tamaño industrial y pagaron por ella alrededor de 30.000 euros. Pero la maldición no viene dada por el coste, que también, sino por el calor que desprende por la parte posterior. En el frontis, lo que ve el cliente que trae la camisa, la americana o el pantalón, una lavadora al uso, con su puerta y sus botones, aunque mucho más grande. Detrás, una sala de máquinas de barco, que además de complicada, se convierte en una tremenda estufa cuando está en marcha, muy a menudo.

Carme Rodríguez es la propietaria, junto a su hermano, de la Tintorería Marfil, sita en Roger de Flor con Gran Via (tienen otra en Consell de Cent). El negocio lo heredaron hace 20 años de sus padres, y aquí tienen en plantilla a Asun (en la foto, de blanco). El termómetro se planta en 42 grados por la mañana, en plena actividad, con ambas mujeres a la plancha y la lavadora a pleno rendimiento. Hay que añadir unos halógenos en el techo y un fluorescente a la altura de la cabeza, justo encima de la plancha, que también calienta lo suyo.

"Por suerte ni Asun ni yo somos muy de sudar, pero lo de este año está siendo de traca. Creo que nunca habíamos notado tanto calor y tantos días seguidos". Disponen de varios ventiladores, pero la única función que consiguen ante tan altas temperaturas es remover el aire caliente, lo que puede llegar a molestar más que aliviar. Entre las dos, cuentan, pueden ventilarse cada día cerca de cinco litros de agua. Incluso más.

Al margen del calor está la postura, puesto que ambas trabajan de pie durante  buena parte del día. "Muchos días llego a casa por la noche con los pies y los tobillos hinchados".