La gestión de la inmigración

Ninguna sanción en tres años

Los musulmanes celebran el fallo contra una norma sin estrenar

R. M.
LLEIDA

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La prohibición del velo integral en los edificios de Lleida anulada ayer por el Tribunal Supremo fue aprobada en mayo del 2010 por el ayuntamiento con los votos de PSC, CiU y PP, la abstención de ERC y la oposición de ICV. El alcalde, Àngel Ros, había declarado que no se debía tolerar que las mujeres fueran con la cara tapada y CiU cogió el guante anunciando una moción para pedir la prohibición del burka que hizo correr al alcalde para plantear el veto como iniciativa socialista. Faltaba un año para las elecciones municipales.

Camino de cumplir tres años, la ordenanza (que contemplaba multas de 600 euros) no se ha traducido en ninguna sanción, según el Ayuntamiento. Tampoco ha originado ningún incidente, según Hussein Kouitene, portavoz del colectivo de la antigua mezquita de la calle del Nord.

«Gracias a los jueces por estar a nuestro favor. Cada uno tiene que poder practicar su religión», dijo ayer Kouitene. Su esposa, una leridana convertida al islam, solo lleva velo integral fuera de España, explicó.

Entre los más satisfechos por la sentencia estaba Habib Morkhthri, un argelino que regenta un bar. Su esposa, Hanan Bouharira, también argelina, es una de las contadísimas mujeres que llevan velo integral en Lleida. «Ella estará contenta. La gente no se meterá con ella y se sentirá más cómoda», indicó Morkhthri.

«Solo he visto una»

Contó que su mujer solo ha tenido problemas con «extranjeros». Se refería, puntualizó, a un grupo de asiáticos de una tienda que al verla con niqab le espetaron que en Lleida estaba prohibido. «Yo les contesté que a ella no le dijeran nada y que si así lo querían llamaran a la policía», refirió Morkhthri.

En los establecimientos de la calle del Nord los comerciantes coincidían en que son muy pocas las mujeres con velo integral. «En un año, solo he visto a una», contó Omar Benkali, dependiente de una carnicería. En la barbería de Mohamed, su cliente Mares Ali pidió al ayuntamiento que se preocupe de otras cosas. «La gente come de la basura y ellos casi le echan la culpa al velo», dijo.