Junta de accionistas

Brufau a Ribera: "Repsol no es retardista ni negacionista, sino activista contra el cambio climático"

Los accionistas han avalado con sus votos la estrategia de transición energética que apuesta por los combustibles renovables

Imaz culpa a organizaciones como 'Greenpeace' del alza de las emisiones y afirma que si se deja de producir petróleo "su precio subirá"

Archivo - El CEO de Repsol, Josu Jon Imaz y el presidente de Repsol, Antonio Brufau, durante la junta General de Accionistas de Repsol, en el Palacio Municipal de Congresos de Madrid, a 25 de mayo de 2023,

Archivo - El CEO de Repsol, Josu Jon Imaz y el presidente de Repsol, Antonio Brufau, durante la junta General de Accionistas de Repsol, en el Palacio Municipal de Congresos de Madrid, a 25 de mayo de 2023, / Marta Fernández - Europa Press - Archivo

Sara Ledo

Sara Ledo

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"En esta casa no somos retardistas ni negacionistas. Somos absolutos activistas en la lucha contra el cambio climático y lo demostramos cada día al descarbonizar nuestra industria", ha afirmado el presidente de Repsol, Antoni Brufau. Ha respondido, así, a las declaraciones de la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, tras la participación del consejero delegado de la petrolera en el Foro de Davos, en el que tildó de "ideológica" la política energética europea y defendió el uso de todas las tecnologías en la transición energética.

La afirmación se ha producido durante la intervención de Brufau en la junta de accionistas de Repsol, celebrada en Madrid, en la que los 'dueños' de la compañía han avalado con sus votos su estrategia de transición energética, que fue una de las cosas que puso en cuestión la vicepresidenta Ribera y que tomó todavía más relevancia pública tras una demanda de Iberdrola por 'greenwashing' en su publicidad de biocombustibles.

Esta estrategia pasa por mantener su producción de petróleo y gas e impulsar su descabornización a través de los combustibles y gases renovables, como han defendido durante la junta tanto el presidente de la petrolera como su consejero delegado, Josu Jon Imaz.

Brufau había hecho una defensa férrea de la descarbonización de la economía más allá de la electrificación, a través de los biocombustibles y de los gases renovables, y criticado la "excesiva regulación" europea; pero ha quedado completamente eclipsado por Imaz, quien al final del encuentro ha entrado en el cuerpo a cuerpo dialéctico con varios accionistas, activistas de organizaciones como Greenpeace o Finanzas Éticas.

Imaz ha acusado a la "ideología cerrada" de estos activistas y al "lobi eléctrico" del incremento de las emisiones de CO2 y ha asegurado que Repsol "seguirá produciendo petróleo y gas porque el mundo lo necesita". "El cable, la mesa y la silla sobre la que estoy sentado están hecho con petróleo. Las palas de los aerogeneradores están hechos de petróleo, la carrocería de lo coches eléctricos cada vez tendrá más petróleo para bajar el peso y los paneles fotovoltaicos están hechos con petróleo. Necesitamos mucho petróleo. Y además tiene una virtud, que no genera emisiones porque no se quema", ha afirmado el dirigente.

Antes, los activistas habían acusado a la compañía de ser el primer "generador de cambio climático" del país y de "confundir a la opinión pública", y le habían advertido de que "el petróleo y el gas verde no existen". Brufau les ha replicado al instante, ironizando sobre la preocupación de los intervinientes por el devenir de su empresa, pero ha sido Josu Jon Imaz quien ha tirado de artillería. "No hay que ser doctor en economía en Harvard para saber que si dejamos de producir petróleo y gas su precio va a aumentar", ha llegado a decir.

El argumento ha sido el mismo que habían defendido Brufau y él mismo minutos antes, que la seguridad de suministro y la energía barata son tan importantes como la sostenibilidad. Pero ahora sus palabras incorporaron mucha más vehemencia al afirmar que si se deja de producir petróleo y gas "lo primero que va a pasar es que se va a generar más dependencia en Europa" y lo segundo es que "los precios subirán". "Lo que no es ético es cerrar los ojos ante familias y empresas que no pueden pagar las facturas (...) y que las regiones más vulnerables tengan que echar mano del carbón para sus necesidades energéticas. Eso es lo que está hipotecando el futuro de las siguientes generaciones", ha añadido. Al finalizar su alegato se ha escuchado un sonoro aplauso

Cambios en Europa

En su discurso, Brufau ha defendido que Europa se está quedando fuera de juego frente a la "agresiva competencia" de China y el "proteccionismo" de Estados Unidos. Y lo ha ejemplificado con cifras: mientras el peso de la industria sobre el PIB en Europa se ha reducido (del 21,90% en 2017 al 17,51% en 2023), en Estados Unidos y China ha crecido, del 22,63% al 26,11% en el primer caso y del 9,07% al 16,85% en el segundo. "El mantra de que la electrificación solucionará los problemas de la descarbonización es un grave error", ha insistido.

Pero más allá del discuso clásico de la petrolera, se ha mostrado esperanzado con los "cambios" de políticas que se están produciendo en Europa, liderados por la ley de industria Net Zero que "rompe el principio de determinismo tecnológico y abre el abanico a nuevas energías" más allá de la electricidad. Y en la misma línea se ha pronunciado Imaz a colación del gravamen temporal a las energéticas que "castiga a empresas como Repsol que invierten en activos industriales y de calidad" y "no penaliza a los importadores". "Vemos una tendencia creciente a dar mas importancia a la seguridad de suministro, a que los políticos se hayan empezado a preocupar más por la energía asequible y, por supuesto también, la energía sostenible", ha afirmado el consejero delegado.