PRIMER RESULTADO DEL DISPOSITIVO PARA CAPTURAR A UNOS ANIMALES PELIGROSOS

Los agentes atrapan 5 cachorros de la jauría asilvestrada de Lleida

Los perros adultos no se han acercado a la guarida desde que los rurales la hallaron

Algunas de las crías capturadas ayer, en una jaula.

Algunas de las crías capturadas ayer, en una jaula.

EVA VISA / SERÒS

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El dispositivo que la Generalitat ha desplegado en Seròs (Segrià) para capturar vivos o muertos a los individuos de la jauría salvaje que ha matado a más de 200 ovejas dio ayer sus primeros resultados. Cinco cachorros fueron atrapados en la madriguera donde se escondían, dentro de una cañería  de riego abandonada, ubicada en el vecino término municipal de Aitona y a cuatro kilómetros en línea recta de los corrales donde fueron atacados los dos últimos rebaños de ovejas.

Dos de las crías fueron cogidas mediante las trampas colocadas en una de las bocas del escondrijo, y las otras tres, que lograron escapar por la otra apertura de la conducción, fueron apresadas por los agentes que salieron corriendo tras ellas. Todos los cachorros están bien nutridos. Se trata de animales que han nacido en libertad y que cuentan con poco más de dos meses de vida. Ahora, los trasladarán a la perrera de Alcanó. Sin embargo, los adultos que alimentaban a estos cachorros, considerados los responsables de la muerte de 223 ovejas, siguen en paradero desconocido.

Los agentes rurales, que llevan peinando la zona desde principios de mes, localizaron el sábado pasado el escondite de los canes asilvestrados. Vigilaban, de lejos, el lugar donde permanecían los cachorros, a la espera de que los perros adultos aparecieran por allí. Dado que esta circunstancia no se dio, decidieron ayer capturar a los cinco cachorros. «Son muy astutos, tienen un olfato muy fino, se huelen que los estamos buscando y no volverán», afirmó el jefe de los rurales en Lleida, Llorenç Ricou, quien justificó la captura de las crías para que estas no mueran de hambre.

Los equipos de búsqueda ven difícil capturar o matar a los adultos, aunque sospechan que la jauría ya no atacará con tanta virulencia. «Suponemos que ahora bajará el grado de agresividad ya que no tienen la necesidad de alimentar a las crías», indicó Ricou. Se cree que en la zona actúan dos grupos de unos cuatro y seis animales adultos.